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Las algas tropicales asfixian los fondos marinos del Mediterráneo
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Caulerpa taxifolia, una de las algas invasoras más dañinas.
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Womersleyella setace, una alga roja invasora de origen subtropical.
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2 de Febrero 2005.
Cada vez son más las especies exóticas que amenazan los fondos marinos
del mar Mediterráneo. Las advertencias de los expertos no parecen ser
suficientes para que los responsables técnicos de la administración
tomen en serio el impacto ambiental que causan estas especies
invasivas. Desde los inicios de los años 20 cuando se empezaron a
detectar especies alóctonas el número de estas en el Mediterráneo se ha
doblado en los últimas dos décadas.
Las algas subtropicales campan a sus anchas por el litoral Mediterráneo
causando verdaderos problemas ambientales. De entra todas las especies
vegetales invasores marinas destaca por su alta agresividad en su
colonización y además por su toxicidad, la conocida Caulerpa taxifolia
que se asienta sobre fangos, rocas, arenas y praderas. Existen seis
países afectados en el mar Mediterráneo:, Croacia, España, Francia,
Italia, Mónaco, y Túnez con más de 70 localidades conocidas, que
suponen unas 13.000 ha invadidas a lo largo de más de 180 km de la
línea de costa. La Caulerpa taxifolia escapó de acuarios de Montecarlo
hacia mediados de los años ochenta.
Una
de las últimas en detectarse ha sido el alga roja macrófita de origen
pantropical, la Womersleyella setacea, típica de la zona oceánica
indo-pacífico-caribena y con un un elevado poder invasor afecta desde
hace dos décadas el Mediterráneo. La Womersleyella setacea inició su
colonización frente a las costas francesas en 1987 y posteriormente se
extendió a Córcega, las costas italianas y del mar Egeo y más
recientemente en las Baleares. Probablemente llegó con la descarga de
las aguas de lastre de los barcos de transporte. Esta especie adopta la
forma de un tapiz de unos 5 cm de color rojizo oscuro sobre el
substrato. Los daños causados por esta alga invasora son
importantísimos sobre las especies autóctonas. Se instala sobre los
coralígenos autóctonos, formaciones biológicas levantadas sobre algas
calcáreas que sirven de refugio y lugar de alimentación para una
multitud de especies piscícolas como las langostas, los meros, las
morenas, los cabrachos y otras especies. Se planta encima del cuerpo
coralígeno y lo recubre totalmente con lo que estas formaciones mueren
asfixiadas por falta de luz.
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La colonizando de esta especie también ha alertado recientemente a los
expertos españoles al detectar la misma en los fondos marinos de la
costa de Baleares. Esta nueva invasión biológica fue anunciada ya en
1997 por Enrique Ballesteros, investigador del Centre d´Estudis
Avançats de Blanes (CSIC), el cual no ha cesado en advertir en los
foros de expertos cómo esta alga invasora de origen subtropical
representa un problema ambiental cada vez más importante en las islas
Baleares. La Womersleyella vive sobre comunidades vegetales a una
profundidad de entre 25 y 50 metros aunque faltan estudios sobre
verdadero el impacto ambiental que pueden causar. En algunos sitios,
especialmente sobre superficies rocosas se ha observado que reemplaza a
otra alga rodófita invasiva la Acrothamnion preissii (observada por
primera vez en el Mediterráneo en 1969 en el puerto italiano de Leghom)
aunque esta sigue siendo la principal amenaza de los rizomas de
Posidonia oceanica cuando consigue introducirse en las praderas de esta
fanerógama o planta superior marina.
Finalmente, debemos citar entre otras especies invasoras la Lophocladia
lallamandii que ha ocupado en pocos años las costas de Eivissa,
Cabrera y Mallorca, donde ha colonizado los fondos entre 2 y 50 metros
de profundidad y recubre las rocas y las praderas de Posidonia
oceánica, que albergan una gran riqueza marina. La Asparagopsis armata,
otra de las algas no autóctonas, aunque con menos poder invasivo de
otras; esta procede de Australia y Nueva Zelanda y apareció en aguas
del Mediterráneas y del Atlántico en los años veinte. Es
indigesta para los peces autóctonos y se ha extendido por la mayor
parte del Mediterráneo Occidental y su colonización continua imparable.
Se cree llegó con el agua de la sentina de los barcos desde las
antípodas hasta nuestras aguas.
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