El mundo tal y como lo conocemos hoy día probablemente sería muy diferente si mujeres y hombres hubiésemos convivido en igualdad durante los últimos siglos, o incluso si las mujeres hubieran sido el género dominante en la sociedad.
En este libro, la arquitecta Mónica Cevedio estudia las consecuencias de la anulación de la participación femenina en la creación artística, en el desarrollo de nuestro sistema económico y, sobre todo, en la arquitectura.
La arquitectura, a medio camino entre las ciencias aplicadas y el arte, tiene un papel vital en la sociedad: por una parte, es un reflejo de las realidades sociales, las condiciones naturales, los recursos disponibles, etc.y, por otra, los espacios en los que vivimos pueden determinar en muchos casos las relaciones sociales que se establecen así como los roles que asumimos.
La autora defiende que, tras todos estos años de marginación de la mujer, la ciencia arquitectónica actual se ha ido desarrollando por y para los hombres, plasmando la misoginia prevalente, creando espacios que corroboran la desigualdad, por ejemplo, entre las tareas que realizan el hombre y la mujer.
Así, uno de los puntos que en el libro aparece de forma recurrente es la diferenciación a través de la arquitectura del espacio público y el espacio privado. Las viviendas claramente se han convertido en espacios privados, aislados, acompañando (consciente o inconscientemente) la negación del espacio público (trabajo, relaciones, arte) a la mujer, que se queda en casa, en el ámbito de lo privado.
Asimismo, en el libro se analizan algunas obras de arte o se reproducen fragmentos de escritos de algunos de los hombres que abanderaron algunas de las principales ideas de progreso (Picasso, Le Corbusier), las cuales no dejan lugar a dudas sobre su manera de pensar hacia las mujeres. De hecho, en el libro se defiende que no sólo la arquitectura, sino todas nuestras estructuras, también las sociales y las económicas, han sido creadas desde el punto de vista del hombre. Llegados a ese punto, podemos plantear el interrogante de si el estado actual de "progreso" al que hemos llegado es el más preferible, y de si con la presencia de la mujer hubiéramos llegado a otra situación.
No cabe duda de que estamos en un período de cambio. Es tiempo de dejar atrás las tendencias negativas que arrastramos debido al progreso económico-tecnológico. Una vertiente de ese cambio puede ser el mejor entendimiento entre ambos sexos, y la irrupción de nuevo de la capacidad creativa de las mujeres, pero, como dice la autora, no desde los patrones, roles y formas de ver el arte que han sido establecidos desde el sistema patriarcal, sino desde la manera de ver femenina que ha sido negada durante tantos lustros.
Por otro lado, el uso del territorio y los asentamientos humanos tiene un papel destacado en la degradación del medio ambiente. Posiblemente, también la participación de lo femenino igualando a la de lo masculino enderezaría el camino que durante todos estos siglos la humanidad o el hombre han torcido hasta hacernos cuestionar el futuro de la Tierra. De hecho, constantemente se ha hablado del vínculo entre ecología y mujer, del cual es un ejemplo el movimiento ecofeminista.
El libro Arquitectura y Género nos propone reflexionar sobre el punto de vista (¿masculino o femenino?) con que miramos y creamos, tanto hombres como mujeres. Fruto de la reflexión que aporta esta obra, quizás deberíamos proponer un nuevo elemento en nuestras ciudades: el vínculo arquitectura-mujer-ecología. Así podríamos crear espacios más ricos y diversos social, económica y culturalmente, más igualitarios, más representativos de las personas que los habitan, y más respetuosos con el medio ambiente.