La fecha del 11 de marzo de cada año debe traernos al recuerdo las víctimas, que han sufrido tragedias por la soberbia tecnológica como la que sobreviene a un accidente nuclear grave. Durante el año 2011 hemos sido bombardeados por la industria nuclear y sus grupos de presión para que Fukushima se asimilara como un evento ya superado y cuyas consecuencias ya no son visibles. La realidad es bastante diferente: las secuelas de la catástrofe continúan hoy, y sus efectos sobre la vida y la salud perdurarán en el tiempo. Diversas organizaciones en todo el estado Español realizarán actos de recuerdo para no olvidar que hay que abandonar la energía nuclear ya.
El estado en que quedó la central de Fukushima en marzo de 2011. Todavía hoy no se sabe a ciencia cierta el deterioro real y las fugas radioactivas son un secreto de Estado.
A diferencia de las secuelas de una catástrofe natural, las consecuencias de una catástrofe nuclear, como Fukushima o Chernóbil, se proyectan más allá de los supervivientes y de las víctimas próximas al lugar del accidente por décadas. La única salida para evitar esta irracionalidad es detener las centrales nucleares, lo que no sólo es posible, económica y técnicamente, sino que también es necesario a nivel social y ambiental. En Japón hay 54 reactores nucleares en 17 centrales, que suministraban casi el 30% del consumo de electricidad del país. Ahora sólo 6 de los 54 están en operación.
Exposición organizada por Greenpeace para conmemorar el desastre de Fukushima.
No lo olvidemos, el día 11, a las 14:46, cuando ocurrió el terremoto de 8,9, uno de los más potentes que ha afectado al territorio de Japón hasta la fecha, los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima Daiichi se detuvieron automáticamente. Los reactores 4, 5 y 6 no estaban en funcionamiento debido a la inspección periódica. El terremoto dañó la red eléctrica, pero los generadores diesel continuaron la refrigeración. Pero a las 15:46 un tsunami de 14 metros inundó los generadores, y todos reactores se quedaron sin ningún tipo de refrigeración. ”Así comenzó la tragedia.” Al principio, el gobierno japonés dio la orden de evacuación a la gente que vivía en un radio de 20 Km. de la central, y recomendó evacuación "voluntaria" en un radio de 30 Km., diciendo que si no lo hacían, que las personas se quedaran dentro de casa; mientras tanto muchos gobiernos extranjeros daban a su gente la orden de que huyeran en un radio de 80 km. A la redonda… Y muchos de los periodistas de empresas japoneses se alejaron a más de 50 Km., la distancia que les permitían las regulaciones de sus empresas. Desde aquella distancia informaban a la gente que se quedaba del mensaje del gobierno: ”todo está controlado”.
El periodista Santiago Vilanova analiza en Fukushima, el declive nuclear, la manipulación de la información y la ocultación del impacto sobre el ciclo biológico de las fugas radiactivas.
Título: Fukushima, el declive nuclear
Autor: Santiago Vilanova
Editorial Icaria
Colección Antrazyt, 364
Barcelona, 2012.
Hoy la mayoría de los reactores nucleares de Japón permanecen apagados, y no hay crisis de energía ni cortes de electricidad. Sin embargo, hay una grave crisis de contaminación radiactiva. Sus efectos y su alcance real no se conocen, ni se conocerán fácilmente, pero se cree que el coste económico supera ya los 50.000 millones de euros y, en cualquier caso, sea cual sea, será un coste asumido por el estado japonés, lo que es tanto como decir por la sociedad japonesa, y no por la compañía eléctrica propietaria.
La contaminación radioactiva no se limita a la jefatura de Fukushima. Mientras, aumenta la cantidad de cosas contaminadas con las que no se sabe muy bien qué hacer. El Gobierno dice que eso NO causará ningún problema inmediato de salud, y los medios de comunicación no tienen el coraje de preguntarle que pasará después del tiempo inmediato. El Gobierno y la propietaria TEPCO dicen que hasta ahora ninguna persona ha muerto por la radiactividad emitida desde Fukushima Daiichi, pero admiten que han muerto 4 trabajadores en la central, y dos más que hacían limpieza de radiactividad en la zona. Dicen que las dosis radiactivas que recibieron los 6 trabajadores son muy bajas, y que no hay ninguna evidencia de que su muerte fuera causada por la radiactividad, y es por eso no hay ninguna de relación entre los muertos, y la catástrofe nuclear… Los medios de comunicación sólo transcriben las palabras del Gobierno y no se cuestionan nada.
Fukushima sigue terriblemente contaminada, hay expolios, robos, gente que ha vuelto a sus casas en la zona contaminada sin avisar; desinformación de los medios de comunicación, animales de granja asilvestrados; como las manadas de CERDOS que vagan por campos, montañas y calles, que en cualquier momento pueden ser consumidas por los indigentes; jaurías de perros asilvestrados que vagan por todas partes, portando una terrible contaminación nuclear muy PELIGROSA, si entran en contacto con los niños/as. Perros y gatos han comido reptiles, roedores y animales muertos contaminados; así como las ratas, los cuervos y las gaviotas carroña… “Pero el gobierno lo niega todo, y la prensa calla impunemente…”
En toda España se organizan actos commemorativos. En Barcelona, el domingo 11 de marzo 2012.
Más allá del peligro de accidente, las centrales nucleares están impidiendo en todo el mundo y también en España una mayor participación en la generación eléctrica de las energías renovables, que generan muchísimos más puestos de trabajo que cualquier otro tipo de generación clásica y, sobre todo, que la nuclear. Además las energías renovables la producción de las que fortalece también la independencia energética del exterior y reduce a medio plazo el precio de la electricidad al consumidor final.
Puedes leer un reportaje extenso sobre Fukushima en formato PDF aquí.
Reportaje del acto conmemorativo celebrado en Barcelona el día 11 de marzo 2012.