6 pasos más para una vida sostenible

En nuestras manos tenemos la posibilidad de cambiar hacia un mundo más durable o sostenible.  Aquí hay 6 pasos más que podemos hacer, acciones sencillas para que el mundo sea más durable:

 

7. Compra local
Cuando se habla de consumo de proximidad se hace referencia a la distancia entre el punto de origen y el de consumo del producto; tiene también que ver con la estacionalidad y la calidad tanto en referencia al modo de producción-elaboración. Proximidad tiene también que ver con la accesibilidad a la información del producto, su origen, como se ha elaborado (si es ecológico o no), los canales que ha seguido, etc. Optar por un consumo de proximidad apoya la economía del entorno territorial más próximo y se reduce el gasto energético en el transporte de productos. La compra local reduce la huella ecológica de los productos. Incluso ahora hay iniciativas de restaurantes llamados de Km 0.

Lo que podemos hacer: 

Piensa en la posibilidad de asociarte a una cooperativa de consumo y valora iniciativas que contribuyen a una relación más justa entre consumidores y productores. En el caso de Cataluña está la llamada Gastroteca. Hay algunas listas de tiendas de alimentos ecológicos.

 

8. Truquea e intercambia lo que no uses
España recicló en 2008 el 14% de los residuos urbanos que produjo y compostó un 20% de los desechos orgánicos, muy por debajo de la media comunitaria –40%–, emparejándose más con Malta, Polonia o Bulgaria que con sus vecinos del norte. Cada año se genera en España una media de 575 kilos de residuos por persona, una cifra algo superior a los 524 kilos calculados en el conjunto de la Unión. El 57% de esa cantidad va al vertedero, mientras que en la UE sólo lo hace el 40%. Dicho en otras palabras: España está en la zona de los países que producen mucha basura, reciclan poco y recuperan menos. El concepto de consumo colaborativo es prácticamente desconocido en nuestro país, aunque sí existen iniciativas contrarias al usar y tirar. Existen espacios trueque como los mercados de segunda mano, los almacenes de Emaús y diferentes iniciativas en internet.

Lo que podemos hacer:
La basura de unos es el tesoro de otros. Podemos crear lazos materiales entre la comunidad virtual o real de forma que desprendernos de algo que no nos es útil pueda serle útil a otra persona. Esto es algo muy gratificante. Para los niños es un hábito que puede ser un juego con el que aprender a reusar, compartir y apreciar el valor de las cosas.

 

9. Compartir un coche compartir viajes
Los programas de coche compartido (carsharing) o coche para compartir viajes (carpooling) llevan varios lustros funcionando. Internet además lo ha facilitado y han aparecido numerosas webs que permiten visualizar el recorrido que uno que tiene vehículo y va solo y debe realizar y que puede compartirlo con otra persona. Un estudio de la Universidad de California del Centro de Transporte, cada coche compartido sustituye 15 vehículos privados, y aproximadamente el 80 por ciento de los más de 6.000 hogares encuestados en América del Norte que utilizan el coche compartido se deshizo de sus coches después de unirse a un servicio para compartir. En 2009, el coche compartido en EUA contribuyó con un ahorro de 482.000 toneladas en la reducción de emisiones de carbono.

Una bicicleta tándem para moverse por la ciudad en compañía de forma cómoda

Lo que podemos hacer:
En EUA en julio de 2011 había 26 iniciativas de coche compartido que agrupaban a más de 560.000 personas que comparten unos 10.000 vehículos. Incluso si uno no quiere deshacerse de su propio coche, con un coche compartido cuando se viaja en una ciudad puede reducir enormemente los desafíos de encontrar aparcamiento. El carsharing tiene sus puntos de recogida en párquings municipales. Pero también puedes ser más radical: comprar una bicicleta, y pedalear por la calidad del aire de nuestras ciudades. Es verdad que a veces faltan carriles y parquings bici y más seguridad contra los robos. Sin embargo, es más seguro ir en bici que en moto y la apariencia de fragilidad frente al tráfico motorizado de la bici es una percepción falsa.

 

10. Planta un huerto
Puede que tengamos una terraza comunitaria o incluso que tengamos un jardín. Podemos aprovechar estos espacios para cultivar una parte de nuestras propias verduras de manera simple o obtener alimentos frescos, saludables y nutritivos. La FAO y el Programa de Naciones para el Desarrolla (PNUMA) estiman que más de 200 millones de habitantes de las ciudades de todo el mundo ya están produciendo y vendiendo sus propios alimentos y que esto permite una alimentación fresca y saludable a más de 800 millones de sus vecinos. Cultivar un huerto urbano no toma demasiado espacio. Podemos adquirir bandejas de cultivo manufacturadas o prepararnos nuestro recipiente con materiales reciclados. A la luz de los precios de los alimentos y los últimos sustos en seguridad alimentaria, incluso una pequeña parcela puede tener un gran impacto en su dieta y en nuestra economía doméstica.

Lo que podemos hacer:
Cultiva plantas comestibles en tu terraza o jardín. Disponemos de semillas ecológicas de lechuga, berenjenas, pero también de plantas saludables como las que propone la Asociación de la Dulce Revolución. Una buena ensalada con productos caseros es posible y fácil.

 

11. Compost
Y qué mejor manera de fertilizar su jardín que usar nuestra propia basura orgánica como abono. Podemos utilizar el vermicompostaje o el compostaje tradicional si disponemos de un jardín. Algún día cercano existirán las “compostadoras” caseras para convertir los restos de comida en fertilidad y será uno de los electrodomésticos más populares del siglo XXI. A parte de reducir la cantidad de basuras, ahorraríamos fertilizantes orgánicos producidos con combustibles fósiles.

Cultivando un huerto urbano

Lo que podemos hacer:
Busca en tu ciudad las posibilidades sobre la recogida selectiva de los restos orgánicos. Por Ley todos los municipios de más de cinco mil habitantes deben recoger la fracción orgánica para ser comportada y disponer de puntos verdes.

 

12. Reducir el consumo de carne y de pescado
La producción ganadera produce alrededor del 18 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y consume alrededor del 23 por ciento de toda el agua utilizada en la agricultura mundial. A pesar de que sería más eficiente una dieta mayoritariamente basada en vegetales la producción mundial de carne sigue incrementándose con una tasa de crecimiento del 20 por ciento desde el año 2000. Actualmente, el consumo de carne por cápita a nivel mundial ya está en casi 42 kilogramos, cuando hace apenas unos diez años era tan sólo. Las pesquerías mundiales están esquilmando los bancos de peces en todos los mares. Tanto es así que actualmente la única forma de abastecer la demanda de pescado es a través de la acuicultura que suministra un 45 % del pescado mundial. Pero estas granjas de pescados destruyen ecosistemas marinos importantes como los manglares y contaminan las aguas donde están asentadas las granjas de peces y mariscos.

Lo que podemos hacer:
Convertirse en vegetariano o vegano no es una obligación pero si que lo debería ser sino reducir el consumo de carne y pescado que se consume semanalmente. Considera la posibilidad de optar algún día a la semana una opción vegetariana. Existen numerosas recetas vegetarianas que son saludables, ricas y fáciles de preparar.

Reducir nuestro consumo de carne contribuye a salvaguardar el clima

Podemos pensar en buenos deseos para el 2012, pero sobretodo debemos comprometernos más y más personas para luchar por el contrario el hambre, la pobreza y el cambio climático. Aunque no son la solución existen prácticas simples como las descritas que pueden tener un gran impacto extendidas de forma mayoritaria. Nuestro compromiso personal no nos exime de reclamar y luchar también para que los gobiernos dejen de destruir el medio ambiente en nombre de la democracia y los recortes presupuestarios. Tenemos la posibilidad de hacer del 2012 un año más sano, más feliz y más durable para todos.

Primera parte del artículo: 6 pasos para un sostenible

(1) Este artículo está inspirado en el artículo Going Green: 12 Simple Steps for 2012 elaborado por Worldwatch Institute de Washington. Desde la Fundación Tierra lo hemos adaptado a nuestra realidad. Cada uno de nosotros, desde los países desarrollados podemos comprometernos de forma sencilla y efectiva para reducir nuestro impacto ambiental.

 

 

Modificado
09/02/2017

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