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Energía limpia con participación popular. Todos contra el cambio climático reza el eslógan de la campaña
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de una instalación fotovoltaica de cubierta realizada por SunTechnics
como la que se pondrá en el Mercado del Carmel de Barcelona con las
pequeñas inversiones de toda la ciudadanía interesada.
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del título de participación que se otorga a los que suscriben el
contrato de cuenta partícipes para este proyecto de OLA SOLAR promovido
por la Fundación Tierra
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28 de febrero 2007.
La Fundación Tierra con la colaboración del Institut de Mercats de
Barcelona presenta la primera iniciativa de inversión en energía verde
de participación popular contra el cambio climático aprovechando los
mecanismos de promoción de la energía solar fotovoltaica. A partir del
día 5 de marzo y hasta finales de mes se abre el periodo de suscripción
popular para participar invirtiendo entre 1.000 y máximo 3.000 euros en
la central fotovoltaica que se ubicará en la cubierta del mercado del
Carmel. La central fotovoltaica, gestionada por la Fundación Tierra, se
quiere inaugurar con motivo del próximo Día de la Tierra, el 22 de
abril.
Olas solares
La actuación de la central solar fotovoltaica para producir electricidad
verde de participación popular promovida por la Fundación Tierra se
enmarca en el proyecto OLAS SOLARES el cual tiene por objetivo hacer
popular la inversión de personas y entidades en proyectos de energía
fotovoltaica y facilitar que la ciudadanía tenga acceso a los
beneficios que ofrecen las energías renovables. Las dificultades
administrativas y legales para que las personas individuales puedan
acceder a invertir energía fotovoltaica en su hogar (la Fundación
Tierra ha planteado numerosas quejas institucionales y legales desde el
1998), es el motivo para promover la idea de la participación popular.
La primera central fotovoltaica de participación popular quiere ser un
ejemplo paradigmático de una implicación ciudadana permanente contra el
cambio climático. En esta ocasión, los clientes del mercado y la
ciudadanía en general son los protagonistas de una nueva forma de
ahorrar para el futuro y el bienestar colectivo. La participación del Institut de Mercats
de Barcelona en este proyecto se inscribe en la filosofía de dar más
servicio a los usuarios de estos equipamientos públicos. El mercado en
sí mismo ya es un equipamiento público para aportar una beneficio
colectivo (en este caso esencialmente alimentario y de salud). Si la
experiencia tiene éxito se intentará aplicar en otros mercados y
equipamientos municipales. Según Jordi Torrades, gerente del Institut
de Mercats de Barcelona, "esta
experiencia se adapta perfectamente al espíritu que deben tener los
mercados del siglo XXI de dar más servicio a los usuarios de estos
equipamientos públicos."
El concepto de OLAS SOLARES, comenta, Jordi Miralles, presidente de la Fundación Tierra, "quiere
extender el hábito entre la población de valorar el poder de la energía
solar, realidad que queda patente cuando alguien empieza a interesarse
día a día por la cantidad de energía eléctrica generada por un sistema
fotovoltaico". Según Miralles, "ser
partícipe invirtiendo en una instalación solar es como tener acciones
que cotizarán para el beneficio de nuestros hijos y hijas en un mundo
más sostenible".
Energías renovables en acción
La inversión que propone la Fundación Tierra con la central de energía
solar del mercado del Carmel está en la línea de los criterios de una
inversión ética, ecológica y solidaria. Las ganancias están reguladas,
actualmente por el Real Decreto 436/2004(BOE de 27de marzo de 2004) el
cual establece una prima de 0,44 euro/kWh sobre el precio base del kwh
y esta prima se garantiza por un periodo de 25 años (Instalaciones de
energía solar fotovoltaica del subgrupob.1.1 de no más de 100 kW de
potencia instalada; tarifa: 575 por ciento respecto a la Tarifa Media
de Referencia del Mercado Continuo durante los primeros 25 años desde
su puesta en marcha y 460 por ciento a partir de entonces). En el caso
de cambiar la ley, este mismo Real Decreto establece en su artículo 40
que: "las posteriores revisiones de las tarifas solo afectarán a las
instalaciones que se inscriban con posterioridad a dicha revisión."
El espíritu de esta inversión no es tanto el beneficio en sí mismo
puesto que no es un negocio en la medida que la ganancia está limitada.
Aun así, la legislación de promoción de la energía solar permite
recuperar la inversión en menos de 10 años (con las subvenciones
previstas) y dado que su vida útil es de 25 años aporta una
rentabilidad al final del período de entre el 3 y el 6 %. Un sistema de
monitoritzación en un panel luminoso en el propio Mercado del Carmel a la
vez que través de internet permitirá a todo el mundo conocer la
producción y ahorro en emisiones de CO2 que supondrá día a día esta
central fotovoltaica.
Una inversión contra el cambio climático
La Fundación Tierra defiende que la lucha contra el cambio climático
debe ser impulsada por la actitud positiva y práctica de la ciudadanía.
La campaña actualmente en curso, YO SOY LA SOLUCIÓN
, está en esta línea y la central fotovoltaica de suscripción popular
del mercado del Carmel de Barcelona es una oportunidad de activismo
práctico a favor de reducir la dependencia de las energías fósiles. Por
esto, a diferencia de las inversiones en fotovoltaica que proponen las
empresas del sector, este proyecto de participación popular está
diseñado para inversiones de pequeños capitales: 1.000, 2.000 y máximo
3.000 euros por persona física. Se trata, según Miralles, de que "el beneficio de las renovables y el activismo contra el cambio climático llegue al máximo de participantes".
Inicialmente lo proyecto se ha diseñado para 170 partícipes, pero se
podría ampliar hasta 250. Lamentablemente, el límite es la propia
inversión de la central fotovoltaica, la cual es de 301.000 euros,
llaves en mano suministrada por la empresa solar líder SunTechnics.
La producción eléctrica de la central del mercado del Carmel con una
potencia nominal de 41 kW se estima en 51.000 kWh/año, es decir el
equivalente al consumo energético medio de unas 10 familias. Se calcula
que el rendimiento será de unos 22.000 euros y supondrá el ahorro de
unas 25 toneladas de CO2.
Una participación en el proyecto de 1.000 euros supone ser propietario
de unos 175 kWh anuales de energía eléctrica limpia, es decir, el
equivalente a unos 80 kg de CO2. Podríamos afirmar que invertir 1.000
euros en energía solar permito un ahorro energético del 7 % del consumo
eléctrico medio por persona y año. En definitiva, una inversión útil y
práctica a favor del desarrollo de las energías renovables que son
claves para luchar contra el cambio climático.
Una experiencia solar innovadora y única en nuestro país
La inversión en seguidores fotovoltaicos ha tomado bastante empuje en
algunas regiones españolas bajo el influjo de las denominadas Huertas
Solares. También se han creado cooperativas de usuarios para explotar
estas instalaciones. La iniciativa de una central fotovoltaica de
suscripción popular se acerca más a las experiencias del capitalismo
con rostro humano tan comunes a principios del siglo XX. En esta
iniciativa, invertir 1.000 euros en energía solar es como poner una
cantidad simbólica en una libreta bancaria de ahorro cuando nace un/a
hijo/a. Al final del período de 25 años estamos legando no sólo un
beneficio económico sino, sobre todo, un gesto ejemplar de como hacer
viable un planeta libre del calentamiento global. Lógicamente, el hecho
que la propiedad de la central fotovoltaica y la gestión del proyecto
la haga una entidad sin ánimo de lucro garantiza que la máxima
rentabilidad va para el participante y visualizar el propio proyecto
como iniciativa ciudadana.
La Fundación Tierra hará un obsequio simbólico
a los participantes: un kit solar didáctico que es un saltamontes solar,
para recordar que nos hace falta aprender sobre las potencialidades de
la energía solar para que esta modalidad se extienda por las cubiertas
soleadas de las ciudades. Para la Fundación Tierra este proyecto quiere
ser un ejemplo que anime a la administración local para que deje de ser
promotora directa de plantas fotovoltaicas y haga posible más OLAS
SOLARES que permitan la implicación ciudadana y se las sientan como
propias.
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