Seguridad y antirrobo en la bicicleta

Las estadísticas son sólo un mero apunte cuando se trata de ilustrar el problema del robo de bicicletas. Lo cierto es que esta realidad está arraigada en toda Europa y mantiene redes organizadas de ladrones de bicicleta que se complementa con otras vertientes de la criminalidad. Las policías no intervienen porque socialmente se consideran robos de baja prioridad: se argumenta que las bicicletas, en general, son vehículos de muy “bajo coste”. Los políticos tampoco implementan programas preventivos contra el robo de bicicletas porque valoran que hay problemas socio-económicos más importantes. Sin embargo, resulta que el robo de bicicletas es una de las causas que ralentiza el desarrollo de la movilidad sostenible en las ciudades. Y eso sí que es un problema de dimensiones globales. Los efectos de la contaminación atmosférica mata más de 80.000 personas en Europa. La movilidad sin CO2 que aporta la bicicleta necesita esencialmente de la pacificación del tráfico urbano, -imprescindible para la seguridad de los usuarios de la bicicleta-, pero también erradicar la “inseguridad” frente al robo.

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Encontrarse con que tu bicicleta ha desaparecido, genera una profunda sensación de impotencia por no saber cómo denunciar el robo e identificar tu bici.

Nadie discutirá que el censo de animales domésticos con su consiguiente chip identificador es fundamental para exigir la responsabilidad de sus dueños y garantizar el cuidado de los mismos. En esta misma línea argumental de “responsabilidad” debería exigirse un registro de bicicletas con un sistema de identificación difícil de violar que permitiera, a la vez, un control de la propiedad del vehículo. Además el incremento en el uso de la bicicleta exige a su vez que se tomen medidas para responsabilizar a los propietarios de la misma y, sobretodo, para crear un clima social de mayor tranquilidad. No se trata de crear impuestos para un vehículo que favorece la salud colectiva, pero sí de propiciar la circulación con seguro y con un vehículo de “propiedad legal” perfectamente identificado.

Se pueden fomentar carriles-bici, -aunque lo ideal serían calles con prioridad de circulación para la bicicleta-, se pueden crear sistemas de alquiler de bicicletas, se pueden instalar parkings-bici, pero todas estas medidas se quedan cortas si algo tan básico como evitar la usurpación del vehículo no se zanja. Mientras los políticos con responsabilidad legislativa no tomen cartas en el asunto estaremos en un punto muerto. Evitar el robo de las bicicletas también exige al usuario tomar sus propias medidas que, aunque delante de un ladrón sagaz siempre podrán ser insuficientes, sortean en un alto porcentaje el problema.

 

Una plaga sin control con soluciones: el registro y el seguro

Algunas encuestas en nuestro país señalan que a cerca del 15% de los usuarios de bicicletas les han robado una vez su vehículo y que a un 6% incluso en más de una ocasión. En otras palabras, uno de cada cinco usuarios de bici ha sufrido la desaparición de sus vehículos. Sin embargo, la realidad es que el robo de bicicletas afecta a más personas de lo que las estadísticas aportan. Sin ir más lejos, en el depósito de la Guardia Urbana de Barcelona entra a diario más de una bicicleta y, en la mayoría de las ocasiones, no son recuperadas por sus propietarios por falta de documentos probatorios. Lamentablemente, esta realidad no es muy diferente a la del resto de Europa. En Alemania se calcula que se roban 450.000 bicicletas al año, pero una cantidad similar denuncia intentos frustrados gracias a la calidad de los productos antirrobo.

Más del 70 % del parque de bicicletas no dispone de número de bastidor o su propietario no posee factura legal. Las redes de tráfico de bicicletas aprovechan estas coyunturas y la bicicleta robada en una ciudad se traslada a otra provincia donde se vende de segunda mano.

Actualmente, diversas ciudades españolas disponen de un sistema de registro de bicicletas el cual permite identificar bicicletas y aporta información complementaria comercial sobre el vehículo, -existen iniciativas similares en otras ciudades europeas y americanas. Cualquier sistema de registro debe disponer de elementos de identificación durables y difícilmente manipulables. Esto es lo que consigue el sistema diseñado por la empresa Bicitronic y lo podemos afirmar después de llevar las pegatinas identificadoras durante más de cinco años y con la bici a la intemperie diariamente en el centro de Barcelona. Pero, el registro de bicicleta no quita que invirtamos en elementos de seguridad de calidad. También hay empresas que ofrecen seguros. Por ejemplo, los usuarios del sistema de Registro y Marcaje de bicicletas de Bicitronic pueden acceder a unas condiciones de varias modalidades de seguro con muy buenas condiciones que se han diseñado especialmente para proteger al usuario y a la bicicleta. El seguro ofrece opciones que se ajustan a las necesidades de todos los usuarios.

Lo cierto es que en muchas viviendas hay una o más bicis, la media en España es de 1,68. La gran mayoría de los usuarios, -más de un 35% en Barcelona-, suelen guardar sus bicicletas en los balcones o en la calle. Los robos de bicicletas no sólo afectan a las aparcadas de noche en la vía pública, en su mayor parte los robos son diurnos. Sólo en un pequeño porcentaje las bicicletas con medidas de seguridad adecuadas son víctimas de la sustracción. También es cierto, que los aparatos antirrobo que se venden no siempre ofrecen la seguridad necesaria y que el usuario no dispone de información adecuada. Veamos algunos conceptos claves y posibilidades.

 

Una pieza más de la bicicleta

Una buena pieza de anclaje es fundamental. Cuando uno compra una bicicleta debería valorar la adquisición de un buen sistema de seguridad, -a parte de disponer de la correspondiente factura legal donde figure el número de serie, y en caso que no disponga es bueno hacerle marcar uno en el chasis de la bicicleta-, porque el desgaste emocional de sufrir un robo y de volver a adquirir una nueva bicicleta siempre es superior al del más caro de los sistemas anti-robo. Si escogemos una bicicleta por sus características técnicas, por la estética del cuadro o porque simplemente nos gusta, no podemos dejar que sea el azar probabilístico quien determine el final de nuestra bicicleta. Así que el sistema de seguridad debería valorarse como una pieza más, pero con tanto valor como puede ser la calidad del cambio de marchas o del sillín.

Actualmente, podríamos enumerar 2 grandes sistemas de seguridad: las horquillas o “U” rígida y los articulados o pitón. Aunque la mayoría de las marcas disponen de un tercer elemento, las espirales, éstas deben considerarse sólo como elementos disuasorios y para situaciones en las que la bicicleta está al alcance de nuestra vista y durante períodos muy cortos. Una espiral de acero aunque sea de máxima calidad, a penas resiste unos segundos cuando se usan herramientas adecuadas y fáciles de disimular. Sin embargo, las espirales pueden ser útiles para asegurar algunas piezas como sillines o incluso portabultos. Recordemos también que atar la bici preferentemente a cierta altura, por encima de 50 cm del suelo baja también el nivel de riesgo dado que cuando el sistema de seguridad está cerca del suelo es más fácil de alterar.

Una horquilla o "U" de máxima calidad es el sistema más seguro para evitar el robo de una bicicleta. Otros elementos como cadenas, pitones y espirales pueden ser útiles para situaciones de menos riesgo o para algunos componentes.

 

Etiquetas que certifican la calidad de un sistema antirobo. La calificación ART es una de las más fiables.

Certificaciones de los sistemas anti robo

La mayor parte de los sistemas que se venden en el mercado disponen de una categoría de certificación acreditada por un entidad independiente. Las propias marcas también clasifican sus sistemas, pero claro está no siempre puede ser objetivo. De ahí que es importante que busquemos certificaciones independientes. Una de estas y quizás la más reconocida es la holandesa ART que califica con estrellas la seguridad de un sistema. Actualmente, un sistema con 3 estrellas ART es de lo más seguro que ofrece el mercado. Sin embargo, un sistema con 1 estrella ART ya es aconsejable. Hay otras muchas acreditaciones en función de cada país donde se vende, pero vaya por delante que hasta donde hemos visto es la que ofrece mayores garantías a un producto.

 

Horquillas (D Shackle)

La “U” rígida también conocida como horquilla se ha convertido en el sistema más seguro, aunque hay que advertir que en el mercado se encuentran con diferentes calidades y que la forma no hace la cosa, dado que hay productos en “U” que no resisten ni un minuto bajo la presión de una herramienta discreta de menos de 35 cm. La calidad del acero y de la cerradura son las claves de su resistencia. Los fabricantes más serios muestran una calificación de calidad y bajo qué características o certificaciones oficiales homologadas avalan sus productos.

Candado de bicicleta en forma de U, sujeto con cable de acero cuando el poste es demasiado ancho para el diámetro de la horquilla. Fuente imagen: Trelock GmbH

Por ejemplo, el fabricante TRELOCK las clasifica de 1 a 6, de menos o más resistentes, y sus productos están certificado por la TÜV alemana. LUMA, otra de las empresas reputadas en el sector, en el modelo de más calidad de sus horquillas rígidas ofrece una garantía antirrobo sobre el 75 % del coste de la bicicleta y hasta un máximo de 600 euros en caso de robo. Así, el modelo TIGRE de LUMA (1 estrella ART) o el BS610 de TRELOCK (3 estrellas ART) destacan entre sus características: protección del sistema de cierre mediante blindaje de acero cementado, doble mecanismo de cierre, cerradura plana de 7 pins en el caso del BS610 (las llaves planas son más seguras que las cilíndricas dado que los mecanismos quedan mejor protegidos y tienen mayor duración), arco de acero endurecido de 12 mm de diámetro, resistencia a la tracción de hasta 6 tn, protección antitaladro, anticorte, antiganzúa y, finalmente, tapa antihumedad y antisuciedad. Sin duda, está claro que a pesar de estas características excepcionales, no hay nada indestructible, pero el tiempo y esfuerzo que puede suponer quebrantar una pieza de sujeción de estas características está fuera del alcance de los robos rápidos a plena luz del día o algo más pormenorizados como los nocturnos. La horquilla BS610 incluso es resistente a los sprays con nitrógeno líquido de tipo no industrial.

Lógicamente hay otros fabricantes, pero sus productos no llegan a España fácilmente. De todos modos mencionaremos la gran calidad del también alemán ABUS que ofrece su propia horquilla de alta seguridad la Granit X-Plus 54 (nivel de protección 15, el máximo de su gama). La empresa inglesa Soldsecure, ofrece una clasificación sencilla entre oro, plata y bronce de los principales productos antirrobo para bicicletas que puede ser útil consultar.


Pitones (viper heavy duty) y cadenas (chain sets)

Las pitones son elementos con una cierta articulación que permiten adaptarse mejor para el anclaje de ruedas. Tradicionalmente se han usado para las motocicletas y ciclomotores debido al peso de los mismos. Sin embargo, también han irrumpido en el mundo de la bicicleta. Igualmente algunos modelos disponen de elevados niveles de seguridad similar a la calidad de las horquillas. Dado que de pitones hay muchos más fabricantes hay que verificar la calidad que nos ofrecen Una pitón de baja calidad puede ser cortada en unos pocos segundos con una cizalla a pesar de su apariencia. En general, las calidades de las cadenas deben ser con grosores de 13 mm mínimo mientras que para los cables se recomienda un mínimo de 25 mm igual que con las pitones. Los cables de diámetros inferiores pueden ser útiles tan sólo para atajar sillines y portabultos. Fijarse en las escalas de calidad de los fabricantes puede ayudar a tomar la decisión más acertada como sistema de seguridad para nuestra bicicleta.

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Candado de bicicleta tipo pitón. Fuente: Wikipedia.

Los cables blindados (antirrobos articulados o tipo "pitón") ofrecen una protección extra pero no llegan al nivel de los tipo U. El diámetro de la sección, el encastrado del cable interior y la calidad del acero del dispositivo de cierre son a menudo los puntos débiles.

Las cadenas tradicionales, para que puedan llegar a un nivel básico de homologación, su diámetro debe ser superior a 6 mm y hechas con acero muy duro. Las cadenas homologables equivalentes a la U o a una pitón resultan con un peso excesivo, por lo que no son aconsejables para su uso en bicicletas, aunque las hay de alta seguridad como hemos mencionado. Hoy por hoy sólo existen dos o tres pitones que pasen las certificaciones ART, aunque podemos encontrar cadenas con el mínimo de la certificación ART por la mitad de precio.


Seguridad preventiva sujeta al cuadro de la bicicleta

En algunas bicicletas, especialmente, en Europa central (cabe decir que el nivel de civismo es algo mayor, aunque no por eso no se roban bicicletas) vienen a menudo dotadas de sistemas incorporados en el propio cuadro que se cierran alrededor de la rueda trasera y que son interesantes para dejar la bicicleta estacionada durante breves momentos. La ventaja de éstos es que son muy fáciles de abrir y cerrar, y son disuasorios. No consideraremos estas horquillas circulares como un verdadero sistema antirrobo pero puede ser útil, especialmente si son de calidad como la de los fabricantes ABUS, AXA y TRELOCK que son suficientemente robustos como para que al intentar abrirlas se pueda dañar la bicicleta. De todos modos, cabe considerarlo como un elemento más de seguridad preventiva. Estos elementos pueden ser también útiles para dificultar la sustracción de la rueda trasera, aunque lo recomendable es siempre amarrar el cuadro y la rueda trasera con el sistema antirrobo elegido.

Este tipo de candados resultan muy útiles para bloquear la rueda mientras realizamos una compra rápida en el kiosko o panadería, o tomamos un refrigerio en alguna terraza. Con este bloqueo mínimo conseguimos que si alguien quiera llevársela debe hacerlo a cuestas, lo que es una protección.

Otro elemento preventivo son los chips de rastreo ya sea por señal de radio o por satélite. Estos sistemas no son nada asequibles y de momento están implantados sólo en automóviles y motos de alta gama o en flotas de bicicletas de alquiler. En Japón, donde las bicicletas eléctricas empiezan a ser frecuentes, se ha promovido un sistema de rastreo par evitar el robo de las mismas. Aunque existen algunas experiencias y productos para su uso en bicicletas, éstos son demasiado caros para un usuario convencional. Para que estos dispositivos funcionen se requiere de un centro de monitorización que al recibir una señal de alarma active el dispositivo de seguimiento para localizar el vehículo. En bicicletas, la señal emisora se coloca en el sillín u otras ubicaciones posibles que sólo el propietario conoce.

Lo interesante de estos sistemas de seguimiento electrónico sería su uso en programas policiales de desarticulación de bandas de ladrones de bicicletas instalados en vehículos señuelo. Lógicamente, las policías argumentan que no intervienen activamente para evitar el robo de bicicletas porque nunca se ha promovido una campaña política sobre el tema. Así las cosas, el sentido común nos dice pues que por el momento lo más sensato es dejar aparcada la bicicleta en una localización con poco riesgo y usando sistemas anti hurto de seguridad.

 

Pinhead aporta soluciones para la seguridad total de las ruedas, el sillín con una llave exclusiva. Fuente: Pinhead Components.

Elementos antirrobo de componentes

Otro de los problemas habituales en las bicicletas es la sustracción de piezas: ruedas y sillines son los más afectados. La causa es que la sujeción de estos componentes es con tornillería tipo estándar lo que ha propiciado que en el mercado de segunda mano no legal corran ruedas y otros componentes sueltos que simplemente han sido robados.

La clave para ello es usar sistemas que hayan sido diseñados para que se ensamblen con cabezas especiales de las que sólo tenga la llave el propietario. Existen algunas marcas que han desarrollado kits específicos para los bujes de las ruedas y la tuerca del sillín. Son muy recomendables especialmente porque hay la garantía que no podrán convertir nuestra bicicleta en un montón de chatarra atada.

Una de las empresas más reputadas en esta solución de antirrobo de componentes es Pinhead Components Inc. la cual se ha especializado en desarrollar y fabricar tecnología mecánica para cerraduras de ruedas y sillín. El único propósito de esta joven empresa ha sido el de diseñar un sistema de fijación eficaz para los componentes de la bicicleta. El pinhead es un concepto pues de seguridad en componentes. Ofrece un kit que proporciona una llave para los ejes de la rueda y el sillín). Existe alguna otra marca pero no ofrecen la robustez de esta empresa canadiense. Actualmente, en España Pinhead Components Inc. tiene un distribuidor en Barcelona.

 

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Parking de bicicletas dentro del edificio de Fundación Tierra, Barcelona. Instalar parkings en los espacios de trabajo, universidades, etc. contribuye a fomentar el uso de la bicicleta. Parking de bicicletas para interiores de la empresa española Modular. Foto: Fundación Tierra.

Parkings en lus lugares de trabajo y en el barrio

Otra medida esencial para evitar el robo de bicicletas es la instalación de parkings en los sitios de trabajo. Muchas empresas y espacios de oficinas disponen de lugares interiores donde poder ubicar las bicicletas de los trabajadores, en lugar de que tengan que ser dejadas muchas horas en la calle. Esta medida sin duda estimula al uso de la bicicleta como sistema de transporte en las ciudades y sortea una de las causas de robo a la vez que contribuye a una mejor conservación de los vehículos, especialmente, si estos espacios de parking para la bicicleta son interiores protegidos de la intemperie.

Para muchos usuarios que no pueden guardar la bicicleta en su vivienda (algo que sucede en barrios antiguos, con pisos sin ascensor y escaleras estrechas) una buena opción es alquilar una plaza de parking. Existen algunas iniciativas privadas de parkings bicicleta que por una módica cuota podemos dejar aparcada la bicicleta durante la noche o cuando no la usamos. Algunos parkings vigilados para coches también permiten guardar la bicicleta, pero hay que asegurarse que realmente las bicicletas están controladas. Esta opción la tienen disponible algunos parkings municipales.

Es importante recordar que tan importante es un buen sistema antirobo, como el punto de anclaje donde atamos la bicicleta. Atar una bici al mobiliario urbano suele estar prohibido aunque se tolere. Por otra parte las señales de tráfico no siempre son suficientemente seguras y se pueden arrancar, quitar, etc. Por lo tanto, atar la bicicleta en un buen punto de anclaje de un parking específico como los convencionales, es lo más seguro.


La calidad evita robatorios

Es la dilatada experiencia en robos de bicicletas en centroeuropa lo que ha llevado a que sean empresas alemanas las que oferten los mejores productos de seguridad. A veces, nos puede asaltar la duda frente a una horquilla de alta seguridad que puede costar hasta 80 euros. Es entonces cuando surge la inevitable pregunta de si uno debe pagar una cifra de éstas, cuando una bici sencilla puede obtenerse en grandes superficies por menos de 200 euros... Fácilmente podemos acabar optando por un sistema antirrobo de 30 euros o menos. Sin embargo, debemos pensar que, con un solo robo que se produzca, la frustración que nos causará vale mucho más que esta diferencia de precio. La reflexión que debemos hacernos es que pagar un tercio o incluso más por un sistema antirrobo cuando compramos una bicicleta nueva, puede resultar barato si nos da fiabilidad y tranquilidad. Invertir unos cuantos euros en un candado de horquilla que nos va a durar toda la vida, sin duda es una buena inversión que no caduca.

 

La opción más radical para evitar robos con la bici urbana son las bicis plegables que pueden acompañarnos a todas partes.

La opción radical antirrobo de bicis

Depende del uso que le demos a la bicicleta, especialmente, si se trata de una bicicleta urbana podemos plantearnos que ésta sea una bicicleta plegable. Las bicicletas plegables nos permiten adentrarnos en cualquier espacio como si se tratara de un paquete que cargamos en mano. Hay modelos de bicicletas plegables livianas y que ocupan muy poco espacio. No son máquinas baratas, pero si consideramos aspectos tales como seguridad, conservación del vehículo y maniobrabilidad -ya que la podemos usar fácilmente en combinación con transportes colectivos-, resulta una opción interesante. Cada vez es más habitual que en la oficina uno pueda tener al lado del escritorio (al igual que sucede con mochila o bolsas personales) su bicicleta plegable. En definitiva, toda bicicleta “no robada” es satisfacción para el usuario y un beneficio colectivo que evita emisiones tóxicas y hace las ciudades más saludables.

 

Espaibici colabora con los artículos sobre bicicleta elaborados por el equipo de redacción de Fundación Tierra.

Canviat
09/02/2017

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