Entre
diseñadores andaba el juego y es que se crían por separado pero siempre
acaban juntos... Lo mismo que los dibujantes de cómic Jean Claude
Mezières y Jean Giraud (Moebius), que llevan décadas colaborando juntos
en álbumes de cómic que son puras joyas de arte gráfico y literario.
Pero vaya, no va de cómics la historia de diseñadores que quiero
contar. Resulta que hoy he conocido a Joan Nadal, un diseñador
andorrano que ha colaborado a menudo con los proyectos de otro
diseñador ya conocido en este diario, Josep Mora,
autor entre otros diseños de reciente bicicleta plegable más rápida del
mundo: la molabike.
De todos modos, lo siempre emocionante para mi de estar frente a uno de
estos diseñadores es poder ser testigo en primera línea de su capacidad
para imaginar. Y es que me resulta igual de placentero que cuando te
cuentan un sueño. Pero si, como en el caso de Joan Nadal, su ingenio está
a favor de la ecología, pues éste se eleva a las alturas. Es evidente
que hay webs especializadas en esto de descubrir lo mejor del diseño
mundial, como la conocida Treehugger, por citar una de popular. Aunque las hay más entrañables y más nuestras como la simpática Ecofactory, que nos descubre algo más que nuevas realidades en beneficio del medio
ambiente... Pero bueno, a lo que iba, creo que por una vez se me ha puesto a
tiro divulgar en primicia mundial un ecoinvento que me ha dejado
pasmao: el bobhanger.
Cada uno tiene sus pasiones; la mía es la de colgar bien la ropa con
elegantes perchas y considero que en esto de colgar la ropa, más
allá de lo funcional, tengo sensaciones placenteras cuando se contemplan las prendas en toda su forma.
Ver un mogollón de ropa en una tienda perfectamente colgada tiene algo
de arte a la vez que de toque erótico, pero este último aspecto lo dejaremos
aparcado. Así que frente a mi está Joan Nadal, que me muestra su
ecoinvento, con el que ha trabajado más de un año hasta llevarlo a
patente y hacerlo realidad. Pero lo interesante es que su ingenio tiene
como punto de partida una preocupación ecológica personal: ver tantas botellas de agua
mineral abandonadas y que podrían tener otra utilidad. Y así le nació
la idea de la percha ecológica bobhanger; él mismo define BoB
como el acrónimo de: Bottle "object" Bottle (Botella objeto Botella)... que es el triángulo que forma este ecoperchero
para aprovechar las botellas vacias de agua mineral. Me comenta que las
de 250cc o 330 cc son ideales para colgar camisetas (t-shirts) o ropa
íntima femenina. En cambio, para camisas y prendas con más "percha" pues
lo mejor son las botellas de 500 cc. Lo interesante es que el bobhanger
es ideal para que las hombreras conserven su forma original. Además,
facilita una mejor ventilación de la ropa, por lo que es ideal para que
un vestido recién lavado se seque más rápido e incluso con una mejor
forma. Por último, las botellas de plástico no dejan ninguna marca -como
puede suceder con algunas perchas-, además es ligera y puede llevarse
siempre encima, ya que plegada ocupa muy poco espacio y encontrar un par
de botellas de agua mineral es de lo más fácil en nuestra sociedad,
lamentablemente.
El precio -menos de 2 euros- en este lanzamiento es más que razonable, ya que se
vende directamente desde el propio diseñador. Y si a alguien le
puede parecer algo caro respecto a unos percheros de madera que al por
mayor pueden comprarse por 1,2 euros, que recuerde que el bobhanger es
totalmente respetuoso con el entorno, ya que el material es cartón
reciclable. En unos días, la ecopercha de Joan Nadal va a ser el gadget
estrella del salón de la sostenibilidad francés
que se celebra en París a primeros de Abril. Y es que innovar en esto de
la perchería no es tan sencillo y mucho menos con la genialidad que
permite el bobhanger, reciclable al 100 % tanto el cartón como
las botellas, a las que da un segunda vida. Todo sin olvidar que tiene un mínimo
consumo en su transporte, dado que la ecopercha sólo pesa unos 20 g la unidad. O sea que
no podía ser más interesante y, además, permite una personalización
individual, ya sea con nuestro propio arte pintando sobre el cartón o, en
ediciones impresas, por parte de alguien que quiere identificarse con un
producto ecológico. La industria de los percheros tiene en el plástico
su principal aliado y en la madera la elegancia. Ahora, con el bobhanger,
a las perchas de todo el planeta les ha salido una hermana ecológica. En fin, tras haber
podido mantener amigable diálogo con este diseñador andorrano que estudió en la escuela
barcelonesa Elisava, que ahora reside en París y que fabrica sus bobhanger
en Cornellá, pues como que me recuerda otras historias de bellos
diseños. Sin ir más lejos, pronto aparecerá también la nueva
cocina solar parabólica AlSol y que se fabricará, mira por donde, también en un taller de Cornellá, aunque en este caso su diseñador es alemán.
Y
para terminar, me entero que el perchero fue inventado en
1869 por el amerciano O. A. Norte. Aunque se explica que fue en 1903 que el
empleado Albert J. Parkhouse, de la empresa Timberlake Wire y
Novelty Company de Jackson, del Estado de Michigan, quien, cansado de oír
las quejas de sus compañeros de trabajo sobre la escasa cantidad de
percheros de que se disponía en la fábrica, dobló un pedazo de alambre
en dos óvalos y torció los extremos juntos para formar así un gancho,
es así como fue inventado el primer gancho básico de alambre. Del museo
de la Oficina Española de Patentes he pillado una sofisticada percha
española de 1915... En fin, la de Joan Nadal es la simplicidad
ingeniosa y, sin duda, constituye otro hito en el mundo de las perchas.
El bobhanger nos permite escapar de un mundo dominado por unas pocas
multinacionales de la perchería. Me alegra un montón poder dejar constancia de este tan interesante producto en este diario de
emociones ecológicas... y eso sin quedarse colgado...
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