Fairphone 2, ético, modular y reparable

La venta de teléfonos móviles mueve datos impresionantes. Según Gartner, en 2014 se vendieron más de 1.200 millones de teléfonos móviles. El fabricante que más vendió fue Samsung, con 307 millones de unidades  (24,7 %), seguido de Apple, con 191 millones (15,4%). Luego hay  538 millones (43 %) fabricados por otras marcas. De estos, 60.000 unidades fueron los vendidos de Fairphone. Es un porcentaje mínimo, pero un gran ejemplo para toda la industria del sector y una oportunidad para que una persona con conciencia socioecológica pueda ser coherente con su visión a la hora de adquirir un smartphone. El impacto medioambiental que causan estos gadgets es tan importante como desconocido. Un impacto que se incrementa dado que a menudo son irreparables y en algunos casos se convierten en chatarra electrónica por la sencilla razón que no se puede cambiar la batería gastada. Por eso no es solo una cuestión del hardware sino también del servicio. De ahí que es necesario que en la comercialización de la telefonía existan opciones también éticas, como la iniciativa Eticom, som conexió, una cooperativa que ofrece servicios de telefonía y acceso a Internet a través de un proyecto colectivo y democrático que se organiza desde el territorio con el fin de contribuir directamente al bien común.

Para empezar, un teléfono ético
Fairphone es una empresa social holandesa fundada por Bas van Abel y por Peter van der Mark que en 2010 inició su periplo como una iniciativa ética para advertir del conflicto con los minerales en la electrónica actual, y las guerras que se financian con la obtención de estos minerales cada vez más estratégicos.

Mina de tungsteno en Ruanda, de donde se estrae este mineral para el Fairphone y que no proviene de conflictos bélicos.

Fairphone se propuso crear el primer teléfono móvil con certificación que permitiera la trazabilidad de todos los componentes que se usan en su fabricación.  Desde el principio, Fairphone se ha centrado pues en el rastreo de la cadena de suministro, la localización de los materiales que se utilizan en este teléfono y evitar el uso de minerales que provengan de zonas con conflicto bélico o de minas sin condiciones sociolaborales adecuadas. Sus esfuerzos se han centrado en los cuatro minerales básicos que se emplean en su fabricación: estaño, tántalo, oro y tungsteno.

Otro aspecto clave es las condiciones laborales y la fabricación en China de la mayor parte de la microelectrónica de consumo como los smarphones. La empresa argumenta que no puede intervenir dado su baja producción lo que no le permite crear una cadena propia. Sin embargo, si que han identificado las empresas chinas que trabajan con mayor sensibilidad socioambiental, aunque reconocen que hay algunos aspectos intocables, como la jornada de 60 horas. Por ello han creado un fondo de ayudas sociales para los trabajadores que intervienen en la fabricación de su móvil.

La clave para desarrollar un móvil ético ha sido la identificación de proveedores y materiales como explican en su web. En la primera versión del Fairphone, que apareció en el mercado en 2014, se consiguió la certificación ética y la trazabilidad del estaño y el tántalo que se usa en sus componentes. Así garantizaban que estos metales provenían de minas libres de conflictos y que no contribuían a la explotación de sus trabajadores. En el desarrollo del Fairphone 2, lanzado a finales del 2015, el reto ha sido la trazabilidad del tungsteno y del oro. Así que en esta nueva edición de su móvil, la empresa del Fairphone, además de incluir componentes éticos, ha hecho un esfuerzo para crear el primer teléfono modular para facilitar que pueda ser reparable y actualizable también a nivel de hardware.

Un pequeño video promocional de cuando se lanzó la primera versión del Fairphone.

La trazabilidad de los componentes
Los teléfonos inteligentes (smartphones) contienen docenas de minerales procedentes de todos los rincones del mundo. Uno de estos es el oro, que se utiliza comúnmente en las placas de circuito impreso (PCB) y otros componentes que precisan de una excelente conductividad eléctrica.

Oro de comercio justo
El oro se ha convertido en un elemento clave en la electrónica de consumo de hoy en día, pero está lleno de problemas socioambientales como demuestran algunas organizaciones internacionales. Para ser claros, el sector de la microelectrónica es el tercer mayor consumidor de oro en todo el mundo, después de la industria de la joyería y el sector financiero. Un teléfono inteligente contiene aproximadamente 30 mg de oro de los cuales , de 6 a 9 mg se ubica en la placa de circuito impreso (PCB).

Montaje del fairphone.

Cuando iniciaron los miembros de Fairphone iniciaron el seguimiento de la cadena de suministro de oro, se dieron cuenta de que abastecerse de oro “justo” sería todo un reto. Obtaron por crear una cadena propia de suministro de oro de Comercio Justo certificado. Lo primero era que no fuera extraído de zonas con conflicto y que en las minas hubiera condiciones de trabajo dignas. Tras un esfuerzo importante lograron el primer certificado Fairtrade para la cadena de suministro de oro destinado a la industria de la electrónica de consumo.

Al comprar un Fairphone 2, el cliente tiene la seguridad que el oro empleado es de Comercio Justo. Proviene de minas de oro de en Perú y luego desde allí viaja a Suiza y posteriormente a Hong Kong antes de llegar al manufacturador ubicado cerca de esta ciudad china. Con el abastecimiento de oro certificado Fairtrade, el Fariphone 2 está demostrando al resto de la industria de la microelectrónica que es posible abrir, una cadena de suministro justa y apoyar las iniciativas de minería responsable.

La cadena del tungsteno
El otro material conflictivo en un smartphone es el tungsteno, un metal que se caracteriza por tener un punto de fusión muy alto (3422 ° C) y una dureza increíble. El tungsteno se utiliza en dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes para el mecanismo vibratorio. El tungsteno es uno de los cuatro minerales que participa en la financiación de grupos armados locales en la República Democrática del Congo (RDC) y los países colindantes. Aunque este país sólo aporta un 2 % del mineral ya que el resto proviene de China, Canadá y Rusia. Sin embargo, Fairphone ha intentado obtener el tungsteno de Ruanda y demostrar de este modo que con el Comercio Justo se puede transformar y mejorar ayudar al desarrollo de la minera responsable en una región conflictiva com es la de los Grandes Lagos de África.

Existe una ley norteamericana, la Dodd-Frank, que impide el uso de minerales procedentes de zonas de conflicto. Fairphone, como proyecto ha manifestado estar comprometido con la minería responsable.  En mayo de 2014 participaron en el Foro de la OCDE sobre Cadenas de suministro mineral responsables en París y animaron a la empresa Wolfram Bergbau und Hütten AG, una empresa con sede en Austria dedicada a la comercialización de tungsteno tanto en lo que se refiere a la extracción y como la refinación para que certificara alguna de sus minas bajo el Programa Conflict-Free Smelter (Programa de Fundición libre de conflictos). En abril 2015, la mencionada empresa austríaca consiguió pasar con éxito la auditoría comercializando tungsteno de Ruanda de una área libre de conflictos.

Por tanto, sus operaciones y mecanismos de abastecimiento son aprobados y suficientes para garantizar que el tungsteno que compran a Ruanda proviene de minas no involucradas en conflictos bélicos . Para conectar el tungsteno de Ruanda con la cadena de suministro real del Fairphone 2, ha habido que superar la trazabilidad documental, pero lo han conseguido. Con la trazabilidad del oro y el tungsteno, el Fairphone 2 ha conseguido que los cuatro minerales básicos que lo componen sean de Comercio Justo.


Modular y reparable
Sin duda, a parte de ser un producto ético, el Fairphone 2 destaca por su modularidad y facilidad de reparación.  "Si no puedes abrirlo, no eres su dueño", advierte la firma y sostiene que son los usuarios los que deberían tener el control total de los dispositivos que compran, de principio a fin.

Para ello la marca pone a disposición de los usuarios de este teléfono las piezas de repuesto y las instrucciones para repararlo (cambiar una pantalla rota se hace en menos de un minuto). Sin duda, es una forma de luchar contra la obsolescencia que impera en la microelectrónica de consumo. No hay duda que un smartphon puede sufrir pequeños accidentes como la rotura de la pantalla táctil o que haya que cambiar la batería. Pero en el Fairphone 2 esto no es un problema. El Fairphone 2 ha sido por ahor el único móvil que ha logrado una puntación de 10 por parte de iFixit, la empresa que analiza la facilidad de reparación de un dispositivo electrónico.

La idea que hay detrás de su diseño es que todos los componentes se puedan cambiar si se nos rompen, y lo pueda hacer el propio usuario. Incluso se ofrece un “puerto de expansión” al que se pueden añadir módulos que nos aporten nuevas funcionalidades, por ejemplo, instalar un chip NFC (chips para pagos y domótica). Lo único que es intocable es la placa principal. Los diferentes módulos: cámara, batería, procesador, antena 3G y 4G, carga por inducción (sin necesidad de cables), etc. se pueden instalar fácilmente. Todo ello no hace sino redundar en la idea que el Fairphone 2 tenga un vida más larga que otros productos del sector.

Con su diseño modular, el Fairphone 2 pone en práctica de forma contundente y con una buena dosis de ingenio, lo que el millonario proyecto ARA de Google pretende y sobre lo que teoriza e invierte sumas millonarias, pero sin nada concreto todavía, como es crear aparatos de microelectrónica modulares y reducir así no sólo la basura electrónica sino también ahorrar materias primas.

Finalmente, con la idea de reducir la producción de residuos inútiles el teléfono Fairphone 2 no se sirve con el cargador USB convencional ya que, con acierto la empresa presiente que la mayoría de usuarios ya cuentan con un cargador y el conector microUSB.


Un teléfono de altas prestaciones

El Fairphone 2 parte de un terminal base del catálogo del fabricante chino A'Hong. Sobre ese terminal no sólo han hecho cambios estéticos sino también cambios para aumentar la calidad y capacidad de los condensadores de tántalo procedente de la iniciativa Solutions for Hope así como utilizar la pasta de soldar de estaño de la iniciative CFTI (Conflict Free Initiative).

El Fairphone 2 tiene una pantalla táctil de 5 pulgadas en alta definición (Full HD) que viene equipado con Android ™ 5.1 Lollipop, pero personalizado con un sistema operativo propio Fairphone OS, desarrollado por Kwamecorp que incorpora algunos widgets específicos. Además Fairphone 2 puede funcionar con otros sistemas operativos como Firefox OS o Ubuntu e incluso el SailFish OS de Jolla.

La simplicidad de su diseño estructural convierte el Fairphone 2 en una joya de ecodiseño y a la vez en un ejemplo práctico de lo que el ingenio humano puede hacer cuando va acompañado de convicciones éticas, como es el caso.

Basta con fijarse en las características técnicas para darse cuenta de que es un teléfono de alta calidad. Viene equipado con un procesador Qualcomm Snapdragon 801 de cuatro núcleos a 2,26 Mhz. Dispone de dos ranuras de tarjeta SIM y de 64 GB de memoria expandida lo cual lo hace ideal también para sacar el máximo provecho de música, películas y juegos. La cámara que incorpora un sensor CMOS con flash de 8 megapíxles de tipo Omnivision OV8865, Back Side Illuminated. La batería de ion litio de 2.420 mAh aguanta perfectamente un día entero de uso intensivo.

 

Desglose del precio del Fairphone, otro ejemplo de transparencia y ética.

El diseño en el sistema operativo de Kwamecorp se basa en la idea de "justicia social" con elementos de código abierto. Uno de los widgets diferenciadores del Fairphone OS se llama "Peace of Mind", una herramienta que permite establecer una cantidad de tiempo, un contador hacia atrás, que permite estar desconectados del mundo digital (sería como un modo “vuelo” en el que se inhibe cualquier notificación o actualizaciones de estado de nuestras redes sociales).

Otro de los widgets tiene que ver con la protección de la privacidad basado en un algoritmo que nos advierte de aquellas aplicaciones que queremos instalar y que van a utilizar recursos de nuestro móvil que pueden ser susceptibles de vulnerar nuestra privacidad. Al final es el usuario quien decide, pero disponer de esta advertencia, está en concordancia con que sea el usuario quien regente al móvil y no al revés como está sucediendo.

Precio justo

El precio del Fairphone 2 es el de un Smartphone de gama alta, pero con la garantía que adquirimos un producto que contribuye a cambiar el mundo de la microelectrónica. Es una compra verde  o ecológica y socialmente responsable. Sin embargo, las administraciones que impulsan la compra verde, no invierten en adquirir Fairphone, sino las marcas más baratas. Eso que sólo valorando la facilidad con que se puede cambiar la batería ya vale la pena en términos de ahorro económico, y lo mismo podemos decir de que podamos actualizar algunos de los módulos con las mejoras que puedan incorporarse en las futuras ediciones de este móvil justo y modular.

Por el momento, este móvil sólo se puede comprar a través de la web de Fairphone pero dispone de un excelente soporte técnico online y unos tutoriales excelentes, aunque de momento todavía no en lengua castellana. También es destacable la sección de videos sobre el mismo que animamos a consultar.


Artículo elaborado por el equipo de redacción de terra.org. Fotos de Fairphone.

Canviat
09/02/2017

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