Una ducha es algo que siempre es un placer. Será por aquello de que se generan iones negativos por el efecto Lenard, especialmente con según que alcachofas. El físico alemán Philipp von Lenard (1862-1947), premio Nobel de Física en 1905, estableció que en determinados fenómenos donde el agua estaba en movimiento y salpicaba (como se da en la lluvia, en una cascada o en el embate de las olas), ésta generaba espontáneamente iones negativos. Los iones negativos son los que nos dan esta sensación de frescor después de la lluvia y en general interactúan, aunque de forma imperceptible, en nuestro metabolismo o en nuestro estado de ánimo, sobre todo a través de la respiración. Así que la ducha reproduce parte de esta magia natural y de ahí que existan alcachofas que intentan potenciarla. Pero la cuestión es no quedarse dentro más tiempo del que es necesario para las labores de aseo personal, ya que más tiempo dentro de la ducha es más consumo y derroche de agua potable.
Medir con precisión el consumo de agua cuando nos duchamos es ahora posible, El Showertime es quizás la propuesta más innovadora en este sentido. Un aparato ideal para campañas de ahorro de agua, porque a diferencia de un reductor de caudal, este nos pone frente a frente con la realidad del ahorro o el derroche de agua potable de red en nuestro hogar.
La ducha en una vivienda acostumbra a ser el principal consumo de agua higiénica familiar. Por empezar, no sabemos muy bien su consumo por minuto y eso que es sencillo de medir. Basta con tomar un recipiente que incorpore una señalización volumétrica y medir cuanta agua llenamos del mismo en un minuto. Una ducha convencional y a la presión estándar de suministro del agua potable de red puede consumir de 15 a 22 litros por minuto. En otras palabras, en cinco minutos de permanecer debajo de la ducha podemos consumir casi 100 litros y en 10 días habrán sido 1.000 litros o 1 m3 y así sin casi darnos cuenta derrochamos una media de 6 m3 en el período de facturación del agua (unos 3 meses). Si le instalamos algún tipo de reductor de caudal o perlizador, podemos bajar el consumo hasta un 50 %. De ahí que se hayan promovido campañas públicas repartiendo este tipo de dispositivos. Y es que la ducha, aunque también el WC, son los principales sumideros de agua potable de red.
El tiempo, es siempre un factor subjetivo y pocas veces uno se pone un reloj o cronómetro para medirlo dentro de la ducha. Curiosamente, es costumbre instalar relojes enormes en la cocina, pero no en el baño. La razón de que la humedad y el contacto con el agua podría dañarlos era antaño admisible, pero no hoy por hoy que se hacen relojes sumergibles sin problema alguno. Pero no hay modelos pensados para, precisamente, controlar el tiempo de permanencia en el lugar del hogar donde más agua podemos consumir y que cada minuto de más puede ser puro desperdicio de un recurso valioso y escaso. En un año lluvioso (como el 2010) y con las reservas de agua de embalses por encima de la media de los últimos años, ya parece que a nadie le interese el tema del ahorro del agua. Precisamente, cuando más llueve, más deberíamos pensar en que este regalo de la naturaleza variable hay que ahorrarlo.
Así que medir el tiempo de permanencia en la ducha mientras esta rezuma agua a más o menos presión es un consejo ecológico imprescindible. Existen algunos artilugios sencillos, como relojes de arena de 5 minutos. Pero no incitan a saber el consumo que implica al no medir el caudal por minuto de nuestra alcachofa de la ducha. La empresa Efergy, especializada en mediciones ambientales, ha diseñado un artilugio sencillo y de bajo coste a modo de cronómetro o caudalímetro para la ducha. Su funcionamiento es bien sencillo. Primero hay que marcar en cuántos segundos se llena un litro (suministran incluso una bolsa plástica de 1 litro de volumen. A continuación, de forma electrónica le queda almacenado de forma que cuando lo activamos nos visualizará los litros que van cayendo sobre nuestro cuerpo.
Lo más interesante del artilugio de Efergy (que puede solicitarse en la delegación española) es que permite marcar un límite máximo de volúmen de agua y de esta forma sonará una alarma cuando lo traspasemos. El Shower Time es ideal para convencer a los más pequeños de la casa y educarlos de una forma bien visible de permanecer el mínimo tiempo, aunque el imprescindible. La única función que no tiene es que si uno detiene el aparato porque va a enjabonarse el pelo y para el agua no tiene memoria. Pero sí que nos habrá señalado los litros de agua hasta antes de pararlo y si lo volvemos a poner en marcha, aunque empiece de cero nuevamente, mentalmente lo podremos sumar.
Para calibrar el Showertime basta con medir el tiempo que tarda en llenarse un litro de agua. A partir de este dato, el resto lo visualiza automáticamente este "cronómetro" que muestra el consumo de agua en la ducha.
En cualquier caso, contabilizar y hacer visible los consumos es algo imprescindible para hacernos sensibles frente a algunos de nuestros comportamientos. Los mismos fabricantes producen el contador eléctrico inteligente o smartmeter, que es muy útil para reducir el gasto eléctrico al visualizar los consumos escondidos e inútiles del standby. En los vehículos modernos el ordenador de abordo muestra el consumo de gasolina por kilómetro. En el baño, el Showertime de Efergy es una verdadera revolución para reducir el consumo de agua y eso antes de la amenaza real de sequías persistentes debidas a los fenómenos asociados al calentamiento global y que en nuestro país pueden ser realmente severos.