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Siempre he tenido interés por todo lo relacionado con esa economía donde priman las personas, su felicidad y el respeto a todos los demás. Hoy he tenido la suerte de poder asistir una jornada que ha sido organizada por la Xarxa (Red) d'Economía Solidaria y que además ha servido para presentar en sociedad la iniciativa.
La economía solidaria tiene como valor central a las personas; en ella, la eficiencia económica no se delimita por los beneficios materiales de una iniciativa, sino que se define en función de la calidad de vida y la felicidad de sus miembros.
La Xarxa d'Economía Solidaria esta formada por diversas organizaciones de consumo, producción, intercambio, comercialización y financiamiennto de Catalunya y sus objetivos son:
-Intercambiar informaciones, productos, servicios y valores, desarrollando a la vez proyectos de cooperación
-Difunfir la forma de entender la economía consolidando las iniciativas y costituyendo un nucleo económico alternativo.
La existencia de la Xarxa tiene mucho que ver con el movimiento de Porto Alegre, en Brasil, donde fue creada la Red Global de Socioeconomía Solidaria durante la celebración del Primer Forum Social Mundial. Esta reunión biodiversa en ideas, con infinidad de los dinámicos grupos y organizaciones del activismo social planetario, se reúnen para encontrar soluciones a los procesos destructivos de la globalización, que son muchos y dirigidos por muy pocos. En los mismos días, en la plácida ciudad suiza de Davos, se reúne un nutrido grupo de la élite económica poco solidaria. Davos aglutina a los políticos de los países más ricos para estudiar las grandes ventajas de la misma globalización, claro que desde el bando dirigente que la administra.
En la jornada de hoy se han presentado e intercambiado experiencias. Los coloquios han servido para fomentar las relaciones entre las diversas entidades que trabajan bajo los principios de la Economía Solidaria: cooperativas de trabajo, de servicios y de consumo, fundaciones y asociaciones, mutualidades, sociedades laborales y redes de producción y consumo responsable.
Me he apuntado a la mesa de consumo responsable y, por la tarde, a la de dinero ético y solidario. Se han presentado experiencias concretas las cuales nos permitieron a los asistentes conocer aspectos más internos de las redes del consumo justo y solidario, el mundo de las cooperativas de consumidores ecológicos, y los esfuerzos de las fundaciones dedicadas a la inserción laboral de personas con dificultades. En fin, nunca antes he estado tan cerca de tanto trabajo tan bien hecho.
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