5 marzo 2003. La marea negra causada por la avería y posterior hundimiento del Prestige (noviembre 2002) frente a las costas gallegas era a mediados de enero de 2003 la segunda peor mortandad por marea negra de aves marinas registrada en el Atlántico europeo. Hasta la fecha son 13.221 las aves recogidas pertenecientes a 62 especies, de las cuales 9.348 estaban muertas. Con estos datos la estimación real de aves afectadas puede ser de entre 65.000 y 130.000, cifra sin embargo inferior a las 77.000 recogidas por la catástrofe del Erika en 1999 frente a las costas francesas y que se estimó en una mortandad de entre 150.000 y 300.000 aves. Las especies más afectadas por la marea negra del Prestige son el Arao común (49 %), el alca común (18,5 %) y el frailecillo atlántico (16,6 %). Otro dato importante es que la mayor mortandad de aves se produjo durante los 10 primeros días de enero de 2003, o sea, más de 45 días después del inicio de la tragedia. La permanencia de manchas de fuel en alta mar (se estima que todavía quedan unas 35.000 toneladas por recoger) y las continuadas olas de chapapote permiten pensar que el número de aves petroleadas todavía continuará aumentando. La alta mortandad del Arao común (un 36 % de las aves muertas) no augura la viabilidad de las poblaciones gallegas de esta ave marina.

Además, se da el caso de que aves como el frailecillo entre finales de enero y mediados de febrero mudan sus plumas de vuelo, con lo cual serán todavía más sensibles a la contaminación. Gracias al anillamiento científico se ha comprobado que la mayoría de los araos proceden de las colonias marinas escocesas. Finalmente, cabe señalar, según datos de SEO Birdlife, los efectos que sobre las áreas ornitológicas como las Islas Cíes y las Islas Ons va a tener. Los datos son éstos, fríos, como la muerte y las aguas del Atlántico gallego, donde la irresponsabilidad humana y la adicción al petróleo son tan sólo meros instrumentos de una tragedia que todavía no ha acabado.