El calendario indígena maya

UN NUEVO AÑO está entrando. CELEBRARLO para iniciar un nuevo recorrido es algo que compartimos con nuestros mejores deseos. Pero un AÑO convertido en calendario es también la forma con la que se expresa una cultura. En esta ocasión os invitamos a celebrar el nuevo año desde la visión de una de las culturas viejas que nos recuerdan la necesidad de preservar nuestro entorno.

El carácter vivo del universo y la conexión entre todas las cosas es el redescubrimiento al que Hartmann en su libro Las últimas horas de la vieja luz del sol nos invita. Argumenta que para enfrentarnos a nuestro destino antes que sea demasiado tarde debemos acercarnos a cualquier práctica que nos descubra la divinidad propia en la que se expresa la naturaleza. 

Portada de un libre fundamental para interpretar el valor de las culturas indígenas en nuestro momento actual de crisis sistémica.

Actualmente persisten culturas humanas que no participan de la destrucción del mundo y que se oponen a la idea de que la devastación y la dominación son una parte inevitable de la naturaleza humana. Son las llamadas culturas  viejas o culturas indígenas. Las culturas indígenas que persisten repartidas por todos los continentes (desde el Ártico hasta Australia, pasando por la Amazonia y el sudeste asiático) nos muestran con su cosmovisión una forma diferente de relacionarnos con la Vida.

El libro de Hartmann es un alegato sobre el testimonio de estas culturas viejas que han perdurado viviendo en armonía con el mundo que les rodea, con las personas que les rodean, y consideran que toda Vida es sagrada. Una de estas culturas viejas es la maya de la cual todavía resisten diferentes etnias en algunas zonas de Guatemala y México. Los indígenas mayas nos han legado además de su holística cosmovisión una valiosa herramienta de armonización con la naturaleza y nuestro espíritu. Es el antiguo calendario conocido como el Tzolkin.

El calendario del pulso del Universo
El Tzolkin, (en la lengua maya del Yucatán) o Cholq'ij (en lengua maya k'iche') que podríamos traducir por la cuenta de los días, es el nombre dado a la versión maya del sincronario o ciclo sagrado de 260 días, constituido por veinte trecenas (o trece veintenas) utilizado por las diferentes culturas de la Mesoamérica precolombina. El Tzolkin aún se utiliza en las comunidades indígenas del altiplano guatemalteco (donde todavía persiste una rica diversidad linguística) y las residentes en el estado de Oaxaca (en lengua del Yucatán) .

En la imagen de esta página del Códice de Madrid se pueden identificar claramente en el recuadro interior los ideogramas o glifos de los veinte nawales. También se aprecian las cuatro esquinas del universo y los cuatro rincones del mundo –lo exterior y lo interior. Cada uno de los puntos que forman la cadena que circula o bordea de la página representa los días que suman 260. Este códice es el primer referente documental antiguo de la existencia del Tzolkin o Cholq’ij.

Según la cosmovisión maya, cada día, nuestro planeta Tierra recibe una energía, un quantum energético que pulsa el Universo. El Tzolkin se basa en una secuencia temporal representada por 20 sellos o glifos (simbolizados con elementos naturales) diferentes que se suceden periódicamente junto con las 13 vibraciones (representadas por animales) que, según su cosmovisión, componen el Universo. Su combinación como resultado de multiplicar 20 por 13 es la que nos da los llamados 260 kines que es el ciclo básico de este calendario. El calendario Tzolkin en realidad  está compuesto por 13 meses y cada mes tiene 20 días, aunque hay una adaptación al calendario gregoriano y pueden establecerse las correspondientes relaciones entre ambos.

Para los indígenas mayas este pulso energético que recibimos del Universo también lo emitimos los seres humanos aunque no seamos conscientes de ello. El calendario nos permite ser conscientes de este fenónemo. Según nuestro nivel de consciencia podremos emitir una octava superior de la misma frecuencia o bien unas octavas inferiores, pero vamos a emitir esta vibración recibida desde el espacio profundo queramos o no. Sólo el despertar de nuestra consciencia puede mejorar el nivel u octava de la vibración que representamos cada uno de nosotros.

El calendario maya no tienen otra función que ayudar a armonizar nuestra vida con la del Universo. Lamentablemente, la tradición maya del Tzolkin fue divulgada en Occidente por el historiador José Argüelles,  con una interpretación personal no basada en el legado de la tradición maya y que no se sincroniza con el calendario maya tradicional. Sin embargo, todavía hoy en Occidente, hay mucha literatura y seguidores sobre lo que este personaje llamó el calendario de las 13 lunas. La interpretación de Argüelles es un buen ejemplo de como a veces el conocimiento indígena se tergiversa.

El Tzolkin es el calendario que guía la vida espiritual del Pueblo Maya.

Todo es energía
El Tzolkin no es un horóscopo. Para los mayas todos los seres y el Universo, en sentido amplio, tienen su propia energía. Según la cuenta del Tzolkin,  las 260 tipologías de estas pulsaciones energéticas del Universo, pueden relacionarse con 260 tipologías humanas que resultan de la combinación de las energías y vibraciones presente en el día del nacimiento. La cosmovisión maya admite que  recibimos y nos impregnamos de la energía-vibración que está descendiendo sobre la Tierra el día del natalicio. Así esta "energía-vibración" se convierte para cada persona en lo que llaman el kin personal y, esta energía con su frecuencia nos va a acompañar ya para siempre a lo largo de nuestra existencia en este planeta. Hay diversos aplicativos (1) (2) (3) que lo permiten calcular e interpretar; sin embargo, este sería un aspecto puntual del contenido holístico que subyace en el Tzolkin como "cuenta sagrada de los días".

Estudios científicos sugieren que la Vía Láctea tiene un agujero negro supermasivo en el centro galáctico y que este genera pulsos energéticos que se transmiten por toda ella.

Nuestro kin o nawal no es una tipología psicológica como se interpreta el signo del zoodiáco en el horóscopo astrológico. El kin nos muestra la perspectiva desde la cual nosotros observamos este mundo, porque, en definitiva, según los indígenas mayas, somos los representantes de esta combinación energética universal en este plano terrenal. Por tanto, al comprender profundamente las energías que representan nuestro kin, nos liberamos del estrés que supone ver el mundo de nuestra forma particular y podemos aceptar mucho mejor a nuestros semejantes. En función de nuestro nivel de consciencia y del aprendizaje que vayamos realizando en nuestra vida, los ancianos mayas dan indicaciones sobre como podremos vivir la total armonía con el resto de nuestros semejantes y con las demás frecuencias o energías (20) y vibraciones (13) que cada ser humano representa.

Armonizar la vída cotidiana
El calendario del Tzolkin aglutina esta visión de acercamiento a la naturaleza en la que cada día el Universo adopta una forma energética concreta. A su vez define como éstas afectan a nuestra consciencia. Es por eso que constituye una poderosa herramienta para apoyar la evolución consciencial de la persona con su entorno y ha sido preservado durante siglos por la tradición ancestral maya.

Página de una versión del calendario tradicional maya adaptado al calendario gregoriano vigente tal como la divulga el colectivo Icaros.

Cada ciclo de las trece vibraciones con sus glifos conforman lo que llaman la treceava maya que nos permite ser conscientes durante los trece días que completan aspectos concretos del ciclo vital desde el propósito del período hasta la realización.  El Tzolkin es pues el único calendario indígena que visualiza la Consciencia Universal com un Todo del cual formamos parte y del que somos receptores de las energías de cada cada dia recibe el planeta des del centro del Universo.

Cuando nos adentramos en las cosmovisiones de las culturas indígenas podemos observar que todas ellas tienen en común que el propósito de la vida es reflejar la Luz de una Consciencia Superior en esta dimensión para unir el Espíritu y la Materia. El calendario indígena maya es una de las pocas herramientas de uso cotidiano (cada día del año) disponibles que vincula a los seres humanos con todos los elementos que le rodean, con las cosas visibles y con las fuerzas que solo se perciben a nivel intuitivo.

Calendario actual

La cosmovisión maya que subyace en el Tzolkin es una forma de explicar el mundo, la vida y las cosas de forma holística y es plenamente vigente para nuestro momento civilizatorio.

Versión actualizada de la rueda maya que sirve de base para el Tzolkin.

Su conocimiento en la actualidad contribuye a la construcción de una sociedad armónica, respetuosa con su entorno y con profunda libertad humana.

El colectivo Icaros en España facilita el acceso al calendario maya adaptado a nuestro calendario moderno con la denominación de la lengua maya del yucatán, así como una aplicación (app) para el cálculo del kin maya y su interpretación basada en la tradición indígena aunque con una semántica modernizada.

Si uno quiere profundizar en el tema del Tzolkin o Cholq'ij , la Universidad Rafael Landívar permite consultar una interesante publicación sobre el calendario sagrado maya.

Así mismo, existe un libro sobre el tema disponible titulado El nuevo sol, que explica el Tzolkin siguiendo la cuenta de la tradición maya.

Feliz Año 2016!!!!

Artículo elaborado por la redacción de terra.org.

 

Modificado
09/02/2017

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