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Parte de la expo solarculinaria de ISFPV |
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Una de las mesas de ponentes, y una histórica cocina parabólica ksol 10 al lado. |
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Detalle de uno de los pósters |
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Mi habitación en gran clase sostenible RENFE, llegando a BCN |
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Y la ducha, menudo lujazo sobre raíles |
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Llevo una semana moviéndome desde algo así como un viaje épico en busca
de sentido y dirección, de sentires en vivencias y de rumbos diversos,
con el objetivo de reconstruir y fortalecer mi espacio de acción en
esta nave colectiva que siento que va camino de escenarios duros, pero
ya inevitables y, por qué no, necesarios y hasta emocionantes. Se acabó
la ilusión de la normalidad, lo que viene es extraordinario.
Son
las 5 de la mañana, regreso en tren de Bilbao a Barcelona, y lo hago
con un privilegio supremo: utilizo uno de los departamentos de gran
clase, no por voluntad, más bien por confusión en la logística, pero
déjame que te cuente sensaciones.
He participado en un encuentro
de Ingeniería Sin Fronteras del País Vasco, y suerte la mía. El cocinar
con el sol con pasión y compromiso me ha permitido asistir al segundo
día de la IV Jornada de Energías Renovables y Desarrollo Humano:
Tecnologías Apropiadas. Para alguien como yo, que no pasé de la FP de
primer grado, estar en el laico templo del conocimiento tecnológico en
ebullición, del progreso de las ideas y del conocimiento -la
universidad que forma a las hornadas de constructores/as del mundo que
tenemos en marcha- ha sido revelador. No esperaba encontrarme con
tanto activista de las energías renovables, limpias y solidarias; ciertamente, una muy elevada concentración por metro cuadrado de humanos
técnicos que, sin duda, forman ya parte del grueso que camina rápido
hacia el mejor de los futuros posibles, desde el entendimiento y la
acción del privilegiado presente que nos ha tocado vivir. Y no imaginé
que, además, tanta inteligencia y trabajo entorno a las cocinas solares
se hubiese generado en el lugar por parte de los miembros de la ong,
digamos, de ingenios humanos por la paz técnica.
En fin, vente
conmigo a mi departamento en el tren estrella que une las dos ciudades
que comienzan con B. Por motivos varios voy sólo en tren, es decir, no
voy con mi bici, y la soledad tecnicapropiada no pasa desapercibida,
pero en fin, hay que probar de todo. Cuando me enteré que me había
tocado un espacio gran clase dejé la curiosidad a un lado hasta el
momento de tomar el espacio. Aproximadamente 5 metros cuadrados de
superficie y 8 metros cúbicos de volumen, menudo lujazo, para mi
solito. El departamento se puede ocupar en la modalidad de individual y
también en doble. Cuenta con dos camas, la secundaria es la elevada.
Perfectamente climatizado, dispones de un lavabo exclusivo y, cuando
abres su pequeño armario, una botella de agua embotellada y un neceser
cargado de cosas está a tu disposición. Por supuesto las toallas y,
atención, en varios formatos, y es que el departamento tiene ducha; sí
ducha. He hecho de todo en el tren, cosas que ya he contao y otras que
no procede, pero pegarme el placer supremo de una ducha con agua
templada, que además era necesaria por aquello de los olores a
humanidad, bueno, amigo, esto me ha hecho ser dichoso, feliz,
agradecido, elevado, privilegiado... sí, puede parecer infantil, pero
cuando has decidido coger lo justo del gran buffet, la vivencia vivida,
que puede parecer poca cosa en un mundo sofisticado, se puede convertir
en un momento extraordinario, en una sensación placentera, y siempre
desde la sincera valoración de cuánto es óptimo coger del festín de la
vida afortunada, en una sociedad narcotizada con el consumo de bienes y
servicios. En fin, viajar en gran clase “sostenible” sobre raíles es
para mí un auténtico y agradecido lujo, que si puedes y debes, te
recomiendo disfrutártelo.
Ocurría en Bilbao, de forma simultánea
a la jornada y como en cualquier ciudad dinámica, otra actividad que me
hizo tilín al llegar: la feria Al Gusto, promovida por el movimiento
Slow Food y el gobierno local. El
buen comer, con gusto, local y artesano, ha estado a punto de ser
motivo para la visita, pero no, ha podido más el panel de expertos que
han cerrado la extraordinaria jornada de los ingenieros del mundo
deseado. Un politólogo que decía la verdad directa, con conocimiento de
causa, de cómo la geopolítica, la energía y la tiranía del capitalismo
salvaje hacen, de todo lo que nos rodea, negocio redondo, dejando una
estela de victimas. Una activista ecologista local, con la lucidez y
las ideas claras y concisas sobre las energías buenas y necesarias y
las fuentes de energías sucias y evitables, estaba al lado de un
profesor universitario de la ingeniería nuclear. El hombre ha defendido
lo que le da de comer, digamos que con elegancia, en un entorno de
ciudadanos que han tenido que contenerse para no enviarlo, digamos, a
freír espárragos, y es que no se puede hacer mucho y serán los procesos
biológicos naturales los que irán dejando este mundo sin defensores del
mayor acto de terrorismo tecnológico que ha parido la especie humana.
Al lado del sin remedio sucio energético, estaba un sabio y viejo
profesor. Su consigna ha sido clara: ya es tarde y lo que toca es
correr en la dirección apropiada, soñar y actuar hacia un futuro
complejo, energéticamente emocionante, socialmente nuevo y
ambientalmente afectado. Uno de los ingenieros sin banderas ni
fronteras, después de escuchar la lectura de las conclusiones de dos
días cargados de presentaciones tecnoapropiadas y la lectura del
manifiesto sociopolítico y sentimental elaborado por los organizadores,
me ha dicho que casi se le saltan las lagrimas; le he dado una palmada
en la espalda y no le he dicho que a mí también.
No te pierdas nada de lo acontecido, aquí: el programa, las presentaciones, los ponentes, los temas tratados... solicita a ISFPV la información que se ha aportado y que te haga falta
para tus avances técnicos hacia el desarrollo de un mundo mejor. Conoce el espacio dedicado a la cocina solar, la extraordinaria exposición que acaban de poner en marcha sobre la aplicación más sabrosa de la energía solar y su calendario. Conoce 85 páginas de un estudio técnico sobre el estado del arte solarculinario, que sirvió para elegir el modelo de cocina solar para un proyecto en la Isla de la Española, Haití. A ISFPV o al ISF que te pille más cerca (enlace al web de la confederación), puedes
dale apoyo, puedes prestarle atención a sus propuestas y participar de
sus actividades, la que sea y puedas, te lo recomiendo, porque en el
mundo que viene toda la ingeniería buena va hacer mucha falta para
nunca caer en la desesperanza.
Son las seis, el tren atraviesa
traqueteando la noche, a velocidad uniforme, ni vuela como un ave ni
tropieza; en unas horas llego a la ciudad, y el tren que me mueve es el
primero de largo recorrido que entra directo después de resolverse los
estropicios que tanto han afectado al transporte railrodado. Se acaba
el viaje épico, me acurruco en la horizontal, quizás los sueños de
ultima hora aparezcan, cada vez son más dulces y es que no hay nada
mejor que sentir la vida con la ilusión del mejor presente activo y del
mejor futuro soñado.
¡Chapó, compas de ISFPV!,
asistir a vuestras jornadas ha sido épico, valioso, reconfortante,
enriquecedor, ha sido para mí un regalo para seguir reforzando mi vida
sobre este poderoso planeta, donde una especie frágil comienza a darse
cuenta de que no hay futuro energéticamente solidario, seguro y en
equidad, sin hacer las cosas con el ese gran corazón colectivo más
atento y con la apertura de la gran mente del conocimiento humano más
resuelto en el camino hacia el futuro posible y positivo para todo lo
vivo. |
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