¿Qué coste económico y social tiene el tráfico de vehículos?
Juanjo, Arganda del Rey
 
Según un estudio de la universidad alemana de Kalsruhe en colaboración con la consultora suiza Infras AG en el año 2000 entre los quince países miembros de la Unión Europea más Suiza y Noruega, este pone en evidencia que los costes ocultos del transporte por carretera tales como la siniestralidad, el ruido, la contaminación atmosférica y las consecuencias para el clima suponen entre un 5,4 % y un 7,3% del Producto Interior Bruto (PIB) en función del escenario de referencia para el cambio climático que tomemos. Los accidentes de tráfico y los gases de efecto invernadero suponen el 77 % de estas pérdidas, mientras que la de la aviación es del 14 % y la del ferrocarril un 1,9 %. En resumen, el coste social del transporte se lleva más de medio billón de euros y el 7 % del PIB.

En España, el precio de la congestión del tráfico en grandes ciudades y vías interurbanas se dispara el 91 % y se calcula que en España supone un coste de 3.880 millones de euros en pérdidas de combustible, tiempo, desgaste, trastornos psíquicos, etc. La factura externa del transporte representa 58,162 millones de euros y en un 42 % se debe a la circulación de camiones y camionetas y un 36,1 al vehículo privado. Esta cifra portentosa equivale al 9,56 % de la riqueza creada en todo el Estado y es una de las más altas entre los 17 países analizados (sólo superada por Grecia y Portugal). Esta elevada factura se debe a la falta de una red ferroviaria preparada para el transporte de mercancías. Curiosamente, el sector del transporte aporta tan sólo un 4,5 % del PIB español con lo cual se deduce que nuestra sociedad subvenciona el déficit. En otras palabras, subvencionamos la ineficiencia y los efectos negativos de una movilidad insostenible. La movilidad impulsada por el bajo coste de los combustibles fósiles es una gran depredadora de recursos naturales y su uso debería reducirse si queremos disfrutar de mayor calidad de vida.