La contaminación del aire de las ciudades al límite
La calidad del aire en las ciudades está degradándose por momentos lo atestigua los informes oficiales. El Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España cifra el número de personas que mueren prematuramente a causa de la contaminación del aire en 16.000 una cifra que representa al rededor del 5 % de las 370.000 muertes al año que por esta causa se dan en la zona europea. Ya de forma más concreta en España, resulta curioso que los muertos en accidentes de tráfico en carretera registrados en España el 2009 fueron 1.897, o sea un 13 por ciento menos que en 2008 y la primera vez, desde 1964, que se cierra un año con menos de 2.000 fallecidos. Pues bien, los muertos por la contaminación del aire son ocho veces más.
El arbolado en las ciudades, los carriles bicicleta y la pacificación del tráfico, elementos esenciales para reducir el impacto de la contaminación atmosférica de las ciudades.
El tráfico probablemente constituye más del 50 % de estas muertes ya que por un lado en España contaminan en la misma proporción los gases generados por el tráfico (32,5 por ciento) que los generados por las plantas industriales o productoras de energía (32,4 por ciento y de las que las centrales térmicas representan el 21,2 por ciento). Si además tenemos en cuenta que la mayor parte de la población vive dentro de los cascos urbanos donde se concentran los gases contaminantes del tráfico rodado está claro que el efecto de las mismas es para tomar decisiones gubernamentales urgentes. En realidad, los muertos por contaminación superan a las cifras dadas oficialmente por el impacto del tabaco con 50.000 fallecimientos al año. O sea que el tráfico rodado es un tercio sobre el tabaquismo activo y el doble de la segunda el abuso del alcohol, con 8.500 víctimas mortales. Esto reclama pues que se tomen medidas drásticas legales para reducir el tráfico rodado en las ciudades.
Los transportes públicos no contaminantes deben ser también el principal apoyo para una política de máxima limitación del tráfico rodado urbano.
Actualmente, la UE reconoce que el límite máximo de contaminación en las ciudades sea de 40 ppm por metro cúbico de aire. Los expertos señalan la necesidad de tomar medidas más radiales para evitar los 3.500 muertos que se calcula provienen de la mala calidad del aire.Sólo en caso del área metropolitana de Barcelona el 45% de sus habitantes viven a menos de 50 metros de una vía con más de 10.000 vehículos diarios, lo que incrementa su riesgo de tener problemas respiratorios cardíacos y sufrir arteriosclerosis.Y es que en Barcelona, el tráfico es el principal contribuyente a la contaminación atmosférica, con cerca del 50% del total, seguido por la industria, con un 30%, y otras actividades como las obras. Además la densidad de tráfico rodado en Barcelona (5.100 vehículos por kilómetro cuadrado) duplica las de Madrid (2.200) y cuadriplica las de Londres (1.500).
De la contaminación atmosférica de las ciudades sólo tenemos datos evidentes en medidas precisas más allá de que seamos conscientes de su peligrosidad.
La bicicleta como freno a la contaminación atmosférica urbana
Si alguna posibilidad realista para reducir el tráfico motorizado en las ciudades está en el fomento de la bicicleta. Incrementar la utilización de la bicicleta pasa por la pacificación del tráfico (algo que va implícito en el momento que se limita el mismo en los cascos urbanos), por incrementar las infraestructuras específicas para la bicicleta (carriles bicicleta y aparcamientos), pero esencialmente en reducir el impacto de los robos de bicicletas. Pero también es necesario que se dignifique la bicicleta como herramienta de transporte.
Hay la idea en nuestro país que una bicicleta para la circulación urbana debe ser barata, por que seguro que en algún momento la robarán y porque para los pocos kilómetros que uno hace con ella no es necesario ningún elemento de calidad. Este concepto contrasta con la visión sobre la actividad deportiva tanto en el ciclismo de carretera como la especialidad del mountain bike por citar las que cuentan con un mayor número de aficionados y donde la percepción de la importancia de la calidad en componentes y la propia bicicleta en general es muy alta.
España fue hace décadas una país pionero en la construcción de bicicletas de calidad con diseño propio. Tandem histórico diseñado y fabricado por bicicletas Otero.
Resulta que un usuario cotidiano de la bicicleta como sistema de transporte urbano puede que a la semana haga más kilómetros que los que haría un fin de semana con una bicicleta deportiva. Lo cierto es que el biciclista urbano dispone de tecnologías saludables y de calidad con diseños y especificaciones adaptadas a facilitar la rodadura urbana.
Sin embargo, en España son pocos los comercios que han apostado por hacer de la bicicleta urbana su principal producto de venta. Además, tanto las bicicletas de calidad urbana como la mayor parte de sus complementos se fabrican fuera de nuestras fronteras y los mayoristas de los productos para la bicicleta no siempre atienden la especificidad del ciclismo urbano en sus catálogos.
Calidad y tecnología para la bicicleta urbana
La bicicleta urbana sólo puede triunfar si esta va acompañada de un selección que distinga la calidad de un determinado producto. Los componentes que para la bicicleta deportiva pueden ser muy útiles no tienen sentido en la rodadura sobre el asfalto y viceversa. Esto hace que aunque aparentemente una bicicleta sea un vehículo simple se convierte en una máquina profesional adaptada al mejor uso para el usuario. Dignificar la bicicleta urbana es una asignatura pendiente en nuestro país. Actualmente, hay algunas tiendas especializadas en bicicleta urbana, pero son la excepción en algunas ciudades: en Barcelona, Granada, Madrid, Madrid-Cantoblanco, Pamplona, Sevilla, Zaragoza.
Cambio interno de ocho velocidades, una tecnología de alta calidad para la bicicleta urbana.
La bicicleta es la mejor opción que tenemos para la movilidad sostenible en las ciudades. La bicicleta es y ha sido un herramienta que ha inspirado a los poetas, con algunas obras emotivas y otras que son el presagio de algo que ahora se hace más necesario que nunca que cada bicicleta sea una auto menos. Sólo podremos ganar la batalla mortal a la contaminación con la bicicleta. Los vehículos eléctricos pueden ser una ayuda importante, pero incluso en la redistribución de mercancías la bicicleta es bien útil. Una forma pues diferente de ver la problemática de la contaminación de las ciudades pasa por qué los gobiernos municipales aprueben mociones y ordenanzas con peajes y un incremento de la fiscalidad para la circulación de vehículos privados durante los días laborales para fomentar las políticas de movilidad en bicicleta.
Oda a la bicicleta
Mientras, nos queda seguir impulsando la bicicleta como sistema de transporte arropados por el mensaje entusiasta que el gran poeta Pablo Neruda dejó bien reflejada en su Oda a la bicicleta (1956) que reproducimos a continuación
Cartel con la Oda a la bicicleta conservado en ciclos Otero.
Iba
por el camino
crepitante:
el sol se desgranaba
como maíz ardiendo
y era
la tierra
calurosa
un infinito círculo
con cielo arriba
azul, deshabitado.
Oda a la bicicleta
Pasaron
junto a mí
las bicicletas,
los únicos
insectos
de aquel
minuto
seco del verano,
sigilosas,
veloces,
transparentes:
me parecieron
sólo
movimientos del aire.
Obreros y muchachas
a las fábricas
iban
entregando
los ojos
al verano,
las cabezas al cielo,
sentados
en los
élitros
de las vertiginosas
bicicletas
que silbaban
cruzando
puentes, rosales, zarza
y mediodía.
Pensé en la tarde cuando los muchachos
se laven,
canten, coman, levanten
una copa
de vino
en honor
del amor
y de la vida,
y a la puerta
esperando
la bicicleta
inmóvil
porque
sólo
de movimiento fue su alma
y allí caída
no es
insecto transparente
que recorre
el verano,
sino
esqueleto
frío
que sólo
recupera
un cuerpo errante
con la urgencia
y la luz,
es decir,
con
la
resurrección
de cada día.
Reportaje elaborado por la Redacción de Terra.org. Fotografías: Fundación Tierra.