Despedir nuestros difuntos con flores permite expresar sentimientos profundos ante lo que es una pérdida irreparable. A la vez, el simple acto de aportar al sepelio como familiares o amigos una corona, un centro o cruz floral tiene una cara menos amable, a menudo desconocida, para quienes le rinden tributo: el arreglo floral adquirido provoca un notable impacto ambiental asociado a todo su ciclo de vida, desde su cultivo hasta que se convierte en desecho. Este impacto se puede reducir eligiendo, por ejemplo, flores de proximidad y ornamentos florales sin plásticos, ganchos ni esponjas contaminantes. La iniciativa ecofuneral promovida por Fundación Tierra, ha estudiado el impacto de las flores en los servicios funerarios y las mejores alternativas para el planeta.
Despedir las personas que han fallecido con flores es una practica generalizada que se remonta a la antigüedad, cuando los muertos se exponían durante días para ser velados a la intemperie por lo que al iniciarse la descomposición desprendían un desagradable olor, sobre todo, en épocas de calor. Para enmascararlo se quemaba incienso y la persona fallecida se cubría con todo tipo de flores, lo cual aromatizaba el ambiente y hacia más agradable velar al difunto.
Hoy los velatorios han cambiado radicalmente pues los difuntos se exhiben en cámaras refrigeradas. Sin embargo, las flores continúan estando presentes en los funerales a modo de ornamento y también como ofrenda de los seres queridos.
La variedad de ornamentos florales diseñados para servicios funerarios es amplia. Las floristerías de los servicios funerarios permiten elegir entre rosas, rojas y blancas, claveles rojos y blancos y flores variadas, como margaritas, crisantemos y lirios, entre otras, además de todo tipo de composición, ya sea en forma de centros, coronas o cruces. Ornamentos florales capaces de satisfacer a los familiares más exigentes. Lo que se nos escapa a menudo es el impacto ambiental que hay detrás de este sencillo gesto de depositar una corona floral a los pies de un féretro.
El impacto ambiental de las flores ornamentales
Dos terceras partes de la flor cortada u ornamental que se importa en España proviene de países lejanos. En el sector funerario, rosas y claveles (principalmente de Ecuador y Colombia) y crisantemos (Sudáfrica) son los más demandados. En cambio, gladiolos, lilium u otras flores más exóticas, como la strelitzia y phalaenopsis, provienen sobretodo de países europeos, especialmente Holanda. Todas estas flores llegan a nuestro país por vía aérea. Por tanto, la importación de flores ornamentales contribuye al calentamiento global de la atmósfera.
Pero no es todo una vez que las flores cultivadas son cosechadas estas se rocían con un cóctel tóxico de fungicidas, insecticidas y herbicidas para mantenerlas en buen estado (la problemática del empleo de pesticidas y fertilizantes químicos en el cultivo de la planta de flor para cortar superaría el alcance de este artículo con creces). El productor mayorista una vez cosechadas las almacena en una cámara refrigerada que se alimenta de electricidad que es mayoritariamente de origen no renovable, luego se transporta al aeropuerto en un camión frigorífico con motor diesel, los aviones que las transportarán consumen queroseno que emite gases de efecto invernadero y finalmente, ya en su destino se envían de nuevo a través de camiones refrigerados al mercado mayorista de flores. De este se repartirá a los vendedores minoristas que conservarán las flores cortadas en una área refrigerada, hasta que se prepare la corona u ornamento floral. Pero el viaje no termina ahí: una vez que las flores se desvanecen tras la ceremonia son arrojados en la basura (a menos que se composten) y enviadas al vertedero, donde se descomponen y emiten metano, un potente gas de efecto invernadero.
Las principales especies de flores utilizadas para componer tributos florales funerarios estimó que el promedio de la distancia recorrido por las flores ornamentales era de unos 12.000 km contando distintos medios de transporte (camión y avión comercial con cámara frigorífica) para llegar a su destino final. El cálculo orientativo de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) del transporte de estos productos florales, alcanzaría un total agrupado de emisiones de 224,9 toneladas de CO2, según un informe elaborado en 2012 por la Fundación Tierra cuando elaboró su Certificación para celebrar un ecofuneral.
Otro problema relacionado con los ornamentos florales funerarios está relacionado con las estructuras de metal y/o plástico para darles forma y cohesión. El mayor impacto en el medio ambiente lo provocan las coronas y centros o cruces para difuntos. A parte de que la mayoría de los ornamentos florales están unidos con estructuras metálicas o plásticas a menudo también incluyen un soporte de espuma (plásticos expandidos) que sirve para la retención de agua. Todos estos materiales complementarios dificultan su correcto reciclaje. Así pues los residuos plásticos y los alambres en los centros y coronas se convierten en un auténtico quebradero de cabeza en los cementerios cuando se intenta separar el material orgánico del inorgánico. Como esta gestión es demasiado laboriosa, en la mayoría de cementerios se acaban tirando las flores junto con sus piezas plásticas en el mismo contenedor de residuos no reutilizables.
Los tributos florales podrían clasificarse inicialmente como residuo orgánico, por lo tanto, biodegradable y de rápida degradación por causas naturales en su lugar de deposición. Un análisis más detallado del producto, en cambio, descubre que en su formato de presentación como ornamento funerario los materiales orgánicos naturales se mezclan distintos materiales plásticos (aro, espuma, bridas, pinchos, cinta), y metálicos (alambre de sujeción), dificultando enormemente la correcta gestión y separación cuando el ornamento floral se convierte finalmente en un residuo, según pone de relieve el mismo informe de la Fundació Terra.
Más allá de la problemática de los plásticos estructurales presentes en los ornamentos florales funerarios destacamos el de la esponja o espuma floral, un producto fabricado a base de plástico en forma de bloques verdes, que son porosos y absorben y retienen agua durante varios días.
Las floristerías usan la espuma como base para arreglos pero esta espuma contiene sulfatos de bario, formaldehído y negro de carbono que son tóxicos. Algunos de estos elementos se reconocen como potencialmente cancerígenos. La eliminación de la espuma floral es especialmente delicada especialmente por que muchas veces acaba en las incineradoras y su combustión puede liberar compuestos orgánicos tóxicos (COVs). Los alambres metálicos para la sujeción de las estructuras vegetales, que es otro residuo también debería reciclarse adecuadamente, cosa que no ocurre.
Flores para un ecofuneral
Hay acuerdo entre las entidades europeas que ofrecen funerales ecológicos que los ornamentos florales deben ser a partir de flores silvestres locales ya sean frescas o secas o bien con flores de jardinería con certificado de producción ecológica y provenientes de plantaciones locales. Además para las sujeciones de las flores se emplean latiguillos, cordeles u otras de origen vegetal o biodegradable.
El uso de flores silvestres se recomienda en todos los funerales ecológicos no sólo porqué se basa en flores de temporada y por tanto se adaptan a la estación climática en el momento de la ceremonia, sincronizando así evolución de la naturaleza con la del difunto. Otra de las razones es que las flores silvestres locales evitan el trasiego del transporte asociado a las flores ornamentales importadas y que como hemos dicho en nuestra sociedad acumula muchos kilómetros en transporte aéreo y consumo energético en refrigeración, entre otros problemas.
Últimamente han empezado a operar sellos o certificaciones que garantizan el empleo de técnicas de la agricultura ecológica en el cultivo de planta ornamental para minimizar el potente impacto del uso de agroquímicos habitual en este sector de la flor ornamental. Estas certificaciones garantizan que la flor de corte ornamental se cultiva y procesa con criterios de sostenibilidad. En este sentido la flor ornamental certificada como por ejemplo Florverde, Fairtrade Flowers y Fair Flowers Fair Plants, puede ser una alternativa cuando además es de producción local y por supuesto cultivada bajo los criterios de la agricultura ecológica, libre de agroquímicos.
En los países anglosajones son habituales en las ceremonias de funerales ecológicos el uso de ornamentos florales sin espumas, alambres, celofán o plásticos, ya que utilizan materiales que son completamente biodegradables y ecológicamente sólidos como los cordeles y sujeciones de sauce, yute o cornejo y ligadas con ramitas de árboles de hoja perenne para apoyar la elegancia de los diseños de flores y hojas naturales que por supuesto son estacionales y cultivadas o recolectadas localmente.
Finalmente, existe otra alternativa cada vez más en uso que es la planta viva en flor. En este caso, hay pocos ejemplos de emplearla de forma ornamental creando motivos, coronas o parecidos. En este ámbito es donde debemos destacar algunas de las innovaciones más relevantes y que ha sido precisamente una desarrollada por una empresa española.
Flores vivas como memorial
Una idea hasta ahora no explorada era elaborar un ornamento floral con planta viva. Esta idea fue planteada por la responsable del área de medioambiente de Ergo Seguros a Limbo Europa. Tras un trabajo de investigación y observando el uso de las coronas vimos que hay bastantes familias que piden llevarse unas flores de recuerdo.
Consciente que los tiempos están cambiando la empresa Limbo diseña una corona de planta viva que se pudiera dividir y repartir a modo de recuerdo y de agradecimiento a los presentes después del funeral. Así nació una solución moderna, atractivas y sin impacto ambiental, la corona The Green Memory. Está formada por tiestos con planta en flor por lo que, que cumplida su misión se transforma en dieciséis macetas de plantas vivas que familiares y amigos pueden llevarse a casa en forma de memorial. Se trata de una innovación patentada y fabricada por Limbo Europa empresa con más de diez años de experiencia en el sector funerario caracterizada por sus productos innovadores y respetuosos con el medio ambiente.
“Esta corona se empezará a distribuir el próximo octubre 2017 no sólo en Europa sino también en Latinoamérica. The Green Memory permite rendir homenaje al ser querido en el velatorio, durante la ceremonia de la despedida y posteriormente al recordarlo en el hogar, la nueva corona, y además no genera residuos medioambientales”, afirma David Vidanes, responsable de Limbo Europa, empresa que la comercializa.
Las plantas que pueden usarse con la corona The Green Memory son el rosal mini (símbolo de amor y cariño), la campanilla (gratitud), la violeta persa (cuidado y apoyo), la begoña elatior (admiración) la hiedra (lealtad) y la violeta africana (nostalgia), aunque la disponibilidad de plantas de las empresas funerarias que la comercialicen. Así que esta corona de planta viva más allá de la belleza de su diseño también permite una gran y diferente combinación de flores y capaz de cumplir con creces su función memorial y por supuesto ornamental.
Su montaje se puede hacer en un minuto, simplemente encajando las macetas en un aro y la extracción de las macetas de la corona también se hace de manera sencilla, simplemente deslizando la maceta hacia fuera. La entrega de las macetas a familiares y personas allegadas puede llevarse a cabo durante la ceremonia de despedida en el tanatorio, en el cementerio, o en cualquier momento en el que se considere apropiado. Y cada una de las macetas puede incluir un porta–macetas para facilitar su traslado, el cual, además, es personalizable, explica Vidanes.
Contra lo que a menudo se piensa de los productos ecológicos la corona de The Green Memory tiene un coste similar al de una corona tradicional de flor cortada y es, sin duda, un elemento diferenciador y moderno que permite honrar, recordar, agradecer y cuidar de forma esmerada el medio ambiente. Innovaciones como esta ponen de manifiesto que la implantación de los criterios ecológicos en los servicios funerarios todavía tienen un largo recorrido.
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