Noviembre, 2013.- Cada vez hay más recursos e iniciativas dedicadas a la agricultura urbana. Y no es para menos, porque más de la mitad de las personas en el mundo viven en ciudades. Organismos de la ONU calculan que en 2050 el 80 por ciento de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Y hoy, al menos 800 millones de personas en todo el mundo participan en algún tipo de producción urbana de alimentos. Cultivar verduras es un saludable hábito: son nutritivas e imprescindibles para una dieta equilibrada, proteges el medio ambiente, preservas la biodiversidad y ofreces un modo de vida a millones de personas.
Hay cientos de iniciativas en todo el mundo dedicadas a promover e aplicar la agricultura en las ciudades. Desde las terrazas, hasta los invernaderos geodésicos, pasando por los huertos escolares o huertos urbanos ubicados en parcelas sin uso, o los microhuertos colocados en el interior de nuestras casas cultivando germinados. Estimular la agricultura urbana se ha convertido en una práctica que avanza de forma imparable, porque sin duda es la revolución que viene, aunque todavía queden algunas lagunas sobre cómo afecta la calidad del aire de las ciudades a las verduras urbanas.
Las verduras son la mejor fuente de vitaminas, micronutrientes y fibra para que el cuerpo humano goce de salud y son claves para la riqueza nutricional de cualquier dieta. Sistema vertical de cultivo hidropónico.
Iniciativas estimulantes
Una granja-escuela en Nueva York ofrece formación en agricultura urbana para el vecindario a través de un programa de formación certificado de dos años, así como una amplia gama de seminarios para personas interesadas en el tema y que son impartidas por expertos en la materia. En San Francisco, la Urban Alliance Agricultura fue creada para unir a los productores urbanos en el área de la bahía, y se incluyen desde iniciativas de inserción laboral, hasta meros aficionados por los detalles del cultivo urbano. En Milwaukee, la Growing Power utiliza la agricultura para ayudar a jóvenes inadaptados integrarse en sus comunidades. En Chicago cada vez más rascacielos han adaptado sus cubiertas para crear espacios de cultivo urbano. También hay iniciativas curiosas com la de las camionetas hortícolas (Truck farm) que sirven a la divulgación de la agricultura urbana "sobre ruedas". Y empresas que se plantean explotar a fondo el suelo urbano con los llamados huertos verticales (vertical farming) para obtener cuantiosas hortalizas en el mínimo espacio, como la iniciativa sueca de Plantagon, o los huertos hidropónicos verticales Verticrop. O, con menos tecnología, pero igual de efectivos podemos encontrar la granja hidropónica vertical de Alegría Farm, ubicada en Laguna Beach (California) que dispone de 170 torres de cultivo en las que crecen más de 10.000 plantas en menos de mil metros cuadrados.
Las ciudades verdes
En un mundo cada vez más urbano, encontrar fórmulas para que la agricultura conviva en las calles se ha convertido en una prioridad. El movimiento de agricultura urbana está creciendo de forma especial también en África. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2030 la población urbana del África sub-sahariana alcanzará casi 600 millones personas, el doble de la que había en 2010. Promover las llamadas ciudades verdes de África, es una iniciativa de la FAO, para lograr el objetivo"hambre cero" mediante el fomento de la agricultura urbana en las ciudades del continente africano. Cultivando en las ciudades se garantiza el suministro alimentario durante todo el año de productos frescos de la huerta de proximidad y a precios asequibles.
¿Qué iniciativas de agricultura urbana se encuentran en tu comunidad? ¿Cómo crees que podemos fomentar la agricultura urbana en nuestro país? Éstas son algunas de las cuestiones que desde Fundación Tierra nos planteamos. Con la iniciativa del invernadero educativo del Rebost Vital (Despensa Vital) en la terraza de un edificio del barrio viejo de Barcelona quisimos abordar desde la práctica la propagación del cultivo en terrazas organizando decenas de sesiones formativas para escuelas y para el público en general. Por desgracia, el proyecto no tuvo continuidad por falta de recursos económicos y de comprensión por parte de las autoridades locales. Sin embargo, la experiencia y su buena acogida mientras funcionó, nos demuestra que el interés por la agricultura urbana y las plantas nutritivas y saludables es creciente.
Datos sobre la agricultura para pensar
- La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que se podrían salvar 2,7 millones de vidas cada año si se incrementara el consumo de hortalizas. La falta de verduras en la dieta humana, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la responsable del incremento de un 14 por ciento de las muertes por cáncer gastrointestinal, el 11 por ciento de las muertes por enfermedades del corazón, y el 9 por ciento de las muertes por accidente cerebrovascular a nivel mundial.
- La agricultura es la actividad socioeconómica que más empleos crea en el mundo, proporcionando medios de subsistencia para el 40 por ciento de la población mundial actual. Es la mayor fuente de ingresos y empleo para las familias rurales pobres.
Plantas hortícolas cultivadas para ocupar el mínimo espacio físico.
- Desafortunadamente, la mayor parte de la investigación agraria y las inversiones económicas en las comunidades se centra en los cultivos que aportan calorías, en lugar de aquellos que aportan nutrientes. Son ricos en calorías los cultivos de trigo, maíz, arroz, yuca, etc. que reciben la mayor parte de los fondos destinados a la investigación. Habría que fomentar la investigación en las plantas nutritivas que, además de calorías, aportan nuevos sabores y nos sirven de garantía para una salud más robusta, como son la quinoa, el amaranto, la espirulina y los llamados súperalimentos.
- Más de 500 millones de pequeños agricultores de todo el mundo (la mayoría practicando la agricultura de secano), contribuyen a producir hasta un 80 por ciento de los alimentos consumidos en la mayor parte del mundo en desarrollo. Invertir en las mujeres y los hombres dedicados a la agricultura de pequeña escala es una forma importante de aumentar la seguridad alimentaria y la nutrición de los más pobres, así como la producción de alimentos para los mercados locales y globales.
- Desde la década de 1900, un 75 por ciento de la diversidad de cultivos se han perdido, con lo que la biodiversidad y el patrimonio genético de siglos de experiencia también se ha perdido. Un mejor uso de la biodiversidad agrícola puede contribuir a dietas más nutritivas y modos de vida más adecuados para las comunidades agrícolas empleando técnicas agrícolas más resistentes y sostenibles.
- Cerca de 1,3 millones de personas no tienen acceso a la electricidad en todo el mundo - la mayoría de las cuales viven en zonas rurales del mundo en desarrollo. La pobreza energética en muchas regiones es una barrera fundamental para reducir el hambre y la que impide que estas zonas puedan producir alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades.
Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Imágenes de algunos de los proyectos comentados.