Voy poco a poco, sin prisa pero sin pausa, o mejor, hago lo que
puedo para ir penetrando por los caminos de poca huella ecológica según
mis posibilidades y visión de la Simplicidad Radical. El libro de Jim
Merkel me lo he leído como tres veces, me ha inspirado aires frescos,
me ha ilusionado, me han seducido sus mensajes y llamadas a la acción.
Y lo cierto es que solo he comenzado a practicar con las tablas de
contabilidad personal y a darle a la olla en casi cada gesto cotidiano.
Ya nada es igual, adquirir desde una revista en el kiosco hasta reducir
los menús externos de mediodía, o consumir cualquier producto, viajar
en coche de forma consciente, gastar petróleo según el menos mucho
mejor, todo lo medito como nunca. Cierto que me cuesta contenerme en
medio de la selva consumista, pero ahora lo habitual para mí es
renunciar a cada vez más consumibles, valorando en cambio eso sí, lo
que no se compra, la amistad, y los parientes, las muestras de
sabiduría de la buena, y hasta el vuelo de los murciélagos y el interés
por conocer a simple vista más de 10 árboles y una docena de aves.
Para comenzar con las tablas propuestas para el cálculo de la huella
ecológica personal, me estoy esperando a realizar mi balance de
pertenencias después de una temporada ya iniciada de desapego, reparto
y regalo de buena parte de ellas. Luego cuento, que me será más fácil y
mucho menor m impacto.
Y dentro de las sugerencias propuestas en ese manual de autentica
vida y modernidad ecológica, radicalmente simple, hay una a la que ya
llevaba tiempo dando vueltas, y hoy me he decidido a dar el paso
definitivo, he cogido mi primera cesta de verduras ricas y saludables,
después de haberme asociado a una cooperativa de consumidores de
productos agro ecológicos. Sirva la narración para que tu también te
inspires, si te toca o sientes que debes hacerlo, en el dar el paso
cerca de donde estés para proteger tu salud, la de la tierra, y la de
las economías de baja escala, las más bellas en un mundo globalizado
metido en un globo dentro del grandioso misterio sin limites conocidos.
Fue un placer rellenar el formulario de socio, preparar el abono de
40 euros de depósito y el abono de seis meses a 5 euros por mes. Lo
hice después de localizar la cooperativa más cercana a mis espacios
diurnos, la más cercana al trabajo. La elección además me ha seducido
por diversos valores sociales que mueve el colectivo elegido. La
historia que he conocido ha sido que dentro de la Xarxa de Consum Solidari,
una ONG que desde el 1997 trabaja en Catalunya en temas de comercio
justo y consumo responsable, fue a principio del 2004 que se impulso la
creación de un grupo cooperativo de consumo agro ecológico dentro de la
Xarxa. Este grupo tiene como objetivos trabajar en base a unos
criterios de consumo responsable y sostenible, conocer a los
productores y los distribuidores con los cuales tiene relación y
apostar por circuitos cortos de comercialización. Se trabaja dentro de
la coope en la base a al autogestión y la autoorganización.
Ya
con esto, bien me ha valido la pena dar el paso, una gran parte de mis
frutas, verduras y panes se gestaran a partir de ahora lo más cerca
posible de donde me los como. Estupendo pienso, reduzco huella y ayudo
con mis dineros, a la economía local. El grupo esta abierto a todas
aquellas personas que comparten sus criterios de trabajo, de
organización y de consumo crítico. Vamos, yo he dije que sí enseguida
que me enseñaron el funcionamiento practico de los pedidos. Y hoy
lo he puesto en practica incluso. El pedido se tiene que hacer como muy
tarde el lunes por la tarde, yo he decidido hacerlo el mismo día que
recoja el pedido semanal. Para ello, los socios disponemos de un
ordenador con tabla excel donde poniendo mi número y echando mano del
listado de productos inserto la referencia y el volumen en kilos o
piezas que preciso, inmediatamente se me ajusta el precio.
Es
a partir del jueves por la tarde cuando puedo pasar a por mi cesta
llena de salud concentrada, y es en ese momento donde realizo el pago
del pedido. Mi dinero va a un sobre para que disponga la persona de
soporte que se encarga de gestionar los pedidos y abonos a nuestros
proveedores, varios productores agricultores y un horno de pan, por
cierto, de exquisito paladar. Las magdalenas de espelta ya sé que se
convertirán en uno de esos placeres semanales sin remedio de momento.
Si me hacen falta otro tipo de productos, el lugar donde esta ubicado
el espacio de la cooperativa de consumo tiene una tienda de la Xarxa
donde puedo adquirirlos, es una delicia disponer de chocolates, tes,
panela y otros, todos del justo mercado solidario y oleeé.
Cogiendo el contenido de mi primera cesta me he sentido participe de
uno de esos pequeños cambios que siempre son poderosos, y para mí y
ahora, hoy he dado uno de esos pasos que me ayudaran a dejar menos
huellas sobre esta tierra finita. Ánimo, camina no corras, que seguro llegas a ningún destino que no sea al que todos nos dirigimos.
Si andas por Catalunya, aquí te paso en el enlace a Ecoconsum,
punto de encuentro de organizaciones de consumidores/as de Catalunya.
Un lugar para intercambiar información y experiencias sobre
proveedores, productos y formas organizativas. Ósea que si te pica el
gusanillo ecoconsumista, ya veras cuanta gente anda parecido, menos mal. Eso sí, para comprar verduras procedentes de la agricultura sin venenos por toda la geografía ibérica e islas, el listado que tiene disponible Mariano Bueno, es de obligada y agradecida visita:
Y
dentro de este portal puedes encontrar varios apartados con direcciones
y comentarios, te recomiendo visitar el espacio de Servicios Ecológicos
y Saludables, y en él cooperativas de consumo y asociaciones y los del sector de alimentos ecológicos. Están para servir, ósea que adelante.
¡¡Felices ecocestas, mías, tuyas y de todos los posibles¡¡ |