Impermeabilización ecológica de una terraza

Un edificio es como un ser vivo esterilizado: nace, madura, envejece y muere (y mientras puede que enferme). Antes se contruía para que retardar al máximo el envejecimiento de lo arquitectónico. Hoy es todo lo contrario. Tanto por los materiales empleados como por las técnicas construtivas se incrementan la probabilidad de patologías arquitectónicas. La más común es ya una tara de nacimiento: la escasa eficiencia energética de los mismos. Luego están las patologías estructurales. De estas, la más habitual, las filtraciones de agua de lluvia por las cubiertas. La razón es que se emplea un material impermeabilizante: la llamada tela asfáltica a la que no se le da una garantía vital de más de 10 años. Lo saben todos los arquitectos, pero se sigue utilizando a pesar de que cuando se trata de terrazas o cubiertas planas, la reparación será costosa y molesta para el residente del mismo.

Vista parcial de la terraza antes de la intervención de impermeabilización con material reciclado.

Analizamos las opciones del caso de una terraza de 70 m2 de unos 15 años que por diversas razones estaba provocando fuertes desperfectos por las filtraciones de agua. Lógicamente, el buen vecinaje exige tomar las medidas adecuadas cuanto antes. Así, que algo razonable es encargar un diagnóstico con la correspondiente receta para atajar la patología detectada. Se sabe que las filtraciones de agua aunque estén localizadas en un punto, el propio diseño de la terraza puede que en realidad el punto de afloramiento no sea más que el final del camino por lo cual no se vale simplemente poner un remiendo en este punto final. También es cierto, que cualquier périto lo primero que pregunta es la edad de la terraza. Así que ya casi que la conclusión es obvia si tiene más de 10 años. Por cierto, que esta la garantía que exige la ley al constructor. Así, que con un poco de suerte, una terraza, por nueva que sea, si se han empleado materiales convencionales como la tela asfáltica y si por cualquier causa el edificio ha sufrido algún tipo de asentamiento, pues la posibilidad de grietas imposibles de ver debajo de las losetas de la cubierta obligan a una nueva impermeabilización.

Primero se extiende la manta de EPDM y luego a continuación se encola para que quede bien pegada a la superficie de la terraza que vamos a reparar.

La opción convencional

La mayoría de las personas ignoran la existencia de materiales impermeabilizantes de alta calidad. Un profesional de la rehabilitación puede que aconseje la opción convencional que es levantar toda la terraza y volverla a impermeabilizar. Esta opción requiere pues levantar todo el suelo del mismo y retirar la tela asfáltica vieja. Eso puede también permitir, en casos de terrazas en edificios viejos aprovechar para colocar aislamientos e incluso revisar aspectos estructurales. Sin embargo, esta opción, por ejemplo, requerirá de generar una amplia cantidad de residuos constructivos. Como que las terrazas se ubican en la parte alta de los edificios habitualmente, pues entonces la retirada de los mismos exige o bien colocar bajantes hacia el contenedor de residuos (si es posible la ocupación legal de la vía pública) o buscar una zona de acopio a base de sacos pequeños que luego puedan retirarse manualmente. Si además el edificio no tiene ascensor, por ejemplo, entonces, las horas de trabajo se multiplican, por lo que la obra se encarece.

La membrana de EPDM (caucho de etileno propileno dieno) se inserta dentro del rebozado de la paret con una capa de mortero. A su vez, con EPDM adhesivo, se recubren los sumideros para garantizar la total estanqueidad. Una vez acabada la colocación del EPDM se hace una prueba de estanqueidad inundando la terraza durante un mínimo de doce horas.

En cualquier caso, la opción convencional supone un coste económico mayor, un tiempo de obra más prolongado y un incremento en el impacto ambiental de la actuación por la generación de residuos de demolición que habrá que llevar a un recuperador autorizado.

Recordemos que en España la media por habitantes de los llamados residuos de construcción y demolición se situa en unos 700 kg/habitante y año (antes de la crisis económica de 2009) mientras que en la UE15 era de unos 480 kg/habitante. Que además por cada metro cuadrado rehabilitado se calculan unos 330 kg/m2 de residuos de la construcción y demolición. Una cantidad que con la opción convencional en el ejemplo de la terraza descrita  situaría sobre unos 23,1 tn de residuos (en España, datos del 2005, situaban estos residuos de construcción en casi 35 millones de toneladas). Actualmente, según datos del INE (2005) tan solo el 5% de los residuos de construcción y demolición son destinados a reciclaje, recuperación o valorización. El porcentaje de recuperación y reciclaje es irrisoria baja si se compara con las tasas de países como Alemania, Bélgica o Holanda que se sitúa entre el 20 y el 90%.


La opción inteligente

Lamentablemente, no es habitual que los arquitectos aconsejen opciones ecológicas que no requieran apenas intervenciones constructivas (permisos de obras, tasas, etc.). En parte porque muchas de estas técnicas todavía son bastante desconocidas por parte de este colectivo que mayormente está anclado en visiones adaptadas a la ortodoxia académica. Aunque no será por falta de datos al respecto. Disponemos de productos reciclados que permiten la valorización de residuos que a su vez crean productos innovadores, ambientalmente correctos y diferenciados de la competencia y, naturalmente, comercialmente viables. Este sería el caso de las láminas impermeables transitables que vamos a comentar.

Una vez se ha colocado la membrana de EPDM se encola encima la lámina de caucho reciclado.

De una impermeabilización lo que se le requiere es que no añada peso sustancial sobre la cubierta, que tenga la máxima durabilidad y que pueda ejecutarse con menos horas. Existen una pocas técnicas que cumplirían con estas premisas. Una de ellas es la impermeabilización con lámina de EPDM. La membrana de caucho de etileno propileno dieno es un termopolímero elastómero que tiene buena resistencia a la abrasión y al desgaste. Tiene buenas propiedades como aislamiento eléctrico, una resistencia muy buena a los agentes atmosféricos, ácidos y álcalis, y a los productos químicos en general. Su resistencia de trabajo es buena entre los - 40 y los 140 °C. Es un material que tiene, según calidades, garantía como material impermeabilizante de 20 años. Es una lámina que basta con colocar correctamente sobre la superficie de la terraza y estanqueiza la cubeta de la misma. Este material, sin embargo, no es apto para que sea transitable nuevamente la cubierta de la terraza. 

Deetalle de la lámima de caucho reciclado empleada para hacer transitable la terraza impermeabilizado con EPDM.

Para ello es imprescindible colocar sobre la misma algún tipo de pavimento compatible. Uno de los más adecuados sería una lámina de caucho más gruesa practicable. En el mercado español la empresa SOCYR especialista en impermeabilizaciones arquitectónicas, comercializa la manta de caucho reciclado llamada SOCYTEC Top. Se trata de una lamina de caucho (gránulos de caucho reciclado aglomerados con resinas de poliuretano) para protección estructural de membranas impermeabilizantes de alta calidad y sistemas aislantes que cumple con la norma DIN 18195. Esta lámina de caucho reciclado SOCYTEC top proporciona además una excelente protección de sistemas impermeabilizantes en cubiertas de edificios, terrazas, puentes e infraestructuras viarias. O sea una solución ideal para la lámina de EPDM al ser transitable.

La instalación por parte de un profesional de la membrana EPDM y de esta manta de caucho reciclado se puede realizar en unos pocos días y sin ninguna molestia casi para los afectados puesto que tan sólo requiere de llevar hasta la terraza a reparar de los rollos del material impermeabilizante y de unos potes con cola. Un trabajo previo a todo el proceso descrito es la retirada de la rasilla del zócalo que pueda tener la terraza (si es que lo tiene) pues la correcta colocación de la membrana EPDM exige que esta pueda ser insertada luego dentro del rebozado de la pared perimetral. En este caso se retiraron tan sólo 6m2 de equivalente a unos 720 kg de rasilla y mortero que ocuparon 1,8 m3 de residuo constructivo que fue llevado al punto verde correspondiente. 

Imagen de la terraza rehabilitada con lámina de caucho reciclada.

En conclusión no sólo por la durabilidad de la intervención sino también por la minimización de residuos de construcción y demoloción la impermeabilización en obras de rehabilitación de terrazas es la opción más ecológica, económica e inteligente.

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Artículo elaborado por el equipo de redacción de terra.org. Fotografías: Fundación Tierra.

 

Canviat
03/03/2018

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