Hace unos meses me enteré de que se iba a fabricar una cerveza un tanto especial por parte de la empresa Mahou-San Miguel. Pues bien, ya la he probado y no está nada mal, vamos, que sabe a gloria ambiental.
El grupo cervecero ha sacado al mercado la San Miguel Eco, que es la primera cerveza ecológica del país elaborada con ingredientes procedentes de la agricultura ecológica. Se produce en una planta de Lleida con cebada y lúpulo cultivados sin venenos procedentes de Bélgica y Alemania. De momento es así porque parece ser que no hay una producción adecuada en nuestras latitudes.
Explicaron en su momento que si funcionan bien las ventas debido a la aceptación social de los consumidores, esto hará que aumente la demanda de cebada cervecera y que, por tanto, se pueda estimular e implicar a los agricultores locales. De ser así esto bordaría ambientalmente a la primera cerveza ecológica del país ya que se ahorraría el transporte desde centroeuropa hasta Lleida de uno de sus componentes y se evitaría la huella de CO2 del transporte.
La oferta de cerveza ecológica que hay a nuestro alcance proviene de Alemania, Bélgica y Holanda. Es reducida pero va en aumento y se puede encontrar en tiendas de alimentación saludable y ecológica. Sin embargo, para degustar estas cervezas ecológicas se debe pagar un alto precio ambiental, ¿no es acaso un lujo traerse desde 1500 km una botella de vidrio llena de agua y fermentos de cebada? Con la San Miguel Eco, de momento nos ahorramos el transporte del vidrio y del agua. Para mí, ahora mismo, es la mejor opción de cerveza ecológica al alcance de nuestras manos, la de menor huella y además con un buen paladar.
No es que beba mucha birra, pero oye, si es eco y no hay que pagar mucho más, divino. Hablan de un 20% más que la convencional, un incremento que bien se lo vale. La solución beber un poco menos de cerveza pero ecológica.
Es destacable que una empresa cervecera del territorio de muestras de su responsabilidad social y se anime con lo más saludable apoyando de esta forma una agricultura sin riesgos para la tierra y sus trabajadores. Durante su elaboración y consumo los beneficios revierten en todas las personas que intervienen en su producción y finalmente es saludable para los estómagos de los que disfrutamos con una buena cerveza. El consumo ecológico de alimentos es una necesidad si anhelamos un futuro sostenible y saludable. Lamentablemente, de momento, al disponer de producciones minoritarias, los precios pueden frenar el impulso. Sin embargo, al atractivo de lo saludable deberíamos darle más importancia. Con economías de escala, precios justos a los productores, consumo responsable y más compromiso por parte de los consumidores, los precios serán los mismos que los de los productos que conviven con el cóctel químico de pesticidas, herbicidas y fertilizantes poco recomendables para todos los procesos vivos. No deberíamos seguir envenenando la tierra, por los menos eso pienso yo y hago lo que puedo para reducir mi contribución.
Que coste que no cobro comisión, y que si comento la noticia es porque todo pequeño paso hacia una economía ecológica, de cualquier sector u actividad, para mí es motivo de celebración. Y además, debido a mi devoción por lo solar, todo lo que proviene de la tierra y lo alimenta el sol tiene preferencia en la mesa. La agricultura ecológica y sus frutos son economía solar de primer nivel.
Y para no alejarme de La Fertilidad de la tierra, mira por donde, acaba de llegar a mis manos la revista con ese misma y precisa cabecera. Cuando llega cada trimestre el nuevo número de esta comprometida revista con la agricultura ecológica lo celebro con alegría. La abro ansioso y veo en ella los frutos del trabajo meticuloso y las altas dosis de amor por la cultura ecoagrícola que ponen en ella en cuerpo y alma quienes la elaboran. En Estella, un pueblecito de Navarra, Rosa y Fernando se dejan parte de su tiempo vital, eso sí, no dudo que disfrutándolo, para que unos 2000 suscriptores y más lectores podamos gozar cuatro veces al año con sus criaturas de papel. Las mejores plumas hortelanas, agrónomas, populares vuelcan su sabiduría en esas paginas de sabor casi a tierra fértil.
Hoy, con la ecocerveza por un lado y La Fertilidad de la tierra por otro, solo tengo motivos para brindar por esos pequeños sorbos de sabiduría tan dulce y tan necesaria que a menudo nos acompañan... |