El Manifiesto Tierra Viva. Nuestro Suelo, nuestros Bienes Comunes, nuestro Futuro. Una Nueva Visión para una Ciudadanía Planetaria es fruto del trabajo y de la elaboración – guiada por el ambientalista Vandana Shiva- de un grupo de investigadores y expertos procedentes de todo el mundo, entre ellos Luc Gnacadja, antiguo secretario de la Convención de la ONU de lucha contra la desertificación; Andrea Baranes, economista; y Nnimmo Bassey, premio Nóbel alternativo.
El Manifiesto Tierra Viva se publica (2015) en un momento frágil y vital de la historia de la humanidad para señalar los indicadores de una transición basada en la esperanza, la creatividad humana, en nuestra capacidad para ver y hacer asociaciones.
Es un documento destinado a reconocer los falsos presupuestos que están permitiendo la destrucción de los fundamentos de nuestra propia existencia, así como para conocer como construir una Democracia de la Tierra, basada en la vitalidad de los suelos, en la comunidad de los seres vivientes y en sus economías.
Pero a la vez el Manifiesto Tierra Viva es una celebración del Suelo, de nuestra Tierra, de nuestros territorios en el año que las Naciones Unidas han dedicado al suelo. Es una invitación a recordar que el suelo somos nosotros, que el humus da forma a la humanidad y que la destrucción del suelo viviente cierra las puertas al futuro.
Hay, en particular, tres percepciones engañosas que impiden la corrección y transformación de nuestro modo de pensar el suelo y la tierra, el alimento y el trabajo, la economía y la democracia:
• Los seres humanos están separados de la tierra
• La formación de la riqueza en el mercado está separada de las contribuciones de otros: la naturaleza, las mujeres, los trabajadores, los antepasados y las generaciones futuras.
• Las acciones están separadas de las consecuencias y los derechos de las responsabilidades.
Estas falsas percepciones separaran a los seres humanos de la naturaleza, al suelo de la sociedad, a la ecología de la economía. El paradigma de la fragmentación y separación conduce a la ley de la extracción en sentido único desde la naturaleza y desde la sociedad, a tomar sin dar. Quien lo practica ignora la responsabilidad de restituir a la naturaleza y a la sociedad y así fomenta las crisis ecológicas y perpetúa la injusticia social y económica.
A pesar de que todos conocen el colapso ecológico y social, las consecuencias de esta lógica de explotación son siempre ignoradas, externalizadas y separadas de nuestro hacer. Se niega el cambio climático como también los daños ecológicos de la agricultura industrial sobre el suelo, sobre la biodiversidad, sobre el agua y sobre la vida. Los conflictos derivados de un uso no sustentable e injusto de los recursos no son considerados en su contexto ecológico, sino reducidos a conflictos étnicos y religiosos. Para cada problema o crisis que surge, se aplican cada vez más, amplias soluciones de la ciega lógica extractiva y lineal.
Esta mentalidad lineal empuja a los poderosos a promover con arrogancia ulteriores conquistas. Es un paradigma obtuso que no da lugar a cambios de rumbo. La fuerza de la vida en la naturaleza y en la sociedad se basa en ciclos de renovación y regeneración de la mutualidad, del respeto y de la solidaridad humana.
El Manifiesto Tierra Viva señala como las emergencias y las crisis de nuestro tiempo están interconectadas y no pueden ser afrontadas separadamente: el suelo, la tierra, el acaparamiento de las tierras, la agricultura, el cambio climático, la desocupación, el crecimiento de la desigualdad, la violencia y las guerras. A partir de una necesaria transición en la manera actual de pensar basada en un enfoque lineal y extractivo hacia un enfoque circular basado en la reciprocidad del dar y recibir, el Manifiesto indica un cambio de paradigma para una Nueva Agricultura, una Nueva Economía y una Nueva Democracia que lleven en sí, la semilla de la justicia, de la dignidad, de la sustentabilidad y de la paz.
Una de sus promotoras, Vandana Shiva, líder de Navdanya International resaltaba de este documento: «La economía, que forma parte de la sociedad, se ha puesto por encima de la sociedad, fuera del control democrático. El bienestar de las personas y de las comunidades se ha sustituido por el bienestar de las multinacionales, mientras que la producción real ha sido reemplazada por la abstracta multiplicación del capital. El resultado es la desaparición de la democracia y el aumento de los desequilibrios económicos. Se necesita un nuevo pacto que reconozca que somos el suelo: venimos del suelo, estamos sostenidos por el suelo. Cuidar la tierra es el trabajo más importante que los agricultores pueden desempeñar. El mensaje que lanzamos desde el importante escaparate de Expo es alto y claro: la nueva democracia es la democracia de la Tierra»
Por su parte, Ugo Biggeri, presidente de Banca Etica y de Etica Sgr advertía que “Desafortunadamente, en las últimas décadas las finanzas especulativas no han dudado en utilizar también bienes básicos como la comida para especular y aumentar los beneficios de pocos en perjuicio de poblaciones enteras. Pedimos que las materias primas alimentarias se dejen al margen de los mercados especulativos, algo que hace que los precios de los alimentos sean volátiles y con frecuencia inaccesibles o injustificadamente caros. En nuestras inversiones excluimos todas las multinacionales que producen OGM, explotan el suelo indiscriminadamente, contaminan y especulan con la comida. En cambio, damos crédito a muchos pequeños empresarios que deciden cultivar la tierra con métodos biológicos, respetando el medio ambiente y los derechos de los trabajadores, creando un retorno positivo para la propia comunidad».
El Manifiesto Tierra Viva es una invitación a tomar el camino socioeconómico para regresar al cuidado de nuestro planeta porque no puede existir una ética de la convivencia sin una ética de la tierra. La tierra no es solo generadora, es también maestra de vida. Enseña la constancia, la profundidad, la corresponsabilidad y -como bien común- indica el camino de la justicia social y de compartir. Su lectura es un pequeño tesoro como lo es la Carta de la Tierra (2000) y otras declaraciones anteriores parecidas como los Principios de Valdez (1989) por citar algunas de ellas.
Esta declaración ha sido promovido por Banca Etica, Etica Sgr, Navdanya International y Fondazione Triulza, y su objetivo es indicar un nuevo camino para superar la crisis medioambiental y económica que azota el planeta, en un momento en que al suelo urbanizado, de aquí al 2030, se añadirá una ciudad del mismo tamaño que toda Sudáfrica. La tierra fértil se erosiona a una velocidad entre 10 y 40 veces superior a su capacidad de regeneración. El 40 % de las guerras de los últimos 60 años han estado causadas por el clima, el suelo y los recursos.
Difundir este Manifiesto, forma parte de nuestro compromiso con nuestra plataforma vital, la Tierra. Descarga la versión completa en castellano (PDF).
“De este puñado de tierra depende nuestra vida. Administradla con sabiduría y ella hará crecer nuestro alimento y nuestro abrigo, nos ofrecerá reparo y nos rodeará de belleza. Abusad de ella y ella se deteriorará, morirá, y arrastrará consigo a la humanidad entera”.
De las Escrituras Sáncritas Veda – 1500 a.C.