El otro día asistí a un momento vegetal histórico, la cosecha de los calçots que la Fundación Terra plantó en sus bandejas de cultivo “Horturba” allá por septiembre dando por inaugurado el proyecto de la que hoy ha sido la 1ª Calçotada Urbana, si calçotada hay muchas, pero de calçots cultivados en terrazas, ninguna de la que yo halla sabido. Tapurna (que significa en quechua “cultivar”), Iniciatives Sostenibles, modélica empresa de la economía ecológica y social, son los creadores de uno de los sistemas más resueltos para practicar la innovadora agricultura de altura, es decir, la que se puede realizar en cualquier amplio balcón o terraza con cariño y poco más de 5 horas de solete del bueno. Para saber más sobre la agro y cultura de estas cebolletas y otras verduras, lo mejor es visitar el sitio de HortUrba, y también para conocer la campaña que ha concluido hoy con numerosos chupetones de dedos, mira aquí.
Un auténtico banquete de hortelanos urbanos ha tenido lugar en una plaza de la dinámica ciudad de Barcelona, además de talleres y actividades lúdicas. Claro, para esto ha hecho falta una fuente de energía especial, hoy la innovadora "energía ciudadana hortiurbana" que no contamina nada, ha movido con alegría todas las actividades del histórico evento, una celebración festiva que reivindica ciudades más sostenibles y sabrosas.
Y llegados de muchos lugares, se han ido registrando alumnos de escuelas con Horturba y calçots plantados y recogidos, personas de centros de cuidados especiales y familias al completo, casi todas conocedoras de los placeres de la saludable agricultura urbana. Algunos sabían bien a donde venían porque incluso se han traído el tradicional “babero”, y es que el calçot, después de pasar por las brasas de madera de vid y reposar envueltos en papel de periódico, se pelan y se sumergen en la típica salsa romesco, que hoy salía a gloria bendita, y se precipitan en vertical, hay quien lo hace son sumo arte y poco chorreo, para que entren en esa trituradora y asimiladora de mecánica y magia natural que nos mantiene a cada uno de los humanos comilones.
Aprovecho el espacio para pasar la sabrosa receta de la Salsa para Calçots, toma nota pues. Ingredientes: 1/2 kg de tomates (aproximadamente) 4 ñoras secas 25 gramos de almendras 25 gramos de avellanas 2 cabezas de ajos 1 cucharilla de pimiento rojo dulce o picante (según el gusto) 1 puñadito de pimienta negra 1 rebanada de pan tostado (optativo) Aceite, vinagre y sal (según el gusto de cada uno) Preparación: Escalibar los tomates y los ajos y pelarlos, picar las avellanas, las almendras y la rebanada de pan tostado. Mezclar todo con el pimiento rojo y la pimienta negra. La sal, el aceite y el vinagre se añaden al final. También se puede hacer esta receta friendo en vez de escalibar. Ánimo y que te aproveche y la disfrutes cuando toque.
Unas cocinas solares parabólicas Ksol echaban humo sanote y en una de ellas se ha preparado la tisana denominada Terra, que según el hechicero de turno, contiene menta, marialuisa, canela, regaliz y anís estrellado, sabiamente mezclados y de la que dan fe que estimula enormemente la sostenibilidad. Hablaba el tisanero solar que además de sabrosas están libres de emisiones de CO2 y no veas como me ha ecovacilao con aquello que son autenticas tisanas postkioto. En fin, mientras más de 150 lotes de docenas de estas cebolletas alargadas se elaboraban en las parillas, unos calçots con frutos secos se cocinaban en la otra sorprendente parabólica captadora de rayos solares cósmicos y oleeé. Cuando sus aromas comenzaban a remover mis instintos animales, me he encaminado rumbo a un taller de introducción al cultivo urbano, ojo que viene de culto. Utilizando recipientes reciclados, se han transplantao lechugas que en no mucho, 2 ó 3 meses, estarán para servir en elegantes ensaladas “made in la ciudad”.
Y es que no se sabe bien lo que es la tierra, su fertilidad, el trabajo de sus cuidadores, esos agricultores que nos preparan y sirven la energía concentrada del sol y los nutrientes de la tierra, no se sabe bien lo que es cultivar hasta que no se pone uno manos a la tierra. Y no hay excusa, cualquier maceta o sistema ingeniado o adquirido, nos permite echarnos al huerto.
El menú especial del día ha incluido 12 calçots tremendos, medio vasito de salsa suprema, vino dulzón exquisito y agua bendita, fruta del tiempo y café. Doy fe laica aquí que no he visto a nadie poco satisfecho. Y como no podía ser de otra forma y conociendo a los organizadores, la mayor parte de la vajilla y cubiertos ha sido de la reutilizable, por un deposito de 1 euro me he llevado plato, vaso, cubiertos y servilleta de papel, cuando he acabado y reposado del festín, he tenido de aclarar mi platos y demás y luego me han devuelto el euro. Hoy, la vajilla festiva poca huella ecológica ha dejado. Si te interesa saber como montar fiestas más sostenibles, aquí un excelente recurso (en catalán).
Yo, esta temporada he tenido la suerte de poder convivir cerca de varios horturbans y desde que he visto como crecían los calçots, como un hongo se cargaba 2/3 partes de las plantas, conocido lo vital del agua en su justa medida y lo necesario de nutrir la tierra para que el maravilloso mecanismo “hitec de toda la vida” se convierta en verdura, amigo, cuando se cultiva si te descuidas es fácil como amar más a la tierra y todo lo que ocurre en ella. Hoy más de 150 personas de todas las edades, han disfrutado de su ciudad en espacio publico compartido, y de los frutos de la tierra y de los del buen trabajo e ilusiones que dos entidades han puesto en ello.
No me pierdo la 2ª, no he jurao porque no puedo pero casi, que me planto mi docena de calçots y que además cuido si tengo tiempo, los de los amigos. Y es que después de tocar la tierra, sentirla y agradecer sus frutos, el virus te infecta y no hay remedio conocido para él “bien de los agricultores urbanos”, que no es nada peligroso, garantiza a los infectados saludables veladas y placenteras comilonas, y la no autoridades pertinentes lo recomiendan sobremanera.
Oye, si te cruzas con un feliz agricultor local, puedes pedirle que te hable del libro de la tierra, quizás sin abrir pagina alguna, te estimule a vivir una aventura importante de verdad, hoy, lo más revolucionario es cultivar un huerto, ...aunque sea en el balcón.
¡¡Feliz próxima siembra y posterior cosecha¡¡. Puedes plantar y recoger verduras y también otras cosas.
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