|
|
En el año 2003 la huella ecológica a nivel planetario era de 2,2 hectáreas por persona
|
|
|
|
El
consumo de agua por persona se ha doblado entre 1960 y el 2000 lo cual
significa que la media por persona no ha aumentado. Sin embargo, la
agricultura consume un 70 % de las reservas de agua dulce disponibles
|
|
|
|
El incremento de población constituye un problema de primera magnitud que el indicador de la huella ecológica pone en evidencia
|
|
|
|
Octubre, 2006. En la edición de 2006 de su Living Planet Report
(Informe Planeta Vivo) de periodicidad bianual que WWF/Adena
presentó en Beijing, China, se hace patente que los ecosistemas del
mundo están siendo degradados a una velocidad sin precedentes en la
historia humana. Mientras que los recursos y servicios ecológicos han
disminuido un 30% entre 1970 y 2003, el consumo de esos bienes y
servicios por parte de la humanidad supera actualmente en un 25% la
capacidad que tiene el planeta de renovarlos cada año. Por su parte, en
los últimos 31 años, los españoles aumentaron un 97% su presión sobre
los medios naturales.
El informe "Planeta Vivo 2006" de WWF/Adena (que contiene un
resumen del estado del mundo natural) afirma que, proyectando las
tendencias actuales, para el año 2050 la humanidad estará usando dos
veces el valor de los recursos naturales del planeta, en caso de que
estos recursos siguieran existiendo. También confirma la tendencia de
pérdida de la biodiversidad, mencionada en los anteriores informes "
Planeta Vivo".
De hecho, los recursos ya se están reduciendo drásticamente. El informe
bianual demuestra que las poblaciones de especies de vertebrados han
disminuido aproximadamente en un tercio durante los 33 años que van de
1970 a 2003. Al mismo tiempo, la huella ecológica de la humanidad
(la demanda de la humanidad sobre la naturaleza) ha aumentado a
tal punto, que la Tierra es incapaz de mantener la regeneración.
Sólo en España los signos de destrucción de la naturaleza son visibles
no sólo en los paisajes como el litoral mediterráneo sino también en
especies sensibles como el lince, el águila real o el oso. Estamos
consumiendo mucho más de lo que podemos pero sobretodo estamos
robándole los recursos del planeta a nuestros descendientes. Para ello
es imprescindible iniciar un cambio de rumbo en nuestro estilo de vida.
Una vida más simple, menos dependiente de los bienes de consumo de usar
y tirar y más conscientes de que almacenar enseres y coleccionar de
todo o fabricar barato, de mala calidad y sin eficiencia
energética. No existe el cambio que mejore los estándares de vida
y reduzca nuestro impacto sobre el mundo natural sin renunciar a muchos
de los privilegios que gozamos los ciudadanos del Primer Mundo.
El Informe "Planeta Vivo" 2006 desarrolla dos indicadores. El primero,
el Índice Planeta Vivo, mide la biodiversidad basado en tendencias de
más de 3.600 poblaciones de 1.300 especies de vertebrados de todo
el mundo. En total, fueron analizados los datos de 695 especies
terrestres, 344 especies de agua dulce, y 274 especies marinas. Las
especies terrestres disminuyeron en 31%, las especies de agua dulce en
28% y las especies marinas en 27%. En conjunto, el Índice del estado
del planeta disminuyó un 30%.
El segundo índice, la Huella Ecológica, mide el impacto de la demanda
de la humanidad sobre la biosfera. Entre 1970 y 2003 la huella
ecológica de la humanidad se ha triplicado. El Informe demuestra que
nuestra huella excedió la biocapacidad en 25% en 2003, mientras que en
el informe anterior (basado en datos del año 2001), esta cifra era del
21%. La huella del dióxido de carbono, por el uso de combustibles
fósiles, fue el componente de crecimiento más rápido de la huella
mundial, ya que aumentó en más de nueve veces de 1961 a 2003.
Los países que poseen la huella más grande en hectáreas por persona
son: los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Finlandia, Canadá,
Kuwait, Australia, Estonia, Suecia, Nueva Zelanda y Noruega. China se
ubica a la mitad de los rangos mundiales, con el número 69, pero su
creciente economía y rápido desarrollo juegan un papel clave en el
mundo y en su camino hacia la sostenibilidad. España se sitúa en el
puesto número 15.
El caso de nuestro país no resulta alentador. Entre 1975 y 2003
nuestros ecosistemas han perdido un 4% de su capacidad ecológica.
Simultáneamente, durante los últimos 31 años la presión que ejercemos
sobre esos sistemas (nuestro consumo) creció un 97%. Actualmente,
consumimos un 211,7% más de lo que nuestra naturaleza puede producir y
asimilar (en forma de residuos). Esto quiere decir que necesitaríamos
más de dos países más como el que tenemos (además del nuestro) para
satisfacer nuestro consumo. Los números demuestran de modo indiscutible
nuestra escandalosa insostenibilidad. Para WWF/Adena, resulta claro que
es imposible continuar así y que tenemos un deber con nuestros
descendientes, a los que estamos defraudando. Pero aún estamos a tiempo
y el Informe demuestra que podría lograrse la sostenibilidad antes de
que termine el siglo.
|