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82,5 millones de metros cúbicos de maderas tropicales se usan anualmente para producir tabaco. | |
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Además de ser perjudicial para la salud, el tabaco es un factor importante de degradación ambiental. | | |
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Lo que esconde un cigarrillo |
El tabaco, aparte de ser muy perjudicial para la
salud humana, tiene un componente de degradación ambiental que,
habitualmente, la opinión publica no considera. En los países del
Tercer Mundo, las plantaciones de tabaco se están convirtiendo en una
de las principales causas de deforestación de las últimas selvas. Cada
año se consumen 82,5 millones de metros cúbicos de maderas tropicales
para la producción del tabaco.
En la última década han muerto a
causa del tabaco más de 21 millones de personas, eso sin contabilizar
los enfermos cardiovasculares derivados o los perjuicios a los
fumadores pasivos, etc. Dejar de fumar es una de las tendencias más
naturales. En los países desarrollados, en los últimos 40 años el
porcentaje de hombres fumadores ha pasado del 88 % al 39 % actual. En
cambio, en las mujeres se ha incrementado del 21 % al 27 %. |
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Destrucción de selvas tropicales |
Los agricultores deforestan una gran parcela para
sembrar tabaco. Después de dos cosechas, la tierra se ha agotado y los
mismos labradores talan otro trozo de selva para continuar con esta
práctica.
El siguiente paso en la destrucción proviene de los
tratamientos que hay que dar al tabaco para que tenga el aroma deseado
por los productores. Para que las hojas verdes se vuelvan marrones y
adquieran el aroma típico del tabaco, se han de fermentar a
temperaturas de 70 ºC. Si bien en los países desarrollados el tabaco se
seca con quemadores de aceite o gas, en los países menos avanzados
arrebatan la madera a la selva para incinerarlo. Los países más
afectados por estas prácticas son Paquistán, Tailandia, India, Brasil y
Filipinas. El tiempo de fermentación y secado es de una semana y se
calcula que con un árbol adulto sólo se obtiene la energía necesaria
para la fermentación de 300 cigarrillos (datos de la Organización
Mundial para la Salud).
La cantidad de maderas tropicales
empleadas para el tratamiento inicial del tabaco es superior a todas la
exportaciones mundiales de madera de los países tropicales. Esto sin
contar el papel que se gasta posteriormente en la elaboración de los
cigarrillos, paquetes y cartones que los contienen. |
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Repercusión directa sobre el medio ambiente |
El consumo de tabaco contribuye directamente al
aumento del efecto invernadero, con una producción mundial de CO2 de
225.000 toneladas de este gas, o sea, la misma cantidad que producen
12.000 coches que realizan 10.000 km cada uno.
Uno de los países
africanos más afectados por las explotaciones del tabaco es Malawi, que
está perdiendo una gran superficie arbolada de sus sabanas, uno de los
ecosistemas más frágiles a la erosión cuando se deforesta.
El
consumo de productos de tabaco tiene una repercusión directa sobre el
medio ambiente, aunque no sea inmediata. Las grandes multinacionales
del tabaco apuestan por la producción en países del Tercer Mundo y, en
consecuencia, los fumadores contribuyen directamente a la destrucción
de las selvas tropicales. |
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Más subvenciones para producir tabaco que para combatir el cáncer |
Cada año se producen 7 millones de toneladas de
tabaco en el mundo, lo que equivale a 4 billones de cigarrillos, varios
miles de millones de puros y una gran cantidad de tabaco para liar o de
pipa. El 50 % de la producción proviene de los países del Tercer Mundo,
y la industria del tabaco se jacta de contribuir al desarrollo
económico. Sin embargo, la cuestión es el precio que paga el medio
ambiente.
Podemos descubrir incluso graves incongruencias en la
política europea de subvenciones. Cada año los agricultores de los 7
países comunitarios productores de tabaco se reparten 721 millones de
euros para continuar con su actividad. En cambio, el programa "Europa
contra el cáncer" sólo recibe 7,2 millones de euros. | |