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Un informe que recoge los escenarios climáticos con toda su crudeza
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El deshielo ártico es una de las principales preocupaciones de los expertos en el clima planetario
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Londres, 30 Enero 2006. La Oficina de Meteorología del Reino Unido ha presentado el informe Evitando Cambios Climáticos Peligrosos (Avoiding Dangerous Climate Change)
que alerta que probablemente las hipotesis del Panel Intergubernamental
del Cambio Climático IPCC pueden quedarse cortas en cuanto a la
peligrosidad del cambio climático. El cambio climático pondrá en
peligro millones de vidas en forma de desertización, epidemias,
inundaciones, hambre y sed así como la la propia supervivencia del
planeta. A esa conclusión llega uno de los más completos informes
realizados hasta ahora sobre el impacto de las emisiones de gases en la
atmósfera, presentado en Londres recientemente. El trabajo, elaborado a
instancias del Gobierno británico, advierte de que el actual ritmo de
calentamiento del planeta es "insostenible". El propio Tony Blair firma
el prólogo del informe y afirma que "las emisiones de gases asociadas
con la industrialización y el crecimiento económico están causando un
nivel de calentamiento global que es insostenible cuyos riesgos pueden
ser peores que lo que pensábamos hasta ahora”. Sorprende que en los
últimos meses el gobierno británico no cese en mostrar públicamente las
preocupaciones por las previsiones científicas del clima.
El informe Evitando Cambios Climáticos Peligrosos resume las
conclusiones de los científicos que participaron en la conferencia
organizada el 2005 por la Oficina Meteorológica del Reino Unido. Las
previsiones no son esperanzadoras ya que en próximo siglo habría que
esperar un crecimiento de los océanos, un mayor número de tormentas
violentas, sequías persistentes y hambrunas. Durante la conferencia los
expertos evaluaron los datos sobre el nivel de gases invernadero en la
atmósfera constatando que es excesivo además de apuntar las opciones
para reducir el riesgo actual.
Lo que está claro es que el verano ártico funde cada vez más superficie
de hielo. La concentración de dióxido de carbono a la atmósfera se
sitúa en 386 ppm y en menos de diez años alcanzará los 400 ppm. Antes
de la revolución industrial era de 275 ppm. Eso es especialmente
visible no sólo en el casquete polar norte sino en Groenlandia. La
superficie de la banquisa polar era en 1980 de 7,8 millones de km2,
mientras que se había reducido a 6,1 millones en el 2004. La UE se ha
puesto como objetivo prevenir una subida global de la temperatura de
más de 2°. El informe destaca, sin embargo, que este límite puede ser
ya un aumento excesivo, capaz de desencadenar el deshielo de
Groenlandia. Los científicos apuntan que una estabilización de las
emisiones entre 442 y 465 ppm según su modelo causará un deshielo
parcial. Un aumento significativo de las emisiones hasta 675 ppm pone
el propio modelo en jaque. Entre los efectos colaterales destacan el
empobrecimiento de las cosechas en Europa y Rusia, el riesgo de falta
de agua para 2.800 millones de personas, la pérdida del 97% de los
arrecifes de coral, la extinción de especies, la propagación de la
malaria en África y América del Norte y la emigración en masa de los
habitantes del norte de África, huyendo de la desertización. Tampoco se
pueden obviar las consecuencias que el dióxido de carbono en la
atmósfera está haciendo cada vez más ácida el agua de los océanos, algo
que afecta a los ecosistemas marinos sin que puedan realizarse
previsiones aceptables.
Disponemos de las tecnologías capaces de frenar esta tendencia que va
camino de convertirse en un proceso destructivo irreversible. Sin
embargo para ello hay que reducir las emisiones de forma que para el
año 2050 se sitúen entre un 30% y un 40% respecto al nivel de 1990. Sin
duda, eso significa un esfuerzo no sólo en desarrollar e implementar
las energías renovables, el llamado carbón limpio y otras fuentes no
contaminantes. Ante estas previsiones mientras los científicos insisten
en que el coste de estas alternativas ha bajado, las entidades
ecologistas advierten que hay que cambiar nuestro estilo de vida e
insistir en que hay que romper las barreras políticas, sociales que
permitan replantear nuestra civilización. |