Una papaya en Barcelona

Junio, 2013.- La papaya es una planta (Carica papaya, una especie de la familia de las caricáceas) de origen centroamericano y cuyo fruto en la tradición indígena estaba relacionado con la fertilidad. El árbol del papayo puede conseguirse en algunos viveros que ofrecen frutales para luego plantarlos en casa si tenemos espacio y sobretodo un buen clima. Tarda algunos años en dar fruto pero es delicioso. La pega de esta planta es que no resiste el frío intenso, ni las heladas, por lo que en la mayor parte del territorio español es difícil de cultivar.

El arbol de papaya que está dando sus mejores frutos en el invernadero geodésico instalado en Barcelona.

La papaya necesita de una temperatura promedio de 20 a 22 grados, y un ambiente con humedad y poco frío para que pueda desarrollarse correctamente. Por eso, en España se cultiva sólo en el sur y en Canarias, habitualmente bajo invernadero para protegerla de cualquier episodio esporádico de bajadas de temperatura. Es una planta que posee una vida relativamente corta y, en sus últimos años, deja de producir frutos de calidad. 

La cuestión es que la papaya es una de estas plantas que divulgan los impulsores de la Dulce Revolución. Y no hay por menos, pues este fruto tropical no sólo es rico y nutritivo sino que tiene propiedades medicinales interesantes. Las flores, las hojas, la pulpa y las semillas del fruto son las partes que tienen principios activos. Es un fruto digestivo, antioxidante, cicatrizante, antiséptico, etc.

Fruto de papaya cultivada en Barcelona  ya sin semillas y lista para ser degustada sin miramientos.

El activista y agricultor Josep Pàmies nos encargó el otoño pasado que cuidáramos de su planta de papaya en el invernadero de El Rebost Vital, dado que en los suyos, en Balaguer (Lleida), el frío las mataba. Este año su árbol de papaya pasó el invierno en Barcelona, mimado por la temperatura más dulce del invernadero y... ¡sobrevivió! Así que sus frutos empezaron a madurar a partir de la primavera. Y por aquello de evitar que la papaya se pudriera, hicimos la recolección y degustamos una pieza.

Para deleitarnos con tan exquisita fruta y hacerle los honores, una parte de la pulpa la empleamos fresca en una macedonia de frutas y el resto la pusimos también fresca, pero sumergida en leche de orchata preparada con la Chufamix, para hacer un batido mixto mediterráneo-tropical.

El resultado no se puede describir con palabras. Si alguien patenta este batido ibero-tropical de chufa con papaya puede que haya una revolución en el mercado de los batidos donde las fresas, cacao y vainilla marcan los sabores del imperio aburrido de las E. En cualquier caso, aquí dejamos constancia de este evento agro-gastronómico. Esperamos que, cuando en unos días Pàmies recoja su papayo, pueda también él felizmente degustar este fruto excelso, de otro modo no nos quedará más que seguir degustando papayas frente a la playa de la Barceloneta. 

Un rico batido de papaya con orchata de chufa para quedar extasiado.

Por cierto que la Península Ibérica es la principal importadora de papaya, además de que españoles y portugueses son grandes consumidores de este fruto. El tercer importador es Holanda, pero básicamente es porque desde Rotterdam lo redistribuye a los países de la zona.

 

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Canviat
09/02/2017

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