La nuestra es un civilización realmente compleja de la cual desconocemos como funciona en su mayor parte. Hemos alcanzado un grado tecnológico que nos permite observar fenómenos impensables hace a penas unas décadas. Pero también hemos desarrollado tecnologías que no sólo ponen en peligro nuestra civilización sino la del resto de seres vivos que nos acompañan en el planeta Tierra.
Para muchos de nosotros, el Ártico es un inmenso desierto de hielo y que nunca visitaremos. Para otros humanos, por increible que parezca es su hábitat natural. En estos alejados territorios, en los que las miradas humanas son mínimas, a menudo sus habitantes son víctimas del expolio global. Esto es lo que sucede con la búsqueda de petróleo en este océano helado que por el cambio climático cada vez es menos helado y por tanto susceptible de ser explotado.
Las pistolas o armas de fuentes sísmicas es una nueva técnica con varias décadas de funcionamiento homologada por la ciencia para detectar petróleo y gas en las profundidades submarinas. Aparentemente, es una técnica perfecta pues proporciona la composición del suelo sin tener que recoger muestras. Algo que en el fondo del mar es muy útil. La detección de reservas petrolíferas con las armas de fuentes sísmicas se viene practicando a lo largo de todos los países con potencial para este recurso.
Las armas de fuentes sísmicsas se basan en la detonación de un explosivo tipo hidrogel aluminizado, con pentrita y sustancias gelificantes que explota sin problema dentro del agua. Diseñado para labores de prospección sísmica petrolera a diferentes profundidades ya que gracias a una alta velocidad de detonación, genera una pulsación de una energía sísmica fuerte, aguda y de buena definición que se propaga por el agua. En síntesis se utilizan las ondas elásticas (sismos imperceptibles) y las leyes de la óptica (Snell) para encontrar petróleo.
Así que basta disponer de un receptor de ondas sísmicas para recuperar el rebote de estas ondas en el fondo marino. Merced a un sofisticado sistema informático se puede establecer una correlación entre la composición del fondo marino y las ondas que se recuperan de las detonaciones en el mar. Pero estas detonaciones tienen una alta intensidad sónora. A diferencia de hace algunos lustros, hoy conocemos perfectamente el impacto del ruido submarino ya sea causado por las hélices del tráfico de barcos por todo el planeta como por otras actividades sobre los mamíferos marinos (ballenas, delfines, marsopas, etc.). Así que las armas de fuentes sísmicas han sido determinadas como una técnica mil veces más dañina para la vida marina ya que el impacto sónico de las mismas se detecta incluso a más de 3000 km del lugar de aplicación. En definitiva, su uso es muy dañino para la vida marina.
Las armas sísmicas son remolcadas detrás de los buques y disparan fuertes ráfagas de aire comprimido a través del agua que viajan varias millas hacia el fondo del mar, hasta que este las refleja y de vuelta a la superficie estas aportan información sobre la composición de los depósitos enterrados en el fondo, especialmente, si contienen petróleo y gas. El gran peligro para la fauna submarina de esta técnica es que cada proyectil de aire comprimido emite una onda sonora de 259 decibelios hacia el fondo del mar y durante este tipo de prospección las armas sísmicas estas explotan cada 10 segundos durante todo el día, semanas e incluso meses en una misma área. Para hacernos una idea del impacto sonoro, si estas explosiones se oyeran fuera del agua un ser humano las percibiría ocho veces más alta que el ruido de un motor a reacción despegando. Estas explosiones dañan a mamíferos marinos, tortugas marinas, peces y otras especies también del zooplancton.
En los últimos lustros diferentes cientificos marinos han empezado a estudiar los efectos de esta técnica sobre la vida marina. Así, los estudios ambientales realizados por el Departamento del Interior de los Estados Unidos estiman que las prospecciones con explosiones de armas de fuentes sísmicas causarían más de 31 millones de casos de daño a mamíferos marinos en el Golfo de Mexico y 13,5 millones de interacciones dañinas con mamíferos marinos en el Atlántico, matando o dañando 138.000 delfines y ballenas, algunas en peligro de extinción, como las ballenas francas del Atlántico Norte, cuyos terrenos de crianza están fuera de la costa de la Florida.
En sus esfuerzos de expandir la extracción petrolífera la administración del presidente estadounidense, Trump, en abril de 2017 autorizó nuevas áreas para la prospección con el bombardeo de armas de fuentes sísmicas prohibida por la administración de Obama en 2016. Una hoja de información de la Oficina de Gestión de Energía Oceánica describe la tecnología como "un sistema de mapeo computerizado de vanguardia" y argumentan que esas pruebas sísmicas con este principio explosivo vienen ya de la década de 1920. Lo que no dice este organismo es sólo que hace unos lustros que se ha generalizado en la búsqueda de nuevos yacimientos en las plataformas marinas continentales y que está demostrado su brutal impacto sobre la fauna submarina.
Impacto sobre el zooplancton
Una reciente investigación de un equipo de la Universidad de Tasmania encontró que la estela sónica de la explosión de aire comprimido de armas de fuentes sísmicas en el fondo marino era responsable de la mortalidad de entre un 18 por ciento al 40-60 por ciento del zooplancton.
El autor principal, Robert McCauley, de la Curtin University afirmaba que los resultados plantean preguntas sobre el impacto de las pruebas sísmicas en el zooplancton y los ecosistemas oceánicos dado que el zooplancton es la base de la productividad de los ecosistemas marinos globales.
Estos investigadores lanzaban una explosión sísmica y luego estudiaban la huella dejada sobre el zooplancton. La pérdida de zooplancton, se apreciaba a los 15 minutos después de que detonara la bomba de aire comprimido del arma de fuente sísmica y el " agujero "en el zooplancton era evidente 30 minutos después de la explosión. Este "agujero" o región de baja presencia de zooplancton era simétrica alrededor de la línea del cañón de aire y aumentada a través del tiempo.
También en el Ártico
El Ártico ha sido llamado el canario en la mina de carbón cuando se trata del cambio climático. Se considera que lo que sucede en esta área es la advertencia previa de lo que sucederá en todo en el planeta. Y al igual que otros lugares del planeta, el Ártico ha estado superando los registros de temperatura cada verano donde ya se alcanzan temporalmente los 30 grados Celsius.
El Ártico también es un ecosistema vulnerable y significativo por su papel en la mitigación del cambio climático en todo el mundo. Las pruebas con armas sísmicas alertaron en 2015 a la comunidad de Clyde River en una remota localidad inuit ubicada a orillas de la isla de Baffin en el norte de Nunavut, donde una población 1.000 personas está luchando contra un consorcio de corporaciones internacionales de petróleo y gas y el gobierno canadiense, que había aprobado este tipo de pruebas dañinas para la fauna submarina en la cercana Bahía de Baffin. La reconocida actriz ganadora del Oscar, Emma Thompson se unió a ellos para llamar la atención sobre este tema y Greenpeace también acudió. Las acciones legales de los inuits contra el uso de esta técnica no se ha detenido y hay varias entidades que lo apoyan.
El uso de armas sísmicas para encontrar nuevas reservas de petróleo en el Océano Ártico es "alarmante" y podría dañar gravemente a las ballenas y otras especies marinas, según una nueva revisión científica. La industria petrolera está mirando cada vez más hacia la región, ya que el cambio climático derrite grandes áreas de hielo marino del Ártico.
Varias compañías petrolíferas ante la negativa en las costas estadounidenses se han lanzado desde 2011 sobre el Ártico. Las compañías petroleras globales, incluyendo BP, Chevron y Royal Dutch Shell, argumentan que poseen todos los derechos de perforación en el mar de Groenlandia y son los clientes probables financiar los datos descubiertos por la compañía de pruebas sísmicas, en este caso TGS Nopec.
Un informe del Dr. Oliver Boisseau, investigador científico de Marine Conservation Research, dijo: "Está claro que el ruido de la actividad sísmica tiene un impacto en las ballenas, ya que puede dañar su audición, la capacidad de comunicarse y también desplazar a los animales, lo que afecta el comportamiento del buceo, la alimentación y los patrones de migración. Hay indicios cada vez mayores de que esto podría causar lesiones graves, y también puede interrumpir el éxito reproductivo y aumentar el riesgo de encallamientos de hielo y trincheras ".
Las explosiones sísmicas en las aguas heladas del Ártico es una más de los terribles impactos causados por la industria petrolera en el Ártico. Las comunidades inuit de las zonas donde se han detonado armas sísmicas ya han detectado focas que no oyen cuando se les acerca un cazador. Además se han estado practicando en áreas de Groenlandia designadas para la protección del narval, morsa y ballenas en peligro de extinción.
El Dr. Oliver Boisseau, investigador principal de Marine Conservation Research, dijo: "Parece justificado instar a la extrema cautela dada la falta de datos y la escasa comprensión del impacto a corto y largo plazo del ruido sísmico en las especies sensibles del Ártico, especialmente el narval".
Las compañías petrolíferas esperan que el mundo no sepa que existe la técnica del bombardeo sísmica, y menos aún el peligro que representa para los mamíferos marinos y la fauna oceánica en general. Así que lo único que nos queda es advertir y divulgarla como sucede con el fracking o la extracción de arenas bituminosas.
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Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Fotos de diversas fuentes.