Bicicletas aparcadas en paz

Cuando uno se acerca a alguna de las estaciones de tren de muchas poblaciones europeas queda sorprendido por la cantidad de bicicletas que albergan sus parkings. La imagen de la multitud de ciclos agolpados incita al profano o turista a preguntarse: ¿cómo sacaría yo mi bici? La respuesta en algunas estaciones es ahora más fácil con las soluciones de aparcamiento para bicis. Pero la cuestión es que estas soluciones en nuestro país nos quedan todavía lejos, pues impera el alma de nuevos ricos y la obsesión sigue siendo construir parkings para coches... Aunque vamos progresando hacia la sostenibilidad espiritual, todavía hacemos nuestro último viaje en un lujoso coche funerario Mercedes; lo de la ecología en los funerales es todavía algo inédito, - aunque éste es tema para otro artículo. Un amigo londinense me invitó a acercarme a la estación de Waterloo para ver una solución inteligente. Yo le regalé otra, de un conciudadano para poder ir al cine en bici.  

 

Al tren en bici

En nuestro país estamos muy lejos de esta imagen de una estación de tren repleta de bicis. Las facilidades para usar la bici y el transporte público son obvias especialmente en las capitales europeas. Así, por ejemplo, los datos son explícitos en el caso de la ciudad danesa de Copenhaguen, donde el 84% de la población utiliza la bicicleta y un 68% lo hace al menos una vez a la semana. Además un 96% de los escolares tiene una bicicleta, y el 55% la usa para ir a la escuela de forma regular. Una de cada seis familias con niños dispone de una bicicleta de carga o remolque para llevarlos y, con todo este trasiego, sólo el 5% de los ciclistas de la ciudad dicen que se sienten poco seguros pedaleando por sus calles. Pero volvamos al tren...

Imagen del antes y después en el parking para bicis de la estación londinense de Waterloo.

El caso es que, una de estas estaciones ferroviarias invadidas por bicis era la británica London Waterloo Train Station situada no lejos del mítico edificio Battersea Power Station de la portada de Animals de Pink Floyd. Allí, por encargo de los gestores ferroviarios, una empresa afrontó el reto de crear 322 espacios de aparcamiento para bicis a partir de una solución de doble piso. Luego, a raíz del éxito ciudadano lo incrementaron a 534 plazas. A parte de dar una imagen más ordenada con esta ingeniosa solución de parking de doble piso, también se incrementaba la seguridad. No es lo mismo robar una bici en el amasijo de hierros desordenado, que hacerlo en la solución propuesta, donde cada bici tiene su plaza para atar de forma segura el vehículo.

En nuestro país, las estaciones de tren todavía no tienen estas necesidades, pero ya hay empresas que innovan en el mundo de cómo mejor aparcar la bici. 

 

A la playa en bici

En las playas del área metropolitana de Barcelona también se podrá ir en bici gracias a los nuevos aparcamientos RIM-AMB de la empresa Modular los cuales tienen como característica que son flexibles y muy seguros. Un concepto que intenta simular el diseño marinero de los cabos naúticos.  Los pueblos y ciudades situadas en el litoral costero del área metropolitana de Barcelona tienen otra ventaja además de su ubicación frente a la playa y es que están unidos por el ferrocaril. De este modo, la combinación bicicleta-tren para ir a la playa dispone de una nueva ventaja que es la de poder acceder hasta la arena con la bicicleta. Los parkings bici en la playa constituyen otra innovación que facilitará pues la movilidad blanda, o sea no utilizar vehículos motorizados para acceder a estos espacios de ocio.

Ejemplo del parking de playa diseñado por las empresas Modular-AMB.

Al cine en bici

Si hay una actividad que merece realizarse con sosiego es ir al cine, como una cita para la que no es necesario perfumarse, pero sí ir relajado. Una de las formas de ir al cine relajado es en bici. Así uno puede salir más tarde de la medianoche y no tenerse que preocupar por buscar taxis o transporte público. 

Pero para la mayoría, el concepto de ir relajado al cien es ir en coche particular, aunque luego aparece inevitablemente el problema de aparcarlo, que se soluciona habitualmente pagando el sobrecoste del aparcamiento. Pero ha aparecido una cadena de cines que anuncia entre sus clientes “Si vienes al cine tendrás una hora de parking gratis en el Parking, sólo tienes que pedir el vale correspondiente en la taquilla del cine al comprar tu entrada”. Esta cadena de cines que, como todas, está sumida en el riesgo que ha supuesto la inversión brutal de digitalizarlos, -es decir de modernizar los clásicos proyectores de rollo-, no se les ha ocurrido contar con la bici. Y mucho menos contar con la bici plegable, que no se aparca en la calle sino al lado. El uso de la bici plegable en ciudades como Barcelona se ha incrementado brutalmente porque ocupa poco espacio y es muy cómoda por su versatilidad. A falta de estadísticas, se estima que circulan más de 5.000 bicis plegables, -conteo aplicando el método con el que se estudían las poblaciones animales en un determinado territorio.

A menudo he ido al cine con mi bici plegable, pero siempre he tenido que afrontar un diálogo que no siempre ha acabado con éxito. La cuestión es que en los hall de los cines, supermercados, y otras dependencias públicas y privadas, hay espacio más que suficiente para instalar unas taquillas y poder guardar temporalmente la bici (como si fuera la taquilla para bolsos en un supermercado). A veces me han dejado meter mi bici plegable dentro, pero otras veces, no.

Diferentes soluciones existentes en el mercado europeo para guardar bicicletas plegables en establecimientos comerciales y públicos. 

 

La taquilla de diseño para guardar bicis plegables

La cuestión es que un diseñadorbarcelonés, Dani Miras, realizó una magnífica taquilla para bicis plegables. Comparado con otras soluciones clásicas como alguna que hay en el Reino Unido, la propuesta de Miras destaca por varias razones. Su BikeLocker deja ver la bicicleta, podría funcionar con tarjeta magnética, admitía plegables no sólo de rueda de 16 pulgadas como las Brompton, sino también de 20 pulgadas, como Dahon o similares. Además, el marco de la misma estructura de la bici añadía una estética al conjunto de las taquillas que convertía una utilidad en un elemento decorativo.

La solución de taquillas para bicis plegables del diseñador barcelonés, Dani Miras.


En el cine, en el supermercado, en cualquier recinto de paso urbano, tener un taquillero con 4 cajas facilitaría que las personas que van en bici plegable pudieran gozar de la misma para actividades placenteras, como ir al cine, o utilitarias, como ir de compras. Sea como sea, sin el aura estética que le puso Dani Miras a su BikeLocker para plegables, un producto similar llegó al mercado de la mano de Modular con el apellido de Plegabox

Canviat
09/02/2017

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