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Los
procedimientos del parto convencionales son poco respetuosos con el
ritmo biológico de la mujer y del niño y excesivamente medicalizados.
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Un parto natural deja el quirófano, si no hay dificultades, y puede tener lugar en espacios acondicionados como este.
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En
el parto natural la mujer va escogiendo la postura en que se encuentra
más cómoda y va siguiendo las indicaciones de la matrona cuando es
necesario.
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El parto es nuestro |
El Parto es Nuestro es una asociación sin ánimo de lucro, formada
por usuarios/as y profesionales que pretende mejorar las condiciones de
atención a madres e hijos/as durante el embarazo, parto y posparto en
España. La Asociación El Parto es Nuestro, que se mantiene sólo de donaciones privadas, nació para
prestar apoyo psicológico a mujeres que habían sufrido cesáreas y
partos traumáticos y a raíz de los testimonios que fueron recogiendo, decidieron iniciar acciones para reivindicar un mayor
respeto y protección hacia los derechos de las madres y los niños,
modernizar el sistema de atención obstétrica español y difundir las
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en la atención
al parto. |
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Humanización del parto |
Como
siempre, existe la tendencia a pasar de un extremo a otro. Y no ha sido
menos por lo que respecta al embarazo y parto en España. De los partos
en casa sin medios, recursos, ni profesionales preparados, se ha pasado a
una hospitalización masiva, una atención poco humanizada y una
intervención médica a menudo innecesaria.
Es verdad que en mundo
donde la comodidad se ha apoderado de nuestras vidas hay una creciente
demanda de cesáreas para evitar el dolor del parto, pero que también
suponen un riesgo para la madre y el bebé, y fulminan una vivencia muy
especial que va a unir a madre e hijo para siempre.
Aunque
todas las mujeres tienen derecho a decidir cómo quieren que suceda su
parto, también es verdad que cada vez más parejas se quejan de la
alienación que han vivido en este momento tan especial de la vida durante el
proceso del parto hospitalario, y defienden que estar embarazada no
significa estar enferma, por lo tanto sólo se debería intervenir en los
casos de riesgo, que suelen ser un 20-25%. En algunos casos se han
llegado a provocar fuertes traumas vivenciales por experiencias mal
atendidas.
Pero el hecho de que las madres primerizas sean cada vez
mayores, más maduras y más formadas intelectualmente, está uniendo a
colectivos que quieren volver a recuperar el protagonismo de la mujer
en el parto y la sabiduría del cuerpo para facilitarlo, con el
acompañamiento de personas preparadas y con los recursos técnicos
necesarios para poder atender complicaciones. Finalmente, el Defensor
del Pueblo respalda a estos ciudadanos, recomendando a las Comunidades
Autónomas que empiecen a contemplar protocolos médicos para ofrecer
partos de forma natural.
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El desastre de parir |
La
tasa de natalidad en España ya hace años que es muy baja, y de media
una mujer tiene uno o dos hijos. Eso significa que, en toda la vida, una
mujer va a pasar por uno o dos días en esta situación, muy especial,
íntima e intensa, y por eso debería ser tratada como algo único e
irrepetible en cada caso.
En 2006, Isabel Fernández del Castillo publicó el libro La revolución del nacimiento,
donde se ilustra el catálogo de actuaciones médicas con las que se
aborda protocolariamente la asistencia al parto en España. En él se
recogen actuaciones rutinarias como el rasurado genital, aplicación de
enema a la madre, monitorización inmovilizante de parturienta y feto,
perfusión de oxitocina sintética para acelerar las contracciones,
postura determinada boca arriba, episotomías, etc. que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no sólo son innecesarias de forma general, sino que pueden provocar más sufrimiento que seguridad a madre e hijo.
La
realidad confirma que, en España, un 35% de los partos acaban en cesáreas
en las clínicas privadas y un 21’5% en las públicas, por la aplicación
indiscriminada de procesos médicos que parten de una visión patológica,
intervencionista y jerárquica del parto. En otros países de Europa con
menor mortalidad perinatal, las cesáreas suponen el 10-15% máximo.
En
estos casos, el protagonista, el experto, es el médico y el proceso se
facilita para él. De este modo, a parte de determinar posturas cómodas
para él, se interviene acelerando procesos y programando partos (como
si eso fuera lógico) para ajustarse a horarios y días laborables.
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Inercia y culpabilidad |
El
momento del parto está claro que, a parte de ser un proceso casi mágico,
es también delicado y hay temor para que todo salga bien. Por eso,
como explican desde la asociación El parto es nuestro, una vez están bien la madre y el bebé no se explica si la experiencia ha sido dura y no satisfactoria.
Los
profesionales que defienden la intervención médica se escudan en
estadísticas, diciendo que a principios del siglo XX morían 2 de cada
100 mujeres en España en el parto y que ahora son 1 por 17.000 de las
que se atienden en el hospital. Lo que no quieren comentar es que, en
países europeos como Noruega, Finlandia u Holanda, la tasa de mortalidad
es menor y, por lo general, los partos se atienden en casa. El profesor
José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia,
no aprueba estos procedimientos por arriesgados. También argumenta que
en el manual de protocolos revisado en 2005 ya se recogen algunas de
las recomendaciones de la OMS, pero que no se pueden controlar las
decisiones de cada hospital.
La realidad es que, culturalmente,
ahora parece que se debe parir en el hospital y como indican los
médicos, y que hacerlo de otra manera es poner en riesgo madre y niño. Se
desvincula a la mujer de lo que está sucediendo a su cuerpo, ya que
ella no tiene la formación necesaria para interpretarlo, así que ir en
contra de esta presión social no siempre se puede superar.
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La experiencia de parir |
Pero
también hay expertos que se han dado cuenta que respetar y acompañar el
proceso del parto de una forma más natural aporta muchas ventajas y
debe ser defendido. La Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME)
se posiciona a favor de dejar progresar los partos sin prisas e
intervenir sólo cuando sea necesario. Por ello, van a publicar un
protocolo para la asistencia natural al parto normal, para que las
mujeres que lo deseen puedan sentirse en el hospital como en casa y dar
a luz de forma fisiológica, pero con la infraesatructura hospitalaria
al lado.
Estos protocolos son para atender al parto natural,
respetando la biología y fisiología que lo hace posible. Siempre se
alerta de que pueden surgir complicaciones, pero en muchos casos las
complicaciones aparecen por el propio procedimiento que se sigue en los
hospitales.
En el momento del parto, la mujer precisa de un
espacio de recogimiento e intimidad, de libertad de movimientos, de
asistencia respetuosa y de tranquilidad, para que el cuerpo vaya
generando las endorfinas y hormonas necesarias que estimularán la
dilatación y aliviarán la sensación de dolor de forma natural. El hecho
de colocar a la mujer inmovilizada en un lugar hostil, y con gente
desconocida circulando y dando órdenes, provoca un estado de estrés que
paraliza todo el proceso, que por eso debe ser forzado médicamente
con fármacos.
El hospital almeriense Huércal-Overa ya hace años
que sigue los protocolos de parto natural. El médico Longinos Aceituno,
jefe de obstetricia, procedía de la medicina convencional, y el equipo
de matronas del hospital le convenció para actuar siguiendo estas
pautas. Algunos centros más han seguido también estas orientaciones,
como la Maternidad en Barcelona, Santa Caterina en Girona u otros en
Cantabria, pero la oferta es muy pequeña respecto a la demanda, y hay que
recurrir a menudo a clínicas privadas o al parto en casa (Migjorn,
Acuario…).
Los criterios a seguir para un parto natural favorecen: - Información
Facilitar toda la información necesaria a la mujer, para conocer lo que
pasa con su cuerpo y decidir lo que desee. - Intimidad, seguridad y apoyo emocional
Favorecer un espacio seguro y acogedor, para que la mujer pueda entrar
en el estado de consciencia espacial propio del parto, evitando el
estrés, la luz intensa, el ruido... - Libertad de expresión y movimientos
Se deja total libertad a la parturienta para que pueda colocarse como mejor se
encuentre, darse un baño o sentarse en una silla especial. Está
demostrado que la posición vertical, por la gravedad, ayuda a la
expulsión, la vagina se amplía y se acorta, y la presión de la cabeza
del bebé sobre el cuello del útero ejerce un efecto hormonal que
estimula la producción de oxitocina y, por tanto, la dilatación. - Asistencia profesional respetuosa
El profesional debe acompañar el proceso, respetar los tiempos
naturales y aplicar los procedimientos obstétricos únicamente si hacen
falta. - Intimidad y tiempo para acoger el bebé Desde el primer momento, madre e hijo deben estar en contacto y así se crea un vínculo que tiene consecuencias duraderas. - Cordón umbilical
Pinzar el cordón umbilical inmediatamente tras el nacimiento es una
práctica que no puede demostrar sus beneficios y que está evitando que
el cordón, que sigue latiendo varios minutos y suministrando sangre
oxigenada al bebé, ayude a los pulmones mientras empiezan a funcionar.
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Buenas noticias |
La presión ciudadana para poder ser atendido en el momento del parto
siguiendo un plan que contemple estas garantías de respeto,
información y protagonismo de la mujer, está obteniendo sus frutos.
Aparte de la pronunciación del Defensor del Pueblo, en Catalunya, donde
había dos hospitales que contemplaban protocolos y espacios para partos
naturales, existe el compromiso que a finales de 2007 habrá 5 más y
progresivamente se irá generalizando, para evitar el aumento de partos
en casa de personas que no pueden ser atendidas de otra forma en los
hospitales, que aseguran unos recursos inmediatos en caso de
complicaciones.
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