Esta tarde he ido a la Sala de Croniques del Ajuntament de Barcelona, sin la bici, debido a que esta a un tiro de piedra de mi lugar de trabajo. El motivo, escuchar la conferencia de Hermann Scheer, el mejor y más ilustrado agitador de la economía solar del que tengo conocimiento. Entrar en el edificio de la casa del pueblo es siempre un privilegio, pero es antes un derecho ciudadano y hacerlo para escuchar a una de las mentes más claras en todo lo que tienen que ver con las energías limpias eleva el momento a emocionante superior. El Dr. Hermann Scheer ha cautivado enseguida al auditorio con más de 100 asistentes. Su conferencia: Repensar la energía, retos y perspectivas de futuro de las energías renovables en las ciudades. Scheer es presidente de EUROSOLAR - Asociación Europea para las Energías Renovables y miembro del Bundestag, el Parlamento Alemán, donde ha jugado un importante papel en propiciar el favorable marco actual para el desarrollo de las energías renovables en Alemania. Pero es antes todo un agitador solar de primer nivel. Sociólogo y economista, su vida está dedicada a hablar con voz firme y serena sobre la necesidad de cambiar el modelo energético fósil por el modelo de energías renovables y hacerlo cuanto antes. Desde que leí su libro Revolución Solar y después Economía Solar Global, el virus por las energías limpias me ha ido contagiando con más fuerza cada vez. Llevo infectado una buena parte de mi vida adulta, y lo cierto es que no me pienso vacunar nunca. Por lo menos hasta que la economía fósil deje de asesinar.
Algunos datos de su charla han sido la referencia a los 2.500 euros que en Alemania paga al año por la energía cada ciudadano (toda la energía consumida en transporte, vivienda y todos los bienes que se consumen y han precisado energía). Rápidamente calcula su valor en una ciudad de un millón de habitantes: 2,5 billones de euros. Al estar sumidos en la borrachera de los combustibles fósiles y las elites que los gestionan, resulta que toda esa pasta sale de la economía más local para viajar a las arcas de sucios magnates y corruptas compañias, que no escatiman en sacar petroleo como sea, de donde sea y con guerras y muerte como normal habitual en muchos casos.
Nos ha dicho que el hidrogeno no es necesario, y que lo que se debería impulsar es que en el medio rural los agricultores se conviertan en empresarios energerticos solares y que los biocombustibles, derivados de aceites vegetales, sean los combustibles para movernos sobre ruedas limpias. Los biocombustibles son el mejor cultivo energético solar al que puede optar una renovada agricultura local, ecológica y participativa.
Nos ha hablado de lo larga que es la cadena de transformación fosil, hasta 26 eslabones, y de cómo esa cadena es en muchos casos de miles de kilómetros de longitud, desde que sale de la tierra, se traslada y se consume. Por contraste, sucede todo lo contrario con las renovables, limpias y locales. En un campo fotovoltaico o un aerogenerador apenas hay unos pasos entre la producción y el consumo.
Me ha fascinado entender que el desarrollo social de la era fosil lo ha sido gracias a que la energía ha podido viajar sin limites de distancias, y que el modelo fosil nos tiene ahora bien pillados. Propone comenzar a diseñar la era solar generando una nueva economia que nos vaya liberando uno a uno de los eslabones insostenibles que ahora configuran el desarrollo social humano. Agricultores, arquitectos solares, industria limpia y eficiente, materiales de base vegetal, ciclistas, políticos con vision económica local y autonoma, en fin, todos los sectores claves para intentar vivir sin hipotecar el bienestar de los usuarios futuros de la tierra. Ha apoyado el proceso de implicación de los entes municipales para fomentar la energía solar y, en este sentido, ha valorado muy positivamente la ordenanza solar de Barcelona y los esfuerzos dibujados en el Plan Energético de la ciudad.
Ha terminado destacando que con el cambio hacia la economía solar solo perderán los que no soportaran ver como su modelo energético con más de 200 años ha llegado a su fin. Ganaremos las inmensas mayorías. Osea que vale la pena reforzarse para los cambios, que no seran faciles y que ya han comenzado. Es alentador como un político de su nivel no tiene pelos en la lengua para advertir que el conflicot de Irak es una estrategema para el control del petroleo barato. Igualmente, sorprendente es el milagro de la implantación de las energías renovable alemán el cual si bien es cierto que comenzo con muchas trabas, triunfó el día en que el parlamento de todos aunó sus propuestas y acciones con una ley marco para impulsar las renovables. Ahora incluso hay escasez de placas fotovoltaicas en algunas partes del país.
Ya en el tentempié, Hermann Scheer ha sido tan accesible como cualquiera de nosotros y papel en mano ha continuado argumentando en unos simples garabatos las mentiras que envuelven al Protocolo de Kioto. A través del análisis de las cadenas energéticas Scheer critica el comercio de emisiones con el que se pretende cumplir el anémico Protocolo de Kioto. En este sentido señala que los ecologistas se han dejado atrapar por la lógica de las multinacionales de la economía fósil puesto que se pretende pagar por el número de carbonos lanzados a la atmósfera con independencia de la ineficiencia de los mismos. Una central de ciclo combinado que quema gas siberiano pagará lo mismo que otra que queme gas argelino. Scheer ha elaborado un nuevo libro con estas argumentaciones para alertar de la importancia de la economía solar en el ahorro de contaminación.
Conversador afable, con carácter abierto y optimismo radiante le hemos contado nuestro trabajo de divulgación del Encuentro Solar 2004 que se celebrará en Benicarló el próximo mes de junio. No podemos invitar a tan ilustre sabio pero ha aceptado con cariño el pin del símbolo del Encuentro que simboliza un beso entre el Sol y la Tierra. Sin dudarlo se lo ha puesto en la solapa de su americana. Nosotros abandonamos la Casa del Pueblo felices de saber que el Scheer activista nos acompañará pronto con un nuevo alegato en favor de la energía renovable. |