Acción 005 de la Guerrilla Eficiente Fecha: 28/01/2005 Nivel de riesgo: bajo Agente: M Objetivo previsto: Preparar yogurt casero sin emisiones de CO2 Objetivo conseguido: El propuesto Tecnología utilizada: Cocina solar Ksol 14 y botes de vidrio, reciclados Localización: Ciutat Vella, Barcelona, Spain Implantación recomendada: Aconsejable en todos los hogares y escuelas posibles del mundo Difusión: por todos los medios posibles
El agente M ha tomado la iniciativa de realizar una acción, la más sabrosa de su historial, al ponerse a evaluar las ventajas energéticas e incluso emocionales de prepararse en casa un yogurt ecológico sin emisiones de CO2. A continuación, el relato del informe recibido en el cuartel general de la Guerrila Eficiente.
Desde hace tiempo soy conocedor que la mejor forma de asimilar los lácteos y aprovechar sus virtudes nutricionales cuando uno ya ha pasado de los primeros siete años de vida, es tomarlos fermentados. Conocí y soy devoto del kéfir, ese nódulo que fermenta en la leche y el agua con una acidez exquisita y que menos denso que el yogurt, alimenta y refresca que da gusto. Cuando tienes en producción una particular factoría de kéfir te das cuenta en directo de lo maravilloso y sorprendente de ese mundo de microseres vivos que siempre están en activo transformando sus entornos. Si te interesa en tema, he encontrado una web personal que trata sobre el kéfir, sobre todo el que se prepara con agua, muy recomendable.
Llevaba tiempo queriendo volver a preparar yogurt hecho en casa, y ahora que ando por la senda de la vida más simple y con alegría, ha sido hoy que me he decidido después de hacerme con rica leche procedente de vacas saludables que viven dándonos servicios, según las normas de la ganadería ecológica. También me he agenciao tres botes de vidrio que andaban en una reserva estratégica de envases recuperados. Un buen amigo ecotendero me aconsejo un rico yogurt, del que dijo que era el mejor para ponerse de yogurtero, aunque el no sabia bien que es lo que lo hacia el mejor candidato, creía que los fermentos andaban en el aire de la granja origen, ósea que el buen resultado si el proceso se realizaba bien, estaba garantizado.
Hacer yogurt en casa es fácil, bueno, barato y ecológico. Además supone un ahorro de recursos materiales y de dinero y pa remate nos lo comemos fresco. Pero hoy he querido innovar y se me ha ocurrido utilizar uno de estos privilegios tecnológicos que tengo a tiro: la cocina solar parabólica KSol 14. Pues bien, su uso ha convertido mi primer elaborado yogurtero en solarizado total. Me explico, en la parabólica he colocado primero el litro de leche que lo he subido hasta unos 70ºC en un momentín, menos de 10 minutos y eso en un día de los más fríos del año. Con un termómetro de 90ºC en la escala de medición, que compré en una tienda de material de laboratorio y que anda conmigo desde ya no me acuerdo cuando, con él me pasao el rato tomando temperaturas al preparado. Una vez que se controla el proceso o hay la cómoda opción del termómetro, se puede sustituir el medidor por la punta de un dedo. Puedes meter medio dedo meñique, que es el más sensible, en la leche, estará a punto cuando todavía te quemes pero puedas aguantar con el dedo dentro, más o menos el tiempo de contar hasta 10.
Al momento he colocado otra olla con agua que cuando la leche estaba en 60º, el agua ya iba por los 60ºC también. He abierto el yogurt especial según recomendado por mi buen amigo y lo he repartido entre los tres botes de cristal. A continuación he vertido la templada leche y removido vigorosamente, en ese momento había unos 50ºC. Luego he tapado los botes y uno a uno los he ido metiendo en la olla con el agua cerca de los 45º. Con rapidez la olla la he colocado en una caja aislante realizada con una caja de cartón y una manta que me regalo mi familia cuando tomaba yo leche condensada. Bien envuelta ha quedado la olla y de esta forma la garantía de que el mantenimiento del calor durará horas. Hacen falta sólo 6 de ellas para sorprenderse. Hoy he flipao de lo lindo al comprobar la consistencia de mi primer yogurt libre de emisiones de CO2 en su preparación y exquisito, quizás debido al buen consejo de mi amigo ecotendero y a la energía positiva del sol. Al cabo de un cuarto de hora, he metido los botes en la nevera y al cabo de unas cuatro horas he sacado uno para verificar, estaba espeso y listo para comer. Al cabo de unos días estará aun más espeso, aun más sabroso y oleeé.
Por precio y por ecología, los números salen redondos. Me he disfrutao un litro de yogurt por 1 euro de coste, que es lo que cuesta la leche. He reducido huella ecológica y el tetrabrik de la leche ecológica lo he depositado en el contenedor de envases (el amarillo). Ojalá tuviese un vecino vaquero, hubiese sido mi primer yogurt solar y con casi cero huella ecológica, salvo la que conlleva el vivir de la vaca bondadosa.
He ahorrado por ejemplo en el litro de yogurt que me he preparao, 8 envases de plástico de poliestireno serigrafiados con tintas de colores químicas, 8 tapas de aluminio y el cartón del envoltorio, además de toda la energía del circuito de frío desde la fábrica a la mesa, desde las neveras del camión de transporte y las del súper a la nevera de casa.
Cabe decir, como es lógico, que la primera cucharada me ha salido a supremo placer, por lo sabroso y mágico de haber hecho en menos de 10 minutos de mi tiempo total empleado en labores, un manjar lácteo solar, exquisito y sostenible,..más es difícil.
Ahora me reservo una décima parte de mi primer yogurt para que anime al próximo litro de leche que se convertirá en fermento la próxima semana, puedo seguir así toda la vida evitando el comprarlo. Y como a mi me gusta el natural he pensado en los míos y he echado mano de algunos consejillos, al rico yogur solarizado puedo echarle trozos de fruta, frutos secos, miel, incluso esencia de vainilla, además es un ingrediente para ensaladas, pasteles y sopas. En verano no dudo ya en que me prepararé el ayran, que es yogurt con agua y sal, y el tzatziki, que es yogur colado con pepino y ajos. Sabes, quizás me los preparo incluso antes de la primavera...
Anímate, si no tienes cocina solar, más cómodo y algo menos ecológico pero lógicamente apropiado es tirar de gas con tiento y eficiencia y conseguir la temperatura, los 45º C ideales. Si tienes niños puedes compartir la actividad con ellos, el proceso es tremendamente educativo y sabroso. Y aquello de lo hecho por uno mismo, con ellos colaborando, puede que sea inolvidable.
Lo hecho en casa con las manos y el corazón, amig@, eso no tiene precio.
¡¡Que te aproveche¡¡
Da fe laica y firma el Comandante A, al mando del comando Guerrilla Eficiente dentro de la Operación ¡¡Ahorra Jolín¡¡, y al servicio de la Reina Sosteniblidad. |