Jordi Gispert - 20/10/2021
La ganadería extensiva e itinerante, sea nómada o estacional, es una práctica sostenible. No porque lo diga ningún certificado, sino porque cumple estrictamente y como pocas otras actividades la definición de un término tan engañosamente utilizado, que en esencia significa la compatibilidad de una tarea productiva con la capacidad de recuperación del entorno natural en el que influye. Y sí, el oficio de pastor ha pervivido sin dejar huella ecológica a lo largo de milenios. La sabiduría ancestral ha permitido no impactar, sino interactuar con el ambiente, imitando el recorrido natural de las manadas de mamíferos herbívoros. Unos animales, como las cabras, las vacas o las ovejas, domesticados por el hombre hace más de 8.000 años, que en las latitudes meridionales europeas de clima variable pero suave, merodeaban los áridos terrenos en invierno para remontar los pastos montañosos y más frescos en verano. De manera parecida a lo que ocurre con el uso del barbecho en la agricultura más tradicional, la trashumancia deja reposar largos períodos, y permite una regeneración completa de la masa herbácea, al consumir lo imprescindible y mantener en pie la base que rebrota y que incluso incrementa superficie y diversidad a cada nuevo ciclo.
La singularidad ibérica
Las vías trashumantes peninsulares, por las cuales el ganado ha circulado desde el fin del paleolítico, reforzaron su importancia institucional ya en el siglo XIII. La "Casa de Ganaders de Saragossa", fundada en 1218 por el rey de Catalunya y Aragón, Jaume I, resultó ser una asociación pionera que podría compararse con lo que actualmente fuera un sindicato agrario. El "Honrado Concejo de la Mesta de los Pastores de Castilla", la siguió posteriormente, con la protección real otorgada por Alfonso X. La importancia económica de la lana vertebró una actividad que entró en declive, a partir del siglo XVIII, como consecuencia del aumento demográfico y del incremento en la demanda de las tierras destinadas al cultivo. La implantación masiva y la financiación mayoritaria de un modelo agrícola y ganadero intensivo en la segunda mitad del Siglo XX, redujeron aún más ese legado milenario.
En 1992 nació la Asociación Concejo de la Mesta, que marcó un punto de inflexión y empezó, con su presión, a revertir la situación. La LEY 3/1995, de 23 de Marzo, de Vías Pecuarias, recoge ese clamor colectivo y promueve, después de muchos años de abandono, la conservación de los caminos trashumantes y la recuperación de la cultura agro-ganadera más tradicional. Los senderos que han de ser objeto de conservación, clasificados según su anchura en Cañadas (hasta 75 metros), Cordeles (hasta 37,5 metros) y Veredas (hasta los 20) son reconocidos por primera vez como Bienes de Dominio Público.
Previamente, en octubre de 1994, y precisamente con la intención de reclamar legislación y políticas decididas para proteger a esta actividad secular, nace en Madrid la fiesta de la Trashumancia, en la que varios rebaños transitan anualmente por las calles de la capital y reivindican todos los oficios artesanos asociados. Fruto de este impulso colectivo ve la luz en el 97 la Asociación Trashumancia y Naturaleza, en apoyo a la ganadería extensiva y a la conservación de ecosistemas y de vías pecuarias. El último peldaño se completa en el 2017, cuando el Consejo de Ministros, por medio del Real Decreto 385/2017, de 8 de abril, restituye el valor simbólico de la trashumancia declarándola Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.
La Trashumancia en cifras
Se calcula que en el mundo actualmente unos 2.000 millones de personas practican algún tipo de trashumancia. Más de la mitad de la superficie terrestre son pastos (herbáceos, arbustivos y arbolados) que sirven de alimentación y de refugio al ganado y a la vida silvestre. En Europa, dos regiones son cabeza e insignia de esas prácticas de largo recorrido: la Península de Escandinavia, con el pastoreo de los renos, y la Península Ibérica.
En este último caso los caminos ganaderos, o “Vías Pecuarias”, ocupan una extensión de 125.000 km y cubren 420.000 hectáreas, lo que supone un 1% del total del territorio geográfico. Un conjunto que se organiza en torno a nueve caminos principales (Cañadas Reales), que discurren en dirección norte-sur y que enlazan multitud de senderos secundarios (cordeles y veredas). Se estima en 500.000 las cabezas de ganado que las cruzan cada año. La variabilidad climática ibérica ha promovido, además, la diversificación de razas autóctonas, más adaptadas y mucho más resistentes. España es en realidad una de las regiones del mundo con mayor diversidad de razas ganaderas. Se pueden contabilizar, a día de hoy, 40 subespecies de vacas, el mismo número de ovejas, 25 de cabras y otras tantas de caballos. En total, y sumando a otros animales, son 155, de las cuales 137 andan en peligro de extinción.
Contribución ecológica y reducción del efecto invernadero
Pero a todo esto, y en los tiempos que corren, la trashumancia no es sólo un oficio antiguo, es una práctica que contribuye ampliamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y a la conservación de los recursos naturales. La pastura nómada, o estacional, no agota las especies vegetales, porque no las arranca de raíz. Más bien aprovecha su parte más superficial y las deja reposar el tiempo suficiente para que rebroten sin problemas. En este consumir y andar kilómetros diarios, las semillas de variadas plantas permanecen en pezuñas, boca y piel del animal, y se desprenden por el viento, por contacto o a través de excrementos o de acciones digestivas de retorno en los rumiantes. Se calcula que en un día, una sola oveja puede ayudar a esparcir 5.000 semillas (ver: “Si quieres leer más”, abajo) y a repartir 3 kg de estiércol, el fertilizante natural más eficaz, a lo largo de su recorrido. Todo eso contribuye a la aparición de una variada microfauna, (bacterias e insectos asociados como los escarabajos, las lombrices o las hormigas) encargada de descomponer materia orgánica, de optimizar el aprovechamiento de nutrientes y de mantener el suelo esponjoso pero robusto, la textura que permite aprovechar al 100% el agua de la lluvia.
Con la acción del ganado itinerante, el suelo es más fértil, dispone de más nutrientes, puede almacenar más humedad, y contiene una variedad de especies vegetales y animales que atrae a aquellos eslabones más altos de la cadena alimentaria, como puedan ser los pájaros, los pequeños herbívoros y hasta los depredadores. La superficie de las plantas (hierbas, arbustos o árboles en función de si son prados, matorrales o dehesas) es mayor, y por lo tanto la capacidad fotosintética, y la absorción de gas carbónico atmosférico, se incrementa.
Los rebaños trashumantes pues esparcen vida, mejoran la calidad del aire, disminuyen la incidencia del calentamiento global y previenen de desastres naturales como los incendios, ya que ingieren asimismo cantidades destacables de materia orgánica y deshechos que actuarían de otro modo como excelentes combustibles. Además, sus fuertes condiciones biológicas, fruto de una larga adaptación, permiten a las vacas, los bueyes, las cabras, las ovejas o los caballos de saciarse únicamente con los vegetales y los frutos naturales. El ganado en extensivo por lo tanto no precisa de la importación de piensos artificiales, asociados muy habitualmente a la deforestación de bosques y de selvas tropicales para cultivar la soja. Unos alimentos que, a parte, recorren largas distancias en su cadena de transporte y contribuyen a ampliar la huella de carbono a un nivel exponencial.
La calidad de la carne y el respeto hacia los animales
La ganadería extensiva itinerante no interrumpe sino que más bien anda al compás de los ritmos biológicos naturales. Esto significa un profundo respeto hacia los animales, que viven una vida plena y en libertad. Las razas autóctonas, con el trabajo genético y adaptativo de los años, gozan de un sistema inmune inmaculado y no precisan por lo tanto de antibióticos, aquellos que contribuyen, en la ganadería intensiva, a la propagación de bacterias multiresistentes. La oveja Xalda, en los Picos de Europa, la Xisqueta, en el Pirineo catalán, o el Asturcón, el pequeño poni que habita desde antiguo territorios montañosos de la cordillera cantábrica, tienen partos sin complicaciones, son completos física y emocionalmente y no padecen el estrés que sí tienen los millones de animales que malviven encerrados en jaulas claustrofóbicas.
Su modo de vida y su alimentación variada y de calidad, incide pues también en la carne o en la leche que al final consume el ser humano. Esta, libre de antibióticos y enfermedades, tierna, sabrosa y bien conservada por la acción del ácido láctico que desaparece en animales estresados al morir, tiene una composición lipídica mucho más beneficiosa para la salud, con un alto contenido en ácidos linoleicos conjugados, y en ácidos grasos poliinsaturados, como es el caso de los famosos y buscados Omega 6 y Omega 3.
¿Como contribuir a promover la trashumancia y sus beneficios?
Reducir el consumo de carne roja, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, no es incompatible con poder comprar de vez en cuando costillas de cabrito, filetes de ternera o embutidos varios. Pero hay que ser consciente que hace falta un cambio de modelo radical si queremos mantener a salvo al planeta y a los animales. En este sentido, hay que fijarse bien por encima de todo si los productos que compramos (carne, queso, leche…) provienen de explotaciones industriales o de ganadería en extensivo. La mayor parte de productos que encontramos en los supermercados tradicionales, a pesar de sellos engañosos que no sirven casi nunca a la sostenibilidad sino únicamente al marketing, obedecen a la rueda del negocio y del no respeto al medio natural. Si queremos contribuir al beneficio de la actividad ganadera itinerante deberíamos buscar una tienda ecológica de confianza y preguntar al propietario por la procedencia.
A continuación facilitamos enlaces a algunos productos provenientes de la trashumancia, a asociaciones que trabajan para fomentarla y a documentos muy valiosos para profundizar en la materia.
PRODUCTOS
- Queso Gamoneu (Asturias): http://www.dopgamoneu.com/
- Associació Obrador Xisqueta (Lana del Pirineo): http://www.xisqueta.cat/es/sostenibilitat/
- Carnicería Robres: http://www.carniceriarobres.com/
- Proyecto Dehesa Lana: https://www.goteo.org/project/laneras
- Quesería La Antigua: https://www.queserialaantigua.com/
ASOCIACIONES
- Casa de Ganaderos de Zaragoza: http://casaganaderos.com/
- Escola de Pastors de Catalunya: https://escoladepastorsdecatalunya.cat/
- Artzain Eskola (Escuela de Pastores del País Vasco): https://www.gomiztegi.eus/?lang=es
- Museu del Pastor (Llessuí): https://www.llessui.com/ca/la-casa-del-pastor-de-llessui/
- Asociación Trashumancia y Naturaleza: https://trashumanciaynaturaleza.org
SI QUIERES LEER MÁS:
Amat-Montesinos, Xavier, Carlos Cortés-Samper, and José Antonio Larrosa Rocamora. "Patrimonio territorial y paisajístico de la trashumancia en España. Retos hacia un turismo sostenible y responsable." (2018). http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/91704
Quintín, T., O. Barrantes, and R. Reiné.Beneficios ambientales de la trashumancia: la raza merina (variedad de los Montes Universales) apuesta por el medio ambiente. No. ART-2018-109177. 2018. https://zaguan.unizar.es/record/76074
SI QUIERES LEER MÁS (en inglés):
Aryal S., Maraseni T., Cockfield G., de Bruyn L.L. (2018) Transhumance, Livestock Mobility and Mutual Benefits Between Crop and Livestock Production. In: Lichtfouse E. (eds) Sustainable Agriculture Reviews 31. Sustainable Agriculture Reviews, vol 31. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-94232-2_2
Fernández-Giménez, María E., and John Ritten. "An economic analysis of transhumance in the Central Spanish Pyrenees." Pastoralism 10 (2020): 1-13. https://link.springer.com/content/pdf/10.1186/s13570-020-00163-4.pdf
García-Fernández, Alfredo, Pablo Manzano, Javier Seoane, Francisco M. Azcárate, Jose M. Iriondo, and Begoña Peco. "Herbivore corridors sustain genetic footprint in plant populations: a case for Spanish drove roads." PeerJ 7 (2019): e7311. https://peerj.com/articles/7311/?fbclid=IwAR0dMVUNqtzViVLwyA20cv6BbAPjkTtkJgmA4hAuhOYddKYcXpc6fNR37n0
Manzano, P., A. García-Fernández, J. Seoane, F. M. Azcárate, J. M. Iriondo, and B. Peco. "Livestock Corridors Working as Pollinator Refuges and Dispersal Hotspots: Lessons from Spain." (2021). https://uknowledge.uky.edu/igc/24/1/23/
DOCUMENTOS:
- Libro Blanco de la Trashumancia: http://www.redruralnacional.es/documents/10182/30117/Libro+blanco+de+la+trashumancia/235b1efe-dd8d-4b86-835a-f2d300eb03cc
- REAL DECRETO 385/2017, de 8 de abril:https://www.boe.es/boe/dias/2017/04/11/pdfs/BOE-A-2017-4009.pdf
- LEY 3/1995, de 23 de Marzo, de Vías Pecuarias:https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1995-7241
- Decálogo de la Trashumancia: https://trashumanciaynaturaleza.org/decalogo-de-la-trashumancia-del-siglo-xxi
- 2026, Año Internacional de los Pastos y el Pastoreo: http://www.ganaderiaextensiva.org/50orgiyrp/
IMAGEN
XX fiesta de la trashumancia, Madrid. El rebaño compuesto por 2000 ovejas transitando por la calle Mayor. This work is licensed under the Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License. Autor: Barcex https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Madrid_-_XX_fiesta_de_la_trashumancia_-_131006_105228.jpg