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Niños y niñas participando en el taller de Mamaterra de Biocultura elaborando barritas nutritivas.
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La fascinación en la elaboración de barritas energéticas es más que evidente.
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Nuri Morral, atendiendo en el taller de alimentación saludable, elaborando barritas nutritivas en Mamaterra
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La
actividad sobre alimentación natural y saludable en el Festival
Mamaterra de Biocultura Madrid levantó el interés de los medios de
comunicación.
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Carlos Fresneda, Pedro Barbadillo, Kenny Ausubel y Nina Simons presentando Bioneers en Biocultura Madrid
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Sigue
siendo un martirio el tributo a pagar por ese pajarraco de tren llamado
AVE, en sus obras de llegada a Barcelona. Por correr mucho y hacer las
cosas mal -maldito capitalismo del máximo rendimiento con la menor
calidad- cientos de miles de activistas de la movilidad más dulzona nos
vemos abocados a pagar con nuestro tiempo y trabajo las malas gestiones
de unos pocos. Ya sea en los trenes de cercanías -que son los trenes de
los kurrantes- o en los que te llevan rápido por las largas distancias,
sea cual sea que sale de Barcelona, aguantarse tocan con más o menos
intensidad. Ayer viajamos dos colegas primero en autocar hasta
Tarragona, mete maletas, saca maletas, pasa por el arco y casi
bájate los pantalones para montarnos en un flamante ALVIA, que como no
llega a AVE le pongo PAJARILLO APAÑAO.
Con una hora de más llegamos a la conocida estación de Atocha, mi
colega flipa con el jardín tropical que metieron dentro del recinto
cuando actualizaron su arquitectura; como es tarde le comento que se lo
reserve para la vuelta y se lo disfrute, que pa eso está. En busca del
metro nos encontramos con el espacio dedicado a aquellos kurrantes que
cayeron un día, que pagaron con sus vidas y secuelas la mala gestión de
unos políticos gilipollas que llevaron a este país a la locura y que
nunca viajaran en cercanías.
Ya en el hostalillo, nos preparamos el plan de ataque para el día
siguiente, objetivo Biocultura, la feria de productos ecológicos y
consumo responsable. Me encuentro raro, y es que cuando viajo no suelo
acostarme si acurrucar a la bici, pero en fin, no se puede tener todo.
Por cierto, cuando me toco la
ceja izquierda y noto el quistecillo que perdura, recuerdo el
bicitortazo que me dí la ultima vez en Madrid.
Llegamos a la feria, que lleva dos días ofreciendo servicio, que no es
poco: 6 salas cada hora y en cada una pues una charla, desde cómo hacer
vermicompostaje hasta qué hace la red de ecoaldeas, pasando por la
música que te sube y por los problemas ambientales que te bajan... Lo
cierto es que quien quiera hacerse un máster express en temática de la
vida más responsable solo tiene que pasar unos días en las
multiactividades. Pero bueno, la dimensión de la potencia energética
concentrada en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo lo da el
listado de empresas y entidades: 500, no son pocas. Venir a Biocultura es
visitar una gran superficie de empresas que hacen las cosas bien y muy
bien, entidades ecologistas y sociales que todo lo hacen muy bien
porque es necesario que así sea, y que igual crean una revista de
culto, que asaltan un reactor nuclear para decir NO, o que se
dejan la piel por la piel de las otras especies. Un maíz inflado
gigante avisa de que Transgénicos ni hablar.
He venido de ayudante de cocina infantil, a fregar platos, preparar
cacharros y tirar retratos de las labores de mi colega Nuri, la gran
cocinera Nuri de MamaTerra como la conocen en el espacio que la
organización deja para los jóvenes biocultos. Las barritas energéticas
han quedao deguten, como dicen en Madriz, y las magdalenas con
sorpresa... bueno, la harina integral y los chavales no se llevan del
todo bien, pero solo tienes que observar cómo se valora lo hecho con
las manos. Nuri nombra entre los asistentes al que limpia, al que bate,
al que corta, al que mezcla y después, cuando al cabo de un rato vienen
a recoger su creación -ya ves tú, un trocillo de barrita o una magdalena
demasiado oscura- y se la llevan como un tesoro, puedes darte cuenta de
lo importante que es para la generación que nos releva formar parte de
los procesos y de la experimentación, que vale la pena.
En el restaurant del recinto la carta bien, la gestión horrible, sobre
todo cuando me encuentro con un integrista de los necesarios, a punto de
explotar cuando en el carrito de los residuos entraba todo, todo.
No podía perderme el comenzar de una presentación extraordinaria. Me
llego a la sala y allí están, Pedro Barbadillo, mi ecohéroe de los
documentales de compromiso de Informe Semanal y otros; a su lado otro
ecohéroe, Carlos Fresneda, que desde Integral y El Mundo en Nueva
York nos mantiene a muchos al día de lo que ocurre importante para el
bien común en la otra América, la que no usa biblia ni sombrero de
cowboy. A su lado, las dos personas que hace 17 años montaron Bioneers: Kenny Ausubel y Nina Simons, por los que siento pasión desenfrenada y
sigo su estela desde hace unos años, a pesar que mi inglés no sirve pa
na. Han venido a presentar por Spain su ideal hecho realidad de
sembrar soluciones prácticas para la gente y el planeta, es decir,
remediar las cagadas que hemos hecho como si fuese la naturaleza la que
lo hiciera, imitándola. He flipao con el comentario sobre uno de los
bioneros, experto total en setas y hongos. La narración de cómo resolvió
con éxito rotundo una bioremendación para limpiar un vertido de
diesel. Al principio parecía una flipada, al final una auténtica
lección de cómo la sabiduría ecológica y la fuerza de la naturaleza
hacen más de lo imaginable. Bueno, han venido a presentar sus labores y
su interés porque aquí, en el sur de Europa, comiencen los bioneros
locales a reunirse como hacen allá, una vez al año, un intensivo que
transforma a todo el que se acerca a finales del verano por San Rafael
en California. Este próximo martes están en Barcelona y presentarán
antes de su estreno el documental que más he esperado en mi historia, La penúltima hora (The 11 ht hour) o undécima hora, producida por el verdeactor Leonardo Di Caprio, y
donde 40 humanistas de todas las ramas -muchos de ellos del club de los
bionners- dicen la verdad de lo que están pasando y dan su receta para
combatir lo que está llegando. Joer, no estaré, pero tú si andas cerca,
infórmate del programa de la visita de los bioneros y pase de la
película "The 11 th hour" en el 936 011 636. Para saber más sobre
Bioneers aquí.
Mañana, lo que he visto y he retenido, porque igual puede serte de
utilidad para bioculturizarte, camino de bionerizarte, si todavía no lo
estas, claro.
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