Por qué la producción de etanol elevará aún más el precio mundial del alimento en 2008



Por qué la producción de etanol elevará aún más el precio mundial del alimento en 2008
Alerta 1 - 2008
Estamos siendo testigos del principio de una de las grandes tragedias de la historia. Los Estados Unidos, en un esfuerzo erróneo por reducir su dependencia del petróleo convirtiendo el grano en combustible para los coches, están generando una situación alimentaria de inseguridad global a una escala nunca vista antes.


Estación "gasolinera" en Brasil con un surtidor de gasolina y otro de alcohol (fuente: Wikipedia Commons)


Planta de etanol en West Burlington, Iowa, USA (fuente: Steven Vaughn Image Number D802-2)


El promedio de precios alimenticios compilado por The Economist llegó, en 2007, a su nivel más alto desde 1845.


En 2007 el trigo y la soja subieron más del 80%; el arroz y el maíz, alcanzaron precios récord. Estos aumentos no se deben a que ahora hay menos comida (el mundo produjo más cereales en 2007 que nunca) sino porque algunos cereales están siendo usados como combustible y porque ahora hay más gente que puede comer tres veces al día.


Los precios de los productos alimenticios  producidos indirectamente del grano -como el cerdo, las aves de corral, la carne de vaca, la leche y los huevos- están aumentando en todo el mundo.

24 de enero 2008 .- El mundo está enfrentándose a la inflación del precio del alimento más severa de la historia, mientras los precios del grano y de la soja suben a máximos absolutos. El trigo que se negociaba en el Chicago Board of Trade el 17 de diciembre abrió con US$10 el celemín por primera vez en su historia. A mediados de enero, el maíz se negociaba a US$5 por celemín, cerca de su máximo histórico. Y el 11 de enero, las sojas se negociaron a US$13.42 por celemín, el precio más elevado nunca registrado. Todos estos precios han doblado los de hace un año o dos.

Consecuentemente, los precios de los productos alimenticios hechos directamente de estas materias -tales como pan, pastas y tortillas- y ésos producidos indirectamente -como el cerdo, las aves de corral, la carne de vaca, la leche y los huevos- están aumentando en todo el mundo. En México, los precios de la harina de maíz se han incrementado un 60%. En Pakistán, los precios de la harina se han doblado. China está haciendo frente a una inflación desenfrenada del precio del alimento, una de las peores en décadas.

En los países industrializados, la última parte del procesado y de la comercialización de los costes del alimento ha suavizado el cambio, pero aún así los precios de los alimentos básicos están subiendo. A finales del 2007, el precio del pan de trigo estadounidense era un 12% más alto que el del año anterior, el de la leche un 29% por encima y el de los huevos estaban un 36% más alto. En Italia, los precios de las pastas se habían incrementado un 20%.

Cuando la demanda supera a la fuente
Los precios del grano en el mundo han aumentado drásticamente en tres ocasiones desde la Segunda Guerra Mundial, cada vez como resultado de cosechas reducidas por el clima. Pero ahora es una cuestión de demanda que, simplemente, sobrepasa la fuente. En siete de los ocho años pasados la producción de grano en el mundo ha quedado ligeramente por debajo del consumo. Estos déficits anuales han sido cubiertos tirando de las reservas de grano, pero los carryover stocks –la cantidad de grano que aún queda en el almacén cuando la nueva cosecha comienza- ha caído ahora a 54 días de consumo mundial, el nivel más bajo registrado (véanse los datos en www.earthpolicy.org/Updates/2008/Update69_data.htm).

A partir de 1990 hasta 2005, el consumo mundial de grano, generado en gran parte por el aumento de la población y el creciente consumo de productos animales basados en grano, incrementó un promedio de 21 millones de toneladas por año. Entonces llegó la explosión de la demanda de grano destinado a las destilerías de etanol de Estados Unidos, que creció desde las 54 millones de toneladas en 2006 a 81 millones de toneladas en 2007. Este salto de 27 millones de toneladas más que dobló el crecimiento anual de la demanda mundial de grano. Si el 80% de las 62 destilerías actualmente en construcción se terminan a finales de 2008, el grano usado para producir combustible para coches subirá a 114 millones de toneladas, el 28% de la cosecha de grano proyectada para 2008 en Estados Unidos.

Vender el grano a la destilería
Históricamente, las economías del alimento y de la energía han estado separadas, pero ahora con la explosión en la construcción de destilerías del etanol, se están combinando. Si el valor económico del grano como alimento es menor que su valor como combustible, el mercado moverá el grano hacia el mercado de la energía. Tal y como aumenta el precio del petróleo, el precio del grano lo seguirá.

Un equipo de económicas de la universidad de Illinois calcula que, con el petróleo a US$50 por barril, es beneficioso -con el subsidio del etanol de 51 céntimos de US$ por galón (igual a US$1.43 por celemín de maíz)- convertir el maíz en etanol mientras el precio se mantenga por debajo de US$4 el celemín. Pero con el petróleo a US$100 por barril, los destiladores pueden pagar a más de US$7 un celemín de maíz y todavía cubrir gastos. Si el petróleo sube a US$140, los destiladores pueden pagar a US$10 el celemín de maíz, el doble del precio a inicios del 2008 de US$5 por celemín.

Quién se queda sin grano
El Banco Mundial informa que por cada subida del precio del alimento un 1%, la aportación calórica entre los pobres cae un 0.5%. Millones de los que viven en los peldaños más bajos de la escala económica global, la gente que apenas se sostiene en el ritmo de la economía mundial, perderán su agarre y empezarán a caer.

Las proyecciones de los profesores C. Ford Runge y Benjamin Senauer de la universidad de Minnesota, hace cuatro años, mostraron cómo el número de gente hambrienta y subalimentada disminuiría desde los más de 800 millones a 625 millones antes de 2025. Pero a inicios del 2007, su actualización de estas proyecciones -considerando el efecto de los agrocombustibles sobre el precio del alimento del mundo- mostró que el volumen de gente hambrienta subía a 1.200 millones antes del 2025. Esta subida está ya ha empezado.

Puesto que los presupuestos de las agencias internacionales de ayuda alimentaria se fijan por adelantado, una subida de los precios del alimento contrae el volumen final de la ayuda. El programa mundial de alimento de Naciones Unidas (U.N. World Food Programme - WFP), que ahora está proveyendo ayuda alimentaria de emergencia a 37 países, está recortando los envíos a medida que se elevan los precios. El WFP informa que 18.000 niños están muriendo cada día de hambre y de enfermedades relacionadas.

Mientras los precios del grano suben, una situación de escasez alimentaria está emergiendo a medida que los países exportadores restringen sus exportaciones para frenar la subida de los precios del alimento en la economía doméstica. A finales de enero, Rusia -uno de los cinco principales países exportadores de trigo- impondrá un impuesto de exportación del 40% para el trigo, efectivamente prohibiendo las exportaciones. Argentina, otro líder en la exportación mundial de trigo, cerró los registros para exportación de trigo de forma indefinida a principios de diciembre, hasta que pudiera determinar las expectativas para la nueva cosecha. Y Vietnam, el exportador mundial de arroz número dos después de Tailandia, ha prohibido las exportaciones de arroz durante varios meses y no levantará probablemente esta prohibición hasta que la nueva cosecha llegue al mercado.  

Conflictos sociales
El incremento de los precios del alimento se están traduciendo en malestar social. Comenzó a principios de 2007 con manifestaciones por el precio de la tortilla en México. Entonces vinieron las protestas por la pasta en Italia. Más recientemente, el incremento del precio del pan en Pakistán se ha convertido en otra fuente de malestar. En Yakarta, 10.000 indonesios se concentraron delante del palacio presidencial el 14 de enero de este año para protestar porque los precios de la soja se han doblado haciendo subir el precio del tempeh, la proteína básica nacional a base de soja. Cuando un supermercado en Chongqing, China, donde ha subido el precio del aceite de cocina, ofreció este aceite a un precio reducido, la estampida que se produjo al abrir las puertas del establecimiento mató a tres personas y dañó a 31.

A medida que las tensiones económicas se traducen a tensiones políticas, el número de estados en crisis -tales como Afganistán, Somalia, Sudán, la república democrática del Congo y Haití- que ya antes de la subida de precios de alimento estaba en aumento, podría incrementarse aún más rápidamente.

Una cuestión política
Hay mucho por lo que estar preocupados ante la situación actual del mercado del alimento. Empezamos este año productivo con el stock más bajo registrado; los precios del grano más altos; la perspectiva de cosecha de grano de Estados Unidos más reducida, después de que varios millones de acres de tierra que cambiaron de sojas a maíz el año pasado vuelvan de nuevo a las sojas; la necesidad de alimentar a 70 millones adicionales de personas y a nuevas destilerías estadounidenses, que quieren que 33 millones de toneladas de grano más provean a las nuevas plantas de etanol que entran en funcionamiento este año. Los precios de los futuros de maíz para la cosecha de diciembre de 2008 son más altos que los de marzo, situación que indica que los analistas de mercado prevén incluso más escasez después de la próxima cosecha.

Mientras que las anteriores subidas dramáticas del precio mundial del grano estuvieron provocadas por el clima, ésta está políticamente inducida y puede solucionarse también con ajustes de esta política. El programa de agrocombustibles que actualmente satisface el 3% de las necesidades de gasolina de Estados Unidos simplemente no es justificable con el sufrimiento humano y el caos político que está causando. Si la cosecha entera de grano de Estados Unidos fuera convertida en etanol, satisfaría apenas el 18% de nuestras necesidades automotoras de combustible.

La ironía es que los contribuyentes de Estados Unidos, subvencionando la conversión de grano en etanol, en efecto están financiando una subida de los precios de sus propios alimentos. Es hora de terminar con el subsidio de convertir el alimento en combustible, y hacerlo rápidamente antes de que el deterioro de la situación de la alimentación en el mundo caiga fuera de control.

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Para fuentes y referencias gráficas consultar http://www.earth-policy.org/Updates/2008/Update69_data.htm


Lester R. Brown - Earth Policy Institute
www.earth-policy.org



Canviat
09/02/2017

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