Han pasado 10 días de taller, donde el compartir, aprender, el
conocerse entre 11 asistentes y 4 cuidadores del lugar más un buen
numero de ecosabios han hecho que en la emocionante despedida las
lágrimas se me saltaran más de una vez. No recuerdo ahora cuando fue la
última vez que los lagrimales se activaron, pero hoy amigo he
llorao con pasión devota por la diosa sostenibilidad y el valor de
la amistad. También el cansancio y el intenso intercambio entre
personas diversas en un espacio limitado han hecho que emocionarse
costara muy poco.
Como he comentado en anteriores diarios, han ocurrido tantas cosas
que mantenerlas en la mente en espera de pasarlas por impulsos a los
dedos que teclean para la maquina que me ordena el desorden, es todo un
reto. Estamos realizando una emblemática construcción cargada de
energía solar, eficiente como pocas y querida por muchos desde el inicio.
Comenzó el mes con duelo en lejanía, cuando la inercia de la vida te
arrebata a un amigo de aventuras y sueños, allá en los Alpes mientras
conquistaba lo inútil pero supremo para quienes amamos las cimas. Recuerdos de lo compartido han
fluido en un va y viene continuo. Xavi Teixidor no bajó de la montaña
que tanto amaba, y su recuerdo ha ocupado una parte de mis pensamientos
entre movimientos de balas de paja, tapial y madera. Ya no será posible
preparar aventura alguna en el Montsec con él y que conozca ese lugar que
todos estamos levantando con nuestras manos e ilusión. La vida sigue para nosotros.
Estar en un espacio de convivencia en vida sostenible no es
cualquier cosa y más cuando uno de los pilares es la realización de una
ecoconstrucción a ritmo marchoso con disfrute colectivo y un alto
derroche de conocimientos y habilidades.
En el terreno de las artes de moverse con lo que parece difícil,
cuando a tu lado tienes profesionales sabios y compañeros de obra
ilusionados, la construcción y sus técnicas te van nutriendo desde las
manos a la mente, cuidando siempre de que lo bien hecho es lo que hay
que hacer, aunque cueste.
De cómo estaba la solera de la construcción a como ha quedado hoy
después de 10 días de intensidades, es sorprendente y más cuando lo que
se trata es de aprender. Dos imágenes a vista de pájaro te darán una
idea de lo que aquí ha ocurrido y seguirá ocurriendo.
Balas de paja, tapial de tierra compactada y madera de rollizos del
cercano Pirineo en manos de humanos ilusionados sólo pueden generar
belleza y satisfacción. Esto es lo que se recoge aunque por el camino
el stress haya dejado sentirse, como de forma inevitable, porque son
miembros de esa especie estresada la que acomete la aventura.
Inició Ricard, tan habilidoso con todas las artes de la construcción
que a su lado solo se puede hacer una cosa, aprender bien. El maestro
John siempre atento, siempre amable. Pasó José Antonio, maestro del
tapial, que con la ayuda de los miembros del ecogrupo y pisón
(mazo de madera para compactar) dale que dale, compactó un buen numero
de metros cúbicos de arcilla y tierra que mezclados alquímicamente con
agua bendita se estructura en el que puede ser uno de los muros más
ecológicos y sostenibles que se puedan conocer. Llego Josu, maestro
constructor que nos hizo meter mano a 8 metros cúbicos de rollizos
(troncos limpios de ramas), el estado primigenio después de corta de un
árbol. Alisado general, pulido básico y colocación de la estructura han
convertido aquellos fajos de troncos en la más bonita y emotiva de las
cubiertas y estructura de madera que más me han cautivado. Seguirá en
breve Maren, enseñándonos a acariciar esa construcción con quizás 15
veces menos huella ecológica que lo mismo pero con materiales
industriales. Luego llegará la cubierta verde, que me emociono solo de
pensar que la tierra que había antes, aunque sea en parte y de forma
simbólica estará restituido y colocada unos dos metros y medio más
arriba, alojando la misma vida y quizás con agradables aromas vegetales.
Pero si en estos días he trabajado contento, en gran parte ha sido
por convivir con ese grupo de humanos desconocidos hace unos días y tan
cercanos ahora, gracias Conchita habilosa, Simón sabio, Luis honesto,
Daina atenta, Ana inquieta, Ana integradora, Carles sabrosón,
José tecnoapropiado, Vicens equilibrado, Llorens observador, Ruben
amable y Jennifer dinámica, luego quedan todos los pasantes obsequiando
sabiduría, gracias Mariano geovivo, Jordi maestro, Jordi ecoacuatico,
Miquel biciamigo, Pui constructor genuino, Artur musieco, Isel
cuidadora y tantos otros que hacéis que vivir sea cada vez más
emocionante.
Una paloma torcaz me despierta cada día con su canto puntual, las
hormigas recorren por el suelo a la captura de sus nutrientes, y yo
entre frutales salgo de la tienda y por el camino ya le echo el
diente a alguno de sus frutos. Algo tan frugal remueve la máquina
mental hasta límites profundos, quizás sea cierto que en lo más simple
esta lo más complejo y útil para nuestra vida. En este agosto
laboriosoamistosodisfrutón, alguna cosa de interior, eso si compleja,
está cambiando.
Queda poco para el siguiente turno, a el también me apunto, e iré
dando buena nota de lo con las manos y el corazón vayamos consiguiendo
desde una convivencia especial de trabajo agradecido por la
sosteniblidad de miembros de una especie depredadora en un planeta
mágico. |