Los contaminantes atmosféricos: las partículas en suspensión (PM)

La contaminación atmosférica es una epidemia invisible que causa: 3500 muertes  prematuras sólo en el Área Metropolitana de Barcelona, diversos tipos de cáncer, infartos, asma, alergias y enfermedades neurológicas (*). Muchas metrópolis españolas superan los valores indicados por la Organización Mundial de la Salud e incumple la normativa europea sobre calidad del aire que respiramos. La principal fuente de contaminación en las ciudades es el tráfico motorizado de vehículos y le sigue la fuerte actividad industrial y el tráfico marítimo y aéreo. Sólo el 23% de los desplazamientos diarios en la ciudad de Barcelona se realizan en coche y, en cambio, el vehículo privado ocupa más de la mitad del espacio público.

(*) "Los beneficios para la salud pública de la reducción de la contaminación atmosférica en el Area Metropolitana de Bbarcelona" de N Künzli, L Pérez. Edita CREAL 2007.

Imagen de la espesa capa de contaminación en Barcelona concentrada por los efectos de un fenómeno de inversión térmica tomada el 10 de diciembre de 2009.

El coche devora nuestra salud
Los vehículos privados son responsables de casi el 80% del total de emisiones de óxidos de nitrógeno imputable al tráfico y del 60% de las emisiones de partículas. El automóvil es responsable del 83% de las emisiones de CO2 procedentes del transporte, responsables del cambio climático. Esta proporción aumenta en las zonas urbanas. Las desastrosas políticas actuales de transporte y urbanismo fomentan el uso del coche, promueven la construcción de más y más carreteras y conllevan una gran ocupación de espacio público, y también graves dificultades para el transporte público.

Al respirar inhalamos los gases, vapores y partículas que hay en el aire. La composición de las partículas en suspensión que inhalamos, conocidas por sus siglas en inglés PM -particulated matter-, puede ser una mezcla muy variada. Por ello se clasifican según su medida y según cómo se comportan al respirarlas, más que según su contenido. Hay partículas de diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 µm (PM10) que suelen llegar más allá de la garganta. Las que tienen un diámetro igual o inferior a 2,5 µm (PM2,5) pueden llegar hasta los pulmones. Finalmente las partículas ultrafinas, con un diámetro igual o inferior a 0,1 µm, que pueden pasar de los alveolos pulmonares a la sangre.

Algunas ciudades han optado por el transporte público no contaminante para contribuir a mejorar la calidad del aire que respiramos. Trolebús en Limoges (Francia). Foto: Fundación Tierra.

De dónde proceden las partículas en suspensión que respiramos

En zonas urbanas la fuente principal de PM es el tráfico. Se generan sobretodo por la combustión en los motores, pero también por el roce de las ruedas con el pavimento. Los humos de los motores diesel están formados en gran parte por partículas finas y ultrafinas de hidrocarburos, debidas a una combustión incompleta. Por esto, el uso creciente del diesel preocupa desde el punto de vista ambiental.

También hay partículas de origen natural (aerosoles marinos, erosión, intrusión de polvo africano) o por otras actividades humanas (obras públicas y construcción, minería, fabricación de cerámicas o cemento...). La suspensión y resuspensión de las partículas en el aire que respiramos es más marcada en episodios de sequía. Por esto se detectan niveles más elevados de partículas en años con pocos días de lluvia.


La preocupación por las partículas en suspensión

Las partículas en suspensión presentes en el aire causan efectos negativos sobre la salud. Esto se ha demostrado tanto con partículas finas como con las gruesas. Afectan especialmente al aparato respiratorio y al sistema cardiovascular. Se ha demostrado que la exposición a largo plazo a partículas en concentraciones relativamente bajas, habituales en el medio urbano, puede afectar a los pulmones tanto de niños como de adultos. Estadísticamente la exposición a estas concentraciones se ha asociado a una disminución de unos meses en la media de esperanza de vida de la población.

Contaminación del aire por el transporte marítimo en la ciudad de Barcelona. Foto: Fundación Tierra.

El tamaño de las partículas define su peligrosidad, por su distinta capacidad de penetración en el cuerpo humano. Otras características físicas, químicas y biológicas pueden influir en la aparición de efectos negativos para la salud. Hay colectivos más propensos a tener problemas de salud como consecuencia de las partículas presentes en el aire, especialmente la gente mayor, los niños, las personas con enfermedades cardíacas y pulmonares, y los asmáticos.

Las partículas ultrafinas son capaces de causar más problemas que las partículas más grandes y pueden comportar riesgo de morir por enfermedad isquémica del corazón o arritmia letal, al dejar pasar fácilmente estas partículas del aire inspirado hasta la sangre. También se apunta que el aumento en la concentración de PM2,5 incrementa la frecuencia cardíaca y causa un mayor riesgo de arritmia.


¿Cómo están reguladas?

El Real Decreto 102/2011 relativo a la mejora de la calidad del aire y que traspone una directiva europea establece los valores límite y objetivo de protección de la salud para las partículas PM10 i PM2,5.

PM10
Valores límite vigentes a partir de 2005:

- Valor límite diario (VLd): 50 µg/m3
- Superación del valor límite diario: no se podrá superar más de 35 ocasiones por año [percentil 90,4 igual o inferior a 50 µg/m3]
- Valor límite media anual (VLa): 40 µg/m3

PM2,5
Valor objetivo vigente a partir de 2010:

- Valor objetivo anual: 25 µg/m3

Valor límite vigente a partir de 2015:

- Valor límite media anual (VLa): 25 µg/m3
- Margen de tolerancia del valor límite anual (MdTa): 1 µg/m3 el 2013 y 2014

Valor límite vigente a partir de 2020:
- Valor límite media anual (VLa): 20 µg/m3

Grosor óptico del aerosol global. La escala del aerosol indica la cantidad relativa de partículas que absorben la radiación solar. Modis Terra aerosol de profundidad óptica a 550 nm media de enero 2007 a diciembre 2011. Fuente: NASA.

 

Las partículas reducen la radiación terrestre

Además, el interés por las partículas atmosféricas también es debida al hecho que afectan al balance de la radiación terrestre. Los aerosoles atmosféricos influyen en el clima de la tierra, cambiando la cantidad de entrada de radiación solar y la radiación de onda larga terrestre saliente retenido en el sistema de la tierra.

Esto ocurre a través de distintos mecanismos: algunos de los efectos directos de las partículas (ya sean sólidas o líquidas, -aerosoles) consisten en cualquier interacción directa de la radiación con el aerosol atmosférico, ya sean por absorción o dispersión. Otros efectos, -secundarios o indirectos-, consisten en la modificación de las nubes de aerosoles atmosféricos.

Los efectos climáticos de los aerosoles son la mayor fuente de incertidumbre en las predicciones futuras del clima. En su Tercer Informe, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, señaló: Si bien los cambios de radiación debidos a gases de efecto invernadero pueden determinarse con un grado razonablemente alto de precisión... las incertidumbres relativas a los cambios de radiación debidos a los aerosoles siguen siendo grandes, y dependen en gran medida de las estimaciones de los estudios de modelos mundiales que son difíciles de verificar en el momento actual.

¿Quién es responsable?
Todos somos necesarios para cambiar la situación. Pero los principales responsables son las administraciones autonómicas y locales, que están obligadas por ley a implementar planes de reducción de la contaminación. La inacción actual ha derivado en la apertura de procedimientos de infracción por parte de la Comisión Europea pero la calidad del aire, sigue siendo mala. Existen algunas organizaciones ciudadanas que alertan sobre la problemática. En Barcelona, señalamos la Plataforma per la Qualitat de l'Aire.

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Artículos relacionados:

- Niveles preocupantes de contaminantes en colegios

- La calidad del aire en las ciudades

 

Extraído de Los contaminantes atmosféricos y la salud: las partículas en suspensión (PM), una publicación de la Agència de Salut Pública de Barcelona del 13/11/2012. Más información de la evolución de las emisiones de PM actualizada en este indicador (marzo 2012) de la European Environmental Agency.

Modificado
10/03/2017

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