La dimensión cultural del desarrollo sostenible Medir la sostenibilidad permite disponer de una visión sobre los avances o retrocesos en una práctica generalizada que sea menos lesiva para nuestro entorno. Existen algunos informes a nivel global como La Situación del Mundo que elabora anualmente el Worldwatch Institute y se publican periódicamente índices del impacto de la actividad humana sobre el planeta como la huella ecológica que se refleja en el informe Living Planet.
En el año 2005 se creó el llamado Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), en la Universidad de Alcalá. Un proyecto de análisis con criterio riguroso e independiente sobre el comportamiento de la sociedad española en materia de sostenibilidad, que además sirviera de comparación con los estándares establecidos por la Unión Europea. El informe 2007 es el tercero que se publica, por lo que empezamos a tener una perspectiva histórica que es fundamental en cualquier proceso de evaluación.
El informe Sostenibilidad en España 2007 se estructura en base a 155 indicadores (muchos más que en la última edición del 2006 que era de 88) que abordan los ámbitos del desarrollo socioeconómico, la inclusión social, el envejecimiento demográfico, la salud pública, el cambio climático y energía, la producción y consumo sostenibles, la gestión de recursos naturales, el transporte, el buen gobierno, la cooperación al desarrollo y la cultura y desarrollo sostenibles. De cada uno de estos ámbitos se dispone de una batería de indicadores en los que se valora el nivel, la evolución, su relación respecto a la Unión Europea y la evaluación. Un tabla gráfica al principio del informe resume la realidad de los mismos, además de una forma muy gráfica.
En general, el informe plantea un diagnóstico general de la situación de los procesos de sostenibilidad en España. El análisis de las interacciones que existen entre las diferentes áreas muestra que persisten situaciones que presentan notables riesgos de insostenibilidad, así como determinados procesos especialmente resistentes al cambio. En este sentido se constata que:
• prosigue el fuerte crecimiento económico, aunque con síntomas de reequilibrio sectorial hacia un modelo menos dependiente de la construcción;
• se valora como un reto esencial alcanzar una mayor cohesión social, ya que la fuerte creación de empleo no está redundando en una mejor distribución de la renta;
• el sector de la energía muestra signos de un cambio de tendencia, ya que en el último año ha descendido el consumo de energía primaria y de energía final y, con ello, la intensidad energética de la economía ha descendido;
• a pesar de que en los últimos dos años han disminuido las emisiones de gases con efecto invernadero y de otros contaminantes atmosféricos, la calidad del aire en las ciudades sigue afectando a la salud y a la sostenibilidad urbana;
• más de un tercio del territorio español está sujeto a un riesgo muy alto, alto o medio de desertificación y de pérdida de productividad primara neta potencial.
Evidentemente el informe corrobora los problemas estructurales de nuestro modelo de desarrollo, entre los que se enumeran la escasa eficiencia energética de la mayoría de los sectores productivos y la excesiva dependencia del empleo respecto a los sectores de la construcción y servicios. Sin embargo, también hay indicadores que expresan un avance remarcable. En este sentido, el buen gobierno ha mejorado ostensiblemente y se valora positivamente la prestación de servicios públicos a través de tecnologías de la comunicación y de la información continúa.
Sostenibilidad en España 2007 es un libro necesario para reflexionar sobre las prácticas que nos conducen a la degradación de nuestro entorno. Por ello señala algunos de los retos más importantes para alcanzar un desarrollo sostenible. Pero, sin duda, gracias a su importante despliegue de gráficos y de la sencillez para hacer asequibles los diferentes indicadores, uno puede navegar entre ellos buscando realidades tanto para la esperanza como para tomar cartas en el asunto. Aunque en muchos de los indicadores nos puede parecer que la mayoría de los ciudadanos somos ajenos a los mismos, podremos detectar que no siempre es así, sino todo lo contrario. Por ejemplo, el vertido incontrolado de residuos ha disminuido de forma drástica y la recogida selectiva ha pasado del 0,5 % en el 1990 al 11% en el 2005. Esto es posible gracias a la mayor implicación ciudadana, aunque también a una mayor sensibilidad por parte de los ayuntamientos que los gestionan. Asimismo, el año 2006 fue especialmente activo en el desarrollo de las energías renovables. Probablemente todavía estamos lejos del objetivo del 20 % para el año 2020, si consideramos que en términos de energía primaria es sólo del 6,8 % de momento, pero es un signo de esperanza. Aquí dependerá también de una mayor participación popular en invertir en éstas, dado que sólo con la energía solar térmica doméstica podemos reducir en más del 40 % el consumo energético del hogar.
Ante las más de 500 páginas de este informe, uno puede ir descubriendo un sinfín de curiosidades que el rigor del equipo del Observatorio de la Sostenibilidad en España publica con contundente claridad. Estamos pues ante un libro que es indispensable para las organizaciones no gubernamentales y para los entes públicos que gestionan el país. Pero quizás lo más importante sea, como señala en el preámbulo la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que “los resultados empiezan ya a ser palpables en cuanto a su capacidad para contribuir a un mejor conocimiento e información de la sociedad, así como para favorecer la reorientación de las políticas hacia un mayor participación de los ciudadanos”. Y es que no puede haber sostenibilidad sin conocimiento y participación, por lo que informes como los de la OSE constituyen un herramienta clave en este menester.
Sin duda queda mucho por hacer, pero los esfuerzos de este grupo de expertos del OSE pone todo su talento en ofrecernos un informe riguroso, fácil de leer y comprometido para avanzar hacia la necesaria sostenibilidad planetaria, algo que empieza por lo local, y el informe Sostenibilidad en España 2007 no hace sino corroborar que no sea por falta de información. Todo un acierto pues, que esperamos que siga publicándose en los próximos años con la calidad que le imprime como ya es habitual Ediciones Mundi Prensa. Sin embargo, sería bueno que la próxima edición en lugar de estar impreso en papel ECF (Elemental Chlorine Free) lo fuera en TCF (Total Chlorine Free) cuyo blanqueo se hace con ozono respetuoso con el entorno. Aunque lo deseable sería que la edición del 2008 fuera en papel certificado por el Forest Stewarship Council (FSC) que como estándar ambiental es el único que avala que el papel proviene de la explotación sostenible de los bosques.