Eurovegas, la banca gana

Agosto, 2012.- Promesas de prosperidad acompañadas de la supuesta creación de miles de puestos de trabajo. Cifras de vértigo. Demanda de leyes hechas a medida. Y necesidad de una enorme inversión pública que, inicialmente, es silenciada por el espejismo de millones y millones que, supuestamente, generará el majestuoso proyecto. El espacio que pretende ocupar Eurovegas son suelos de máxima producción agrícola, la tierra más rica en fertilidad para cultivar, un espacio que es la despensa de Barcelona. Los campesinos del delta del Llobregat suministran desde antiguo verdura y fruta frescas en Barcelona y toda la actual área metropolitana a través de los mercados municipales, tiendas de barrio y últimamente de cooperativas de consumo.

Eurovegas quiere suplantar una sociedad basada en el trabajo y el ahorro, en la pequeña empresa y el emprendimiento, por la especulación y el juego. Eurovegas quiere destruir unos espacios naturales ricos en biodiversidad y un patrimonio histórico donde lo público se convertirá en privado. La despensa alimentaria de Barcelona y un paisaje irrepetible parece que han de morir a favor de unos supuestos puestos de trabajo que sólo beneficiaran a la banca. Los espacios agrícolas y naturales que quieren expropiar forman parte del Parque Agrario del Baix Llobregat y NO son urbanizables según la planificación territorial actual. Los gobernantes tendrán que modificar, por tanto, la legislación. ¿Qué obtienen a cambio? De momento la Generalitat ha aprobado un nuevo reglamento sobre el jueogo que incluye tres nuevas tipologías que se suman al bingo tradicional: el bingo americano, el 'bingo plus' y el electrónico. Es la tercera modificación que aprueba el gobierno catalán relativa al sector del juego, y ambas llegan cuando está en la esfera pública el debate sobre la posible instalación del complejo de ocio y juego Eurovegas en el Delta del Llobregat.

La agricultura y la biodiversidad juegan un papel único en el Delta del Llobregat, en espacios que quieren ser urbanizados para una actividad lucrativa sólo para los bancos. Foto: Fundación Tierra.

Mientras la plataforma Aturem Eurovegas ha convocado para el 15 de septiembre en el campo de la vía férrea de Cornellà un macroconcierto de protesta contra el proyecto Eurovegas. La entrada será totalmente gratuita. Están confirmados ya Estopa -que, por otro lado, se han ocupado también de implicar a otros músicos-, Silvia Pérez Cruz, Albert Pla, Antonio Orozco, Pastora, El Niño de la Hipoteca o Refree. Aunque podrán ser muchos más. Los perjuicios ambientales de este proyecto se analizan a continuación.

 

Eurovegas en pocas palabras

Eurovegas, el macrocomplejo del juego y del ocio que promueve Las Vegas Sands, la compañía del magnate estadounidense Sheldon Adelson, es el enésimo plan monumental que se anuncia a bombo y platillo, y genera un encendido debate alrededor del modelo social, económico y ambiental que se quiere para un territorio. Por un lado, se alinea quien las defiende con el argumento que son positivas porque dinamizan la economía, generan ocupación e incrementan el número de turistas que se acercan a la zona; del otro, quien se lo mira con escepticismo y recuerda los precedentes similares en España (podríamos hablar de Terra Mítica, Grand Scala o la Ciudad de la Cultura de Santiago) para alertar que las cifras prometidas no se ajustarán a la realidad y que, muy probablemente, de la pompa inicial al cabo de unos años sólo quedará paro, destrucción del territorio y deudas, que a menudo serán afrontadas por las administraciones públicas.

Pendientes que Las Vegas Sands anuncie el 1 de septiembre de 2012 –siempre que no haya un nuevo atraso– si el macrocasino se ubica en el Delta del Llobregat, en Barcelona, en Madrid o, finalmente, no se construye, el proyecto de Adelson ha ido rebajando progresivamente sus cifras desde que se tuvo noticia por primera vez en noviembre de 2011. Entonces, se anunció una inversión de entre 15.000 y 18.800 millones de euros hasta el 2022 para construir 12 resorts hoteleros que sumarían 36.000 habitaciones; 6 casinos, con más de 1.000 mesas de juego y 18.000 máquinas tragaperras; 3 campos de golf, 9 teatros y restaurantes para 50.000 personas; y la creación de 162.000 puestos de trabajo hasta el 2017, 30.000 para la construcción del complejo y 132.000 para la explotación. Cuando el proyecto estuviera a pleno rendimiento, el 2025, el número de gente empleada sería 275.000, la mayoría trabajadores y trabajadoras directas de Eurovegas, siempre según la versión corporativa.

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Visita exploratoria de los terrenos del Delta del Llobregat del equipo de Las Vegas Sands, en Cornellá de Llobregat, Barcelona. Fuente: www.aturemeurovegas.org

Rebaja del soufflé

El director de operaciones de Las Vegas Sands, Michael Leven, aprovechó la visita que una delegación de la compañía hizo en Barcelona y Madrid a final de junio del 2012 para rebajar el soufflé. Aseguró que la primera fase del complejo podría estar operativa el 2015 o el 2016, después de una inversión de 6.000 millones de dólares (unos 4.700 millones de euros), de los cuales sólo una tercera parte provendrían de fondos propios de Las Vegas Sands, y el resto los debería aportar el sector financiero. Se levantarían 4 hoteles y 2 casinos y se generarían en total 30.000 puestos de trabajo, 15.000 durante la construcción y el resto en la explotación, una quinta parte de las magnitudes apuntadas siete meses antes. Leven reconoció que, si no consiguen la financiación, algo presuntamente difícil teniendo en cuenta la situación de la banca, se plantearían reducir el proyecto.

Además, Las Vegas Sands quiere adquirir, sea cómo sea, las 800 hectáreas de terreno que afirma necesitar para levantar el complejo, aun cuando ha admitido que sólo con 300 hectáreas tendría suficiente para encajar todos los hoteles, casinos, centros de convenciones... El resto de terreno se dedicaría a servicios “complementarios” pero, desde los colectivos críticos con Eurovegas, se apunta que la voluntad sería revenderlo posteriormente en un auténtico pelotazo en la línea de las peores prácticas especulativas de la era de la burbuja del ladrillo.

Cifras bajo sospecha

Economistas, partidos políticos y grupos opositores se han dedicado a rebatir las cifras de Las Vegas Sands con estudios comparativos. Un trabajo de Esquerra Republicana de Catalunya, por ejemplo, subraya que en el pico de la temporada turística del 2010, en el Principado catalán había 390.000 personas trabajando en el sector, con unas 540.000 plazas de alojamiento, de forma que se ve imposible que las 36.000 que, como mucho, puede ofrecer Eurovegas generen 164.000 puestos de trabajo. Los casinos de Las Vegas emplean de forma directa 300.000 personas en todo el estado de Nevada, hecho que pone en entredicho que un único complejo aquí pueda acercarse a estas magnitudes prometidas. La propia Las Vegas Sands totaliza 20.000 habitaciones y 40.000 puestos de trabajo entre sus complejos de los Estados Unidos, Singapur y Macao. Finalmente, el catedrático d’economía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver explicaba hace unos meses que entre funcionarios y trabajadoras de las empresas públicas, la Generalitat da trabajo a 230.000 personas, hecho que le llevó a concluir que los datos de Adelson son, simplemente “una tomadura de pelo”. También se cuestiona la cifra de visitantes, que con el complejo a pleno rendimiento se ha anunciado que sería de 30.000 al día, cuando en todo el Estado español el número se eleva a 137.000.

Una de las fincas ocupada por hábitats de interés natural y no urbanizable que quiere ocupar Eurovegas. Foto: Fundación Tierra.

Más allá del modelo de negocio y de la apuesta por una economía del ladrillo y especulativa de funestas consecuencias, el otro gran rechazo que genera Eurovegas es que el grupo impulsor quiere que se convierta en una isla de excepción legal, en qué se paguen menos impuestos, el personal tenga menos derechos, se consigan exenciones de todo tipo y se suspendan leyes como la del tabaco. A cambio, además, las administraciones deberían afrontar gastos en seguridad y mejora en la accesibilidad al macrocomplejo. “¿Transferiremos la soberanía a Las Vegas? Las élites de este país se han vuelto locas”, concluía en un artículo publicado en El País el filósofo Josep Ramoneda en relación a las demandas de Adelson, cargando contra el servilismo de la clase dirigente. Y es que la ruleta en qué se han metido el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y compañía puede acabar dejando la administración, y por lo tanto, la ciudadanía, todavía más fregada. Sólo el magnate del juego parece ganar.

¿Cuál es el precio que tendremos que pagar por Eurovegas?

Eurovegas no es una fuente de riqueza como nos dicen. No sólo es una pérdida para las arcas públicas por lo “que dejaremos de ingresar” con todos los impuestos y tasas que no se pagarán (y que cualquier industria o empresa pagaría religiosamente). Además, requiere un gasto público muy importante, difícilmente justificable en tiempo de austeridad como los actuales y que afectan a servicios básicos. Esto se debe a que Sheldon Adelson, el magnate del grupo promotor de Eurovegas, no quiere hacerse cargo de los costes asociados a la construcción del complejo, como por ejemplo los accesos viarios, la conexión con el AVE, la estación intermodal a la ciudad del Prat de Llobregat, el entierro de 500 metros de la C-32 y una parada de metro al complejo con servicio durante las 24 horas del día. Lo mismo sucede con la pasarela sobre el río Llobregat, el suministro de agua y luz, el alcantarillado y las medidas compensatorias por los daños ambientales ocasionados.

En el caso de Madrid, se calculó un coste adicional por el proyecto de entre 800 y 2.500 millones de euros, dependientes de la localización final del complejo. Con este dinero se podría pagar unos 100.000 funcionarios de sanidad o de educación durante un año, o 10.000 en 10 años. Según qué cifras, son difíciles de imaginar, pero no por esto debemos ser menos conscientes. La inversión asociada de 6.000 millones (según las últimas filtraciones), implica un coste de 400.000 euros por puesto de trabajo (15.000 nuevos trabajadores según Las Vegas Sands). Sería como pagar una mileurista durante 30 años. ¿Cómo es posible que unos puestos de trabajo tan poco cualificados necesiten una inversión de semejantes características? Teniendo en cuenta los cálculos oficiales de 40.000 euros para la creación de un puesto de trabajo (ésta es la media en el Estado español), se podría, potencialmente, crear actividad laboral para 150.000 personas (10 veces más). No es difícil imaginar, pues, el provecho que sacarían de una inversión de estas dimensiones las pequeñas y medianas empresas (que son responsables del 70% de los puestos de trabajo del país y que tantos problemas tienen para recibir crédito).

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Proyección del consumo de agua, electricidad y residuos generados que provocaría la instalación de Eurovegas en el delta del Llobregat, comparado con los consumos actuales en el área. Fuente: www.aturemeurovegas.org

Precio del agua

La necesidad de agua de Las Vegas es de unos 1.000 litros por persona y día. La ciudad depende directamente del embalse de Hoover, por culpa del cual el río Colorado ya no llega al mar, algo que podría fácilmente pasar en el delta del río Llobregat, donde se proyecta instalar el macrocomplejo de Eurovegas. Debemos tener en cuenta que el consumo de agua en el Estado español es de 171 litros por persona y día, y en Barcelona es de unos 107 litros por persona y día. La Plataforma Eurovegas No ha estimado el consumo de agua que necesitará el recinto en unos 9,5 hectómetros cúbicos anuales –1,4 de los cuales por el gasto de los campos de golf–, es decir, unos 960 litros por persona, nueve veces más que el consumo local actual. En conclusión, se necesitaría el equivalente al consumo total de los municipios adyacentes al proyecto de Sant Boi de Llobregat, Viladecans y el Prat de Llobregat para abastecer las necesidades del complejo, lo que equivale a un aumento del 37% del consumo total a día de hoy en la comarca.Otra cuestión importante es de dónde provendría esta agua, un bien tan precioso como escaso. Hay dos opciones. La primera sería la desaladora del Prat de Llobregat, que debería aumentar un 50% su funcionamiento. Como el agua de desaladora es el doble de cara que la de potabilizadora, se puede estimar un gasto de tres millones de euros al año sólo por estas necesidades. A esto hay añadir el gasto energético, puesto que se necesita el doble de energía para generar la ósmosis que para hacer un trasvase de agua.

La segunda opción sería la de explotar el aqüífero del Delta. Si bien el aqüífero tiene, ahora, 100 hectómetros cúbicos (el equivalente a un pantano com el de Sau), y está explotado sosteniblemente (la recarga natural recupera el 30% del volumen que se extrae), se podría ver afectado por las obras (los fundamentos de los rascacielos son muy profundos). Además, la impermeabilització del suelo por el asfalto y el cemento comprometería gravemente su recarga, que depende en gran parte de las infiltraciones de la lluvia y el riego.

El agua es uno de los recursos básicos del Delta del Llobregat y que será deteriorado con el proyecto del Eurovegas. Foto: Fundación Tierra.

Los acuíferos del delta del Llobregat

Bajo el delta hay dos acuíferos de vital importancia. No sólo porque nutren los espacios naturales (zonas de humedales y otras, dependiente de la emanación del acuífero más superficial), o la agricultura (en las zonas más costeras, las labradoras explican que no hace falta regar las sandías), sino que es una reserva de agua dulce estratégica en Catalunya. De esta fuente beben los barceloneses y barcelonesas cuando hay sequía. Si no hay restricciones al consumo durante estos periodos es gracias a las aguas subterráneas. El aqüífero abarca todo el municipio del Prat de Llobregat y, de forma parcial, otros diez municipios de la costa central, de Sitges a Barcelona. Los habitantes del Prat reconocen la calidad de esta agua y el bajo precio. Por estos motivos, el acuífero del Delta del Llobregat se encuentra protegido por el Decreto 328/1988, donde se especifica la protección versus las extracciones de áridos o cualquier “otra actividad que pueda ser causa de degradación o deterioro del dominio público hidráulico”.

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Opinión de los ayuntamientos afectados o próximos al proyecto Eurovegas. Fuente: www.aturemeurovegas.org

El consumo eléctrico de toda Zaragoza

En relación a los consumos energéticos, el informe de la plataforma Eurovegas No resalta la insostenibilidad del proyecto. La demanda energética sería de 947.400.000 kWh/año, equivalentes al de una población de 676.000 habitantes como por ejemplo Zaragoza (la quinta ciudad más grande del Estado). Debe destacarse el consumo generado por las 18.000 máquinas tragaperras prometidas, que alcabzaría hasta los 90.666.000 kWh, similar al consumo anual de luz de toda la ciudad de Viladecans. Esta energía supone una cuarta parte de la que genera la central nuclear de Vandellós II; la de 8.000 hectáreas de placas fotovoltaicas (10 veces la superficie del complejo) o el equivalente a 200 aerogeneradores. ¿Quien pagará, pues, estas infraestructuras y el incremento de la red? Por no hablar del cambio climático. Se debe tener en cuenta que las zonas naturales son, en primer lugar, un almacén de carbono (que se almacena en las plantas y en la materia orgánica del suelo) y, por otra, un sumidero de carbono (las plantas, durante la fotosíntesis, fijan CO2). O sea, que las grandes emisiones que provocaría el complejo por su gasto energético s’han’d añadir las que dejaría de absorber la zona agrícola y las zonas húmedas. Generación de residuos La generación de residuos del complejo Eurovegas ascendería además de 160.000 toneladas a l’año (contante con las cifras d’ocupación directa prometidas). Es decir, 117 toneladas al día. Esto supondría aumentar un 20% la generación actual de residuos sólidos en Barcelona (806.368 toneladas anuales). Preguntado el consejero de Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya, Lluís Recoder, por el agravio ecológico d’este complejo durante la presentación de la reunión cumbre de Río+20 (por el “desarrollo sostenible”), donde representaba en Catalunya, echó pelotas fuera.

 

¿Y si Eurovegas no viene al delta del Llobregat?

La mejor estrategia para proteger este espacio y proporcionarle el peso económico y ambiental que merece es fomentar la actividad agraria del terreno. Las actividades de agrícolas del Parc Agrari del Baix Llobregat solo permanecerán viables si los consumidores locales priorizamos la compra directa a los agricultores que cultivan estos terrenos, favoreciendo aquéllos que tratan de avanzar a favor de la agricultura ecológica en un espacio fuertemente afectado por el desarrollo de los municipios circundantes. Para evitar nuevas intromisiones especulativas en este territorio y mantener la actividad agrícola existen múltiples opciones recogidas en la web www.elcampacasa.com. Una buena iniciativa para localizar productores, variedades y formas de compra, pero si la vía on line no te convence, siempre puedes acercarte al "Mercat a Pagès", donde los agricultores del delta ofrecen directamente su fruta y verduras cada viernes de 17 a 21 h. en la Rambla Rafel Casanovas de Sant Boi de Llobregat, o los sábados de 9 a 14 h. en los alrededores de la Colònia Güell. Si dispones de bicicleta, es un paseo excepcional conocer los márgenes del Llobregat mientras vuelves a casa con las alforjas llenas de frutas y verduras, y una sonrisa de oreja a oreja que ninguna máquina tragaperras podría nunca proporcionar.


Este artículo es una adaptación traducida del catalán de "Eurovegas: una ruleta donde siempre gana la banca" de Marc Font y de "¿Cuál es el precio que tendremos que pagar por Eurovegas?" de Eva Yus, de la publicación "Les cartes marcades de Sheldon Adelson" de la plataforma Aturem Eurovegas. Salvem el Delta del Llobregat, descargable desde su web www.aturemeurovegas.org (en catalán).

Modificado
09/02/2017

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