Fregar con agua limpia en casa

Si hay una actividad importante en el hogar por razones de higiene es la de fregar los suelos. Bueno, primero uno les pasa la escoba o mucho mejor un aspirador y luego se limpia con agua y algo de detergente fregándolo. La actividad de fregar tiene su razón de ser en la necesidad de la higienización del hogar y con esta ponerlo a salvaguarda de las invasiones de cucarachas y otros bichos comensales que sin suciedad se van a otra parte. También es importante para reducir los microbios que pueden acumularse por mil razones.

El fregado doméstico ha pasado por dos etapas. Una que probablemente está todavía en la memoria colectiva con el cubo y la bayeta al lado de una mujer arrodillada por el suelo extendiendo el trapo mojado. La otra etapa hace referencia ya a la fregona que en esencia sería una bayeta colgada de un palo para que uno pueda fregar sin arrastrarse por el suelo. Aunque parezca raro la fregona se inventa en España a finales de los años cincuenta.

Se puede fregar con agua limpia, pero sobretodo hay que hacerlo con limpiadores ecológicos que no contengan productos químicos tóxicos. Foto: Fundación Tierra.

Historia de la fregona

El fregar los suelos sufrió una autentica revolución cuando se inventó la fregona o mocho. La historia de la fregona no es ajena a otras historias conflictivas en las que en sus inicios es fruto primero de una colaboración y luego de las disputas. En 1958 el ingeniero aeronáutico D. Emilio Bellvis Montesano (1914-1993) conoce a Manuel Jalón Corominas (1925-) también militar, que le comenta sobre un cubo metálico con escurridor para fregar que ha visto en una base americana. No era otra cosa que una mejora de la mopa americana (inventada por Eddy Key en 1837). Emilio Bellvis ofrece su taller a su socio (la empresa Rodex) y crean lo que sería el llamado fregasuelos que permite fregar de pie. Por tanto, a esta pareja española le debemos que las mujeres de este país pudieran levantarse de los suelos y dejaran de padecer lesiones en rodillas, palmas de las manos y la espalda. Aunque el modelo de patente es de Emilio Bellvis luego se discutieron con Manuel Jalón por la paternidad del invento.

 

Los sistemas de limpieza profesionales no sólo deben reducir el tiempo de trabajo sino también mejorar la calidad y en especial en higiene. Esta doble condición la cumple el sistema de fregado con agua limpia Embell. Foto Fundación Tierra.

El sistema no llegaría a popularizarse hasta la llegada del cubo de plástico con escurridor apodado Gaviota y fabricado por Rodex en 1964. La cuestión es que todo cambia en 1966 cuando aparecen las primeras imitaciones. La fregona se popularizó pues a finales de los años sesenta y en algunas partes del país fue conocida por el nombre de una de sus marcas: la Mery.

La fregona como artilugio y concepto no más que un textil absorbente con un mango y un cubo con escurridor. La fregona evitaba arrastrase por todo el suelo de la casa para fregar y por tanto se ganaba en velocidad y comodidad. Tras quedar liberada la patente de utilidad en 1984 aparecieron en el mercado numerosas fregonas y que actualmente lideran empresas multinacionales. Sin embargo, el inventor Emilio Bellvis conservó parte de su legado industrial y 50 años más tarde su empresa vuelve a revolucionar el fregado con el llamado Sistema Embell que es el único sistema de fregado que utiliza siempre agua limpia. Su único objetivo: poder realizar una correcta acción de fregado eliminando definitivamente de la limpieza el fregado con agua sucia.

Sistema de fregado Embell, que de forma profesional permite limpiar el hogar con agua limpia y, por tanto, con mayor calidad de higiene y ahorro de agua. Foto: Sistema Embell.

Fregar con agua limpia

Nos puede parecer que el propio invento de la fregona ya es de por si útil. En realidad se venden 7 millones de cubos de fregar con escurridor cada año en nuestro país sobre un estoc estimado de unos 24 millones. En otras palabras, que hay fregonas y cubos de fregar por todas partes. Algo lógico en una sociedad donde se ha avanzado en criterios de higiene y calidad. Sin embargo, el fregado con un cubo escurridor obliga a periódicamente ir cambiando el agua sucia, a menos que seamos poco escrupulosos y nos dediquemos a esparcir nuevamente la suciedad fregando con agua sucia.

En el ámbito doméstico, una superficie de 50 m2 con un cubo de fregar de 5 litros deberíamos cambiarlo al menos 3 veces. Esto supone un consumo de agua de 15 litros. En detergente o similar (supongamos unos 50 ml por cubo) pues serían 0,150 litros, lo cual quiere decir que en seis veces que fregamos consumimos casi una botella de producto de 1 litro. Finalmente, está el tiempo invertido en el fregado que no es ajeno al vaciar y llenar el cubo de fregado. La cuestión estaba en si era posible inventar un sistema que nos permitiera: obtener la máxima higiene, ahorro de agua, reducción de producto químico y ahorro de tiempo. Y eso es lo que se propuso el sistema de fregado con agua limpia Embell. Un invento 100 % español y que actualmente se está expandiendo más rápido por el mundo que por nuestro país.

En el ámbito industrial y viendo el desastre de fregar con un solo cubo antes del sistema Embell se venía utilizando los dos cubos. Uno para fregar y otro para aclarar. De este modo, aunque se consumiera el doble de agua se conseguía una higiene profesional, especialmente tratándose de hospitales, escuelas, supermercados, etc. El sistema Embell consigue con un solo cubo que pueda fregarse con agua limpia a partir de un sistema de fregado sin aporte de energía externa, únicamente basado en los principios físicos, como energías potenciales, vasos comunicantes y variaciones de presión atmosférica impulsados por accionamientos mecánicos por parte del usuario. Así, de forma sencilla e ingeniosa se consigue que un ahorro de agua de hasta el 45%, pero sobretodo lo que consigue es aumentar la efectividad del trabajo (primero en tiempo, porque reduce el tiempo de trabajo en un 33 % y porque nos permite fregar limpiando también de forma sostenible.

Publicidad muy acertada del Sistema Embell sobre la importancia de fregar con agua limpia. Imagen: Sistema Embell.

Medio Ambiente, higiene y ergonomía
Reducir el consumo de detergentes para el fregado sin duda constituye uno de los aspectos más relevantes del sistema Embell. Ahí los cálculos son claros, como mínimo nos permite reducir un 60 % el vertido de producto químico al alcantarillado. Si tenemos en cuenta que el uso de productos químicos biodegradables y de base vegetal no representa más que el 3 % de los mismos pues esta es una importante contribución. La empresa fabricante calcula que para una limpieza diaria de 100 m2 de suelo se ahorran 25 litros al año de producto químico y que, por tanto, esto reduce el vertido de producto químico a los ríos en un 60-85%.

Sin embargo, queremos señalar que la principal contribución del sistema de fregado con agua limpia de Embell es el ahorro de agua al no tener que estar reemplazando constantemente el agua sucia por agua limpia. Respecto a una fregona convencional la optimización del sistema consigue un ahorro de agua del 30-45 %. Una vez más según cálculos de la empresa, para una limpieza diaria de 100 m2 de suelo, el ahorro en agua anual sería de casi 5.000 litros.

Respecto al fregado convencional el sistema Embell revoluciona el panorama en la calidad de higiene que se obtiene con el fregado con agua limpia. Todos los estudios microbiológicos demuestran unas reducciones espectaculares que han sido cuantificadas por un laboratorio independiente. Los resultados muestran que mientras el sistema Embell consigue eliminar 400 veces más de colonias de enterobacterias y hasta 60 veces más de aerobios mesófilos.

 

El sistema Embell se suministra con ruedas lo que hace muy cómodo el fregado. A la derecha el ingenioso sistema del cubo que nos permite fregar con agua limpia. Foto: Fundación Tierra.

Finalmente, no podemos olvidar los aspectos relativos a la ergonomía. El cubo del sistema Embell va montado sobre ruedas, con lo cual los menos de 10 kg de peso de la versión para uso doméstico del cubo de 7 litros puede ser desplazada por toda la superficie a fregar sin apenas esfuerzo. Además, como sólo tendremos que llenarlo una sola vez, esto nos ahorra esfuerzo físico. Por el hecho de que el cubo va montado sobre ruedas y por el propio diseño del mismo la altura del escurridor está en una posición mejorada respecto al cubo convencional de fregado lo cual hace que la posición de fregado sea más saludable. El sistema de escurrido dispone de una amortiguación que reduce el esfuerzo de la persona que friega. Todo esto junto al hecho antes comentado de no perder tiempo vaciando el cubo de agua sucia en una fregona convencional supone un ahorro de tiempo.

El sistema Embell es versátil y puede utilizarse con cualquier fregona convencional en formato “round” ya sea de algodón, microfibra, tiras, sintética, etc. Y para vaciarlo es super sencillo.

Sensaciones fregando con el sistema Embell
Fregar con agua limpia es una experiencia que se siente al terminar la faena y sobretodo cuando uno hace la prueba que es ponerse a andar descalzo sobre el pavimento y observar que no la piel de la planta del pie sigue limpia. El sistema Embell de 7 litros (el doméstico) es bien sencillo. Basta con inicialmente llenar la cubeta de agua limpia (caben los 7 litros sin problemas para cerrar el tapón). Esta puede ser rellenado dos veces antes de vaciar el cubo (aunque es preferible hacerlo al terminarse la carga de agua limpia con aditivo. Luego ya podemos empezar a fregar lo cual requiere de tres movimientos, como si de bailar un vals se tratara.

Al introducir la fregona en el hueco central tenemos el agua limpia con aditivo. Una vez hemos escurrido con una buena amortiguación cerramos la palanca roja y entra nuevamente agua limpia en el hueco central dejando el sistema preparado para una nueva pasada. Foto: Fundación Tierra.

En el primero introducimos la fregona en el hueco del medio donde al presionar entra el agua limpia con la que podemos iniciar el fregado. Una vez terminado iniciamos el segundo movimiento colocando la fregona en el hueco de escurrir. En este momento al presionar para escurrir la palanca roja se abre y se vacía el hueco central donde había entrado el agua limpia. El tercer movimiento es simplemente con el mango de la fregona presionar nuevamente la palanca roja y de este modo cerramos la apertura del hueco central de forma que cuando introduzcamos nuevamente la fregona esta le entre el agua limpia de fregado y no se pierda. Y en fin, con estos tres movimientos uno consigue un fregado de alta calidad en cuanto a higiene.

El agua sucia de haber mojado la fregona con agua limpia exige que en el momento de escurrir presionemos de modo que la palanca roja se abre y vacía la cubeta. Una vez cerremos nuevamente la palanca roja volveremos a la posición inicial en la que el sistema listo para mojar nuevamente la fregona. Foto: Fundación Tierra.

En definitiva, estamos ante un sistema cuya principal ventaja es la calidad de limpiar con agua limpia y aditivo activo (recomendable, siempre que sea ecológico) que queda patente por que evita la formación de las típicas veladuras y halos en los pavimentos, causados por la utilización de agua sucia con restos de producto químico inactivo que permanecen sobre el pavimento, de modo que la limpieza con agua limpia dura mucho más. Al principio puede parecernos algo engorroso, pero como decíamos es como bailar un vals, basta con practicar los tres movimientos básicos y nos daremos cuenta que limpiar la casa, y no digamos ya un espacio profesional, supone ahorro por todas partes: en agua, en aditivo, en tiempo y en economía.

 

Redacción: Equipo terra.org

 

Modificado
09/02/2017

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