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Los costes del agua envasada
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El
agua envasada nos cuesta 1000 veces más que la del grifo. La
fabricación de sus diversos envases, sin tener en cuenta también el
necesario tratamiento posterior, requiere un consumo de recursos en
forma de materias primas, energía y agua (sí, ¡agua!). Por otra parte,
tanto la fabricación y tratamiento final de los envases como su
transporte desde la planta embotelladora a la estantería de nuestro
supermercado genera emisiones a la atmósfera. En cambio, el agua del
grifo, aunque debe sufrir un proceso de potabilización que utiliza
energía y recursos, recorre una ditancia mucho menor y prescinde de
envases. Sin embargo, su uso para bebida nos disgusta y dudamos de su
calidad. ¿Qué hacer entonces?.
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El agua envasada no es la única opción
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Si
contaminásemos menos el agua de nuestros ríos y acuíferos (con
sustancias tóxicas presentes en productos del hogar o de higiene, con
aguas residuales, etc) tal vez seria menos costoso potabilizar el agua
del medio para nuestro consumo, y esta recuperaría su sabor agradable
(o, si se prefiere, ausencia de sabor). Recurrir a la valiosa y
limitada agua mineral que ha filtrado y almacenado la corteza terrestre
a costa de un gran impacto ambiental y un alto precio no es una opción
en un mundo más frugal y equitativo.
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Purificación en casa
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Numerosos
sistemas domésticos permiten la mejora de la calidad y el gusto del
agua grifo. Estos sistemas eliminan sustancias remanentes en pequeñas
cantidades tras el proceso de potabilización así como los productos
necesarios para garantizar la seguridad de su consumo durante el
transporte hasta los hogares, como el cloro, que sin embargo una vez en
casa resultan innecesarios. Algunos métodos son el filtraje con carbón
activo, la destilación, la ósmosis inversa, o algunas tecnologías que
mejoran la estructura macromolecular del agua (catalizadores,
microorganismos efectivos EM…). En todo caso, consiguen mejorar las
propiedades organolépticas del agua, uno de los motivos principales por
los que se bebe de forma convulsiva agua mineral envasada. |
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Estamos abusando de algo sagrado
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En
estos tiempos, las grandes empresas del agua, la publicidad y el
consumo de agua embotellada a gran escala empiezan a distorsionar
nuestra visión del agua como derecho de todos los seres humanos. El agua
es un elemento natural que necesitan nuestros cuerpos pero por supuesto
también los ecosistemas naturales. Para muchos pueblos las fuentes y el
agua subterránea es un bien sagrada por sus beneficiosos efectos. Una
gestión del agua consciente y equitativa evitará la contaminación del
medio y proporcionará agua de calidad y saludable a cada persona sin
necesidad de abusar y agotar las valiosas aguas subterráneas. Mientras
vamos en esa dirección, nuestros hábitos diarios marcan una diferencia
importante: depurar el agua en el punto de consumo es una opción
intermedia muy válida, que mejora nuestra calidad de vida y deja una
menor huella ecológica.
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Resumiendo ... |
• Actúa
para que mejore del suministro de agua potable y evita contaminar el
agua desde casa (no tirar aceite, disolventes, etc. en el WC o el
fregadero).
• Para una todavía mejor calidad del agua de bebida, purifica el agua en
casa. Usa el agua mineral sólo en ocasiones o por prescripción médica.
• Si compras agua envasada, trata de adquirir envases mayores, y facilita su reciclaje tirándolos a los contenedores amarillos.
• Bebe todo el contenido de la botella de agua mineral envasada cuando la
pidas en un comercio o restaurante: valora que estás bebiendo un agua de
gran calidad y a la que antaño se asociaban propiedades curativas.
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