Se acelera la subida de la temperatura mundial



Se acelera la subida de la temperatura mundial
Alerta 11 - 2004

La décima cumbre del Convenio sobre el Cambio climático, celebrada en diciembre del 2004 en Buenos Aires, ha vuelto a poner en evidencia la necesidad de poner en marcha actuaciones para frenar el impacto de calentamiento del planeta. Las altas temperaturas del año 2004, en la línea de las registradas en el último decenio, demuestran la gravedad de la situación.



Ni las nieves perpétuas de los Alpes están a salvo del aumento de temperatura global.









Diciembre, 2004. La media de la temperatura mundial durante los primeros 11 meses del 2004 –14,60 grados Celsius– convierten este año en el cuarto más cálido desde que empezaron los registros en el año 1880. Los meses de octubre y noviembre del 2004 han sido los más cálidos desde que empezaron los registros; febrero ha sido el segundo febrero más cálido desde 1880, mientras que el marzo y abril han sido los terceros más cálidos del registro.

Estas lecturas récords, que provienen de las series mundiales actualizadas por el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, suponen la continuación de una tendencia del aumento de las temperaturas globales. La temperatura mediana de 14,01 grados Celsius de la década de 1970 subió hasta 14,26 grados en la década de 1980. Durante los años 1990 llegó a los 14,40 grados y, en los primeros cinco años de esta nueva década, la temperatura mediana ha sido de 14,58 grados Celsius.

De hecho, los cinco años más cálidos se han registrado durante los últimos siete años. Y de estos cinco, el año1998 fue el más cálido del registro, con una temperatura global media de 14,71 grados Celsius.

El aumento de las temperaturas se debe principalmente a la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, procedente del aumento de la combustión de combustibles fósiles. Una vez liberado en la atmósfera, el CO2 retiene el calor, que de otra manera se liberaría al espacio. Las emisiones de CO2 han aumentado desde el inicio de la Revolución Industrial, en el 1760, generando esta subida de las temperaturas.


Datos oficiales
Mientras las emisiones de carbono continúen aumentado, también lo hará el cambio climático. Durante el último siglo, las temperaturas subieron 0,6 grados Celsius, y la mayor parte del aumento se concentró durante las últimas tres décadas. Aun así, se prevé que la media de temperatura mundial aumente entre 1,4 y 5,8 grados Celsius hasta el 2100, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), un organismo mundial formado por más de 1.500 científicos. Se prevé que el aumento tenga lugar de manera poco uniforme, de forma que las altitudes y las latitudes más elevadas experimentarán mayores cambios de temperatura que las altitudes más bajas y las regiones ecuatoriales.

No hay demasiada dudas que un aumento de la temperatura global que se situara en el rango superior de las predicciones resultaría altamente perjudicial. Un informe elaborado por el Departamento de Defensa de los EE.UU. en el año 2003 investigó las implicaciones de seguridad derivadas de un cambio climático brusco durante los próximos 20 años. Un escenario mostraba que el aumento de las temperaturas comportaría sequía generalizada en regiones agrícolas claves de todo el mundo, descensos extremos de las temperaturas en algunas regiones y calor abrasadora en otras, además de disturbios civiles y migraciones masivas debido a la gran inseguridad en el abastecimiento de agua y alimentos.




Efectos inmediatos
Incluso con los aumentos de temperaturas menores previstos, los modelos de cambio climático prevén tormentas, inundaciones, oleadas de calor y sequías cada vez más frecuentes y duras, lo cual afectará la biodiversidad ecológica, la salud humana y la seguridad económica. De hecho, aun cuando sólo hemos experimentado aumentos de la temperatura de medio grado Celsius durante las últimas décadas, los efectos del cambio climático ya se pueden ver en diferentes partes del mundo.

El mayo del 2003, por ejemplo, 1.600 personas murieron en una oleada de calor récord en India, dónde las cifras de miles de muertes debido al calor son cada vez más frecuentes. Tres meses después, 35.000 personas más murieron en Europa por una oleada de calor que duró semanas. Las temperaturas récord malograron cultivos en todo el continente y contribuyeron a un descenso del 13 % de la cosecha europea de cereales de aquel año.

La respuesta de los animales
En los Estados Unidos, un informe reciente del Centro Pew sobre Cambio Climático Global que analiza los resultados de 40 estudios anteriores, encontró un vínculo claro entre el aumento de las temperaturas y los numerosos cambios en los sistemas naturales de todo el país. Los inviernos más cálidos, el aumento de las precipitaciones y el adelantamiento de la llegada de la primavera están provocando que varias especies vegetales florezcan con varias semanas de antelación y que dejen de coincidir el suministro de alimento para los insectos y los ciclos de polinización de las plantas. Algunos animales están respondiendo a las temperaturas más cálidas reduciendo los ciclos de hibernación, a veces hasta 23 días menos que hace tan sólo 15 años, hecho que les pone en peligro de inanición, porque esperan que los alimentos de la primavera estén disponibles. Los cambios de temperatura han provocado desplazamientos a muchos hábitats de especies, puesto que las poblaciones se trasladan hacia al norte y hacia altitudes más elevadas buscando temperaturas más frescas; se estima que la mitad de todas las especies salvajes de los Estados Unidos ya se han visto afectadas por el cambio climático.

Se están documentando efectos similares del aumento de las temperaturas en todo el mundo. Las superficies de hielo y de nieve del Himalaya se han reducido en un 30 % durante los últimos 30 años, y esto hace aumentar el riesgo de inundaciones y de desbordamiento de los lagos glaciales. En Europa, los procesos propiamente primaverales, como por ejemplo la floración, se han ido adelantando progresivamente desde la década de 1960, mientras que los procesos propiamente de otoño se han retrasado cada década. Estos desplazamientos estacionales han introducido especies a áreas nuevas y han cambiado las pautas migratorias de los pájaros.

Efectos en los polos
Un nuevo estudio realizado por 300 científicos junto con líderes indígenas de ocho países durante cuatro años concluye que el Ártico, dónde el calentamiento se ha producido a una velocidad dos veces superior a la media global, “actualmente está experimentando uno de los cambios climáticos más rápidos y severos de la Tierra”.

Siberia y Alaska ya se han calentado entre 2 y 3 grados Celsius desde los años 1950. La superficie de nieve del Ártico se ha reducido en un 10 %, y la capa de hielo del mar en verano es entre un 15 y un 20 % más pequeña que hace 30 años. Si estas tendencias actuales continúan, no parece que los osos polares puedan sobrevivir el final de siglo, puesto que la fusión del hielo reduce su hábitat y pone en peligro su acceso a los alimentos. La tundra y el permafrost también se están fundiendo rápidamente en todo el Ártico, hecho que amenaza la supervivencia de muchas especies terrestres y fuerza su traslado.

El incremento de los riesgos y de los costes relacionados con estos aumentos de temperatura ya están forzando las comunidades costeras del Ártico, como el pueblo de Shishmaref, en Alaska, y a instalaciones industriales, como el centro de almacenamiento de petróleo Pechora *Sea, a considerar un cambio de ubicación. Estos cambios no sólo afectan el bienestar de la gente del Ártico, sino que también sirven como indicador del tipo de cambio que se espera en el resto del mundo mientras las temperaturas continúen aumentando durante el siglo XXI.

Los datos de las temperaturas de este año proporcionan más evidencias de aquello que algunos científicos consideran una nueva época geológica, el Antropoceno, en la cual las actividades humanas son el motor principal del sistema climático global. La magnitud del aumento de la temperatura por encima de las previsiones más bajas dependerá de aquello que hacemos ahora para frenar las emisiones de carbono y otros gases invernadero. Podemos continuar utilizando combustibles fósiles que afecten el clima o podemos optar por energías renovables, tecnología más eficiente y políticas de cambio climático proactivo.




Figura 1: Temperatura mundial media, 1880-2004

Figura 3: Concentraciones atmosféricas de diòxido de carbono, 1000-2003

Figura 4: Temperatura mundial mediana, 1880-2004, con proyección hasta el 2100




Lila Buckley - Earth Policy Institute
www.earth-policy.org



Canviat
09/02/2017

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