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1. Depósito pluvial Joan Miró de Barcelona
2. La cloaca a medio gas
3. Preparando el mapa verde
4. Visita a la tienda de bici urbana
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Ültima visita del curso de ecología
cotidiana. Un sábado más por la mañana dedicado a la formación
ambiental activa del grupo que compartimos esta experiencia que hoy se
termina. Han sido 30 horas de conocimientos y práctica. Aquí ya he
narrado las visitas prácticas por ser útiles a otros colectivos. Tanto
la visita a la fábrica de reciclaje de papel, como a las instalaciones
de tratamiento de residuos fueron experiencias para los sentidos.
Hoy la última en su primera parte nos ha vuelto a meter de cabeza en
los horrores ambientales, en este caso en las cloacas para luego
demostrar nuestra habilidad ecoobervadora con la metodología del
greenmap.
Barcelona es una ciudad atravesada por torrentes de agua que se escurren
de la sierra de Collserola. Lógicamente, estas rieras hoy están
sepultadas por el asfalto y las construcciones. Sin embargo, cuando
llovía torrencialmente, buena parte de la ciudad se inundaba. Así las
cosas en 1992 iniciaron la construcción de depósitos pluviales para
regular el caudal de agua de las cloacas y que por saturación esta agua
pestilenta no saliera al exterior. Hoy hay varias instalaciones de este
tipo por la ciudad que permiten almacenar unos 273.000 metros cúbicos
de agua pluvial de forma que se eviten inundaciones y sobretodo pueda
administrarse, tras las lluvias, este caudal de forma dosificada para
ser tratada adecuadamente en las depuradoras. Antes de estos,
depósitos, simplemente cuando llovía y a las depuradoras les llegaba
caudal en exceso pues esta iba directamente al mar sin depurar. Hoy
gracias a estas instalaciones digamos que permite una gestión más
ecológica de las aguas grises de Barcelona. De todas maneras es una
lástima que las aguas pluviales no se recojan en una infraestructura
que las separe de las pluviales ya que de esta forma se podrían
aprovechar como se hace ahora con las aguas freáticas. En fin, supongo
que para eso habrá que esperar el siglo XXII, aunque esta separación ya
se realiza en algunas ciudades modernas.
El depósito de L’Escorxador, situado bajo la plaza del mismo nombre y
cerca de la Plaza España es de los más modernos y también el que tiene
más condiciones para ser visitado. Una red de sensores de gases
advierte sobre el peligro de intoxicación. Lógicamente, estos depósitos
la mayor parte del tiempo están vacíos y según nos han contado son
objeto de rodajes de películas a menudo. No cabe decir que los 50.000
metros cúbicos de capacidad del depósito de L’Escorxador a uno le da la
sensación que podía albergar una catedral entera subterránea. Para su
construcción se utilizó una técnica curiosa que consiste en perforar el
subsuelo con lo que serían las columnas y luego rellenar estos pozos
con hormigón. A continuación se puede colocar el forjado de la parte
superior lo que permite que pueda empezarse la excavación o vaciado de
la tierra con menor impacto. Esta técnica se pone de manifiesto porque
las columnas parecen como fosilizadas. Lógicamente, al lado de estos
depósitos siempre hay un colector de la cloaca que cuando empieza a
llover se deriva hacia el depósito. Eran las 11 de la mañana de un
sábado y a todos nos ha sorprendido la cantidad de aguas residuales que
bajaban en este momento de tan sólo una red que evacua de 75.000
personas. Una vez más no sólo los olores sino el volumen, en este caso
nos ha sorprendido. La cantidad de agua que circula por las cloacas es
agua que estamos vertiendo y que muchas veces con simples instalaciones
en las viviendas podría reaprovecharse para las cisternas del WC, etc.
En cualquier caso, no hago más comentarios técnicos, pero sin duda
invito a que quien esté interesado contacte con la empresa pública que
los gestiona, CLABSA ya que una vez al mes puede visitarse a través de programas culturales.
A la salida, de este mundo subterráneo de la gran Barcelona en el que las ratas son las
reinas y los humanos debemos adentrarnos a él con todo tipo de
precauciones, pues un cielo azul y un sol radiante nos ha invitado a
continuar con la lección práctica del curso. Nada más adecuado para este soleado día que
realizar una práctica de elaboración del mapa verde del barrio Gótico con la metodología del Greenmap.
En este caso hemos partido del mapa verde que se publicó sobre
Barcelona en 1999. Esta es la única ciudad en España que lo dispone,
aunque no se ha actualizado. De mapas verdes los hay en diversas
ciudades de los cinco continentes. En ellos se recogen todo tipo de
equipamientos y servicios ambientales que el ciudadano puede encontrar
en una ciudad. Desde tiendas bio, hasta parques pasando por parkings
bici, etc.
El final de esta ruta práctica descubriendo ecocuriosidades del barrio
debíamos llegar a la tienda de Espai Bici para conocer de forma
práctica el mundo de la bici urbana como sistema de transporte: sus
ventajas, modelos, tecnologías, etc. El alumnado aplicao como yo
aquí iba sobrao, pero el resto ha agradecido conocer de cerca lo
básico, aquello tantas veces hablado en este diario y que se resume en
que hay que conocer para escoger una bicicleta como medio de
transporte. A menudo imaginamos que cuando más vieja y estropeada
mejor, pero luego si de pedalear se trata uno puede cascarse mogollón
sin una buen máquina. En fin, un final de curso bordao.
Tras tres intensos sábados, ahora al terminar este me parece que el
tiempo ha volao, pero está claro que a todos los que hemos tenido el
privilegio de participar no se nos van a olvidar fácilmente las
experiencias vividas por los 5 sentidos y del que tu lector te conviertes en un testimonio
amigo.
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