Por George Monbiot. Publicado en el periódico británico Guardian.
Sesión de apertura de la COP15 en Copenhagen. Fuente: SustainUS
21 de diciembre de 2009. - La última vez que las negociaciones globales se derrumbaron como esta vez fue en Doha en 2001. Después de que se rompieran las negociaciones comerciales, la Organización Mundial del Comercio (OMC) aseguró a los delegados que no había nada que temer: se trasladarían a México, donde se llegaría a un acuerdo. Las negociaciones se establecieron en la arena del centro turístico mexicano de Cancún, nunca se reflotaron. Después de ocho años de titubeos, no se ha acordado nada.
Cuando las negociaciones del clima en Copenhagen terminaron en fracaso la semana pasada, Yvo de Boer, el hombre a cargo del proceso, nos emplazó a no preocuparnos: todo se resolverá “en México de aquí a un año. ” (1) Es México el equivalente diplomático de esa área oceánica donde se acumulan todas las basuras en el Pacífico: ¿el lugar adonde las negociaciones fracasadas van a morir?
De Boer puede fingir que esto es solo un fallo temporal, pero él sabe qué sucede cuando las negociaciones pierden ímpetu. Hace un año le pregunté qué era lo que más temía. Esto es lo que dijo: “El peor panorama para mí es que el clima se convierta en una segunda OMC. … Copenhagen, para mí, tiene un plazo límite muy claro donde pienso que necesitamos encontrarnos, y tengo miedo que si nosotros no lo hacemos, después el proceso comenzará a escabullírsenos, y como en las negociaciones comerciales, quedarán por resolver un plazo después de otro, y nos convertiremos en la pequeña orquesta del Titánic. ” (2)
Podemos vivir sin un nuevo acuerdo comercial; no podemos vivir sin un nuevo acuerdo del clima. Uno de los fallos de la gente que ha intentado movilizar el soporte para un acuerdo del clima es que hemos hecho el tema demasiado complicado. Y aquí va el resumen más simple que puedo escribir de por qué importa este tema.
Lo que representa el colapso de las negociaciones climáticas
Los seres humanos pueden vivir en un espectro más amplio de condiciones ambientales que casi cualquier otra especie. Pero el clima de los últimos miles de años ha sido asombrosamente amable con nosotros. Nos ha permitido dispersarnos en casi todas las regiones del mundo y crecer en las circunstancias ecológicas favorables que ha creado. Disfrutamos actualmente de las condiciones óptimas para dar soporte a siete mil millones de personas.
Un hombre en las manifestaciones durante el COP15 en Copenhagen argumentando que el derecho a emitir CO2 no debería ser considerado un bien. Fuente: EPO
Un cambio en la temperatura global reduce el rango de lugares que pueden sostener vida humana. Durante la edad de hielo pasada, los seres humanos fueron confinados a las latitudes bajas. La diferencia en la temperatura global media desde entonces es de cuatro grados centígrado. El calentamiento del planeta tendrá el efecto opuesto, empujando a la gente a latitudes más altas, principalmente a medida que los abastecimientos de agua disminuyen.
La producción alimentaria en las latitudes altas debe incrementarse tan rápidamente como disminuye en las otras partes, pero esto es poco probable que suceda. Según el organismo que resume los resultados de la ciencia climática, el Panel Intergubernamental en Cambio de Clima (IPCC - Intergovernmental Panel on Climate Change), el potencial para la producción alimentaria global “es muy probable que disminuya sobre cerca de 3C” (3). El panel utiliza la frase “muy probable” para significar una probabilidad por encima del 90% (4). A menos que un fuerte tratado del clima se cierre muy pronto, el resultado probable es una subida de tres o más grados antes de fin de siglo.
Incluso en las latitudes más altas el área de tierra habitable disminuirá a medida que suba el nivel del mar
La subida probable en este siglo, -probablemente menos de un metro-, está amenazando solamente a algunas poblaciones, pero al proceso no se detendrá en el 2100. Durante el período interglacial anterior, hace aproximadamente 125.000 años, la temperatura global media era de cerca de 1,3 grados más alta que la actual, debido a cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Un nuevo artículo en la revista científica Nature demuestra que el nivel del mar durante ese período era entre 6,6 y 9,4 metros más alto que el de hoy (5). Cuando aumentó la temperatura, la expansión del agua de mar y la fusión de los casquetes glaciares en Groenlandia y Antártida fue imparable. Me pregunto si el gobierno de Dinamarca, cuya atroz gestión de la conferencia ha contribuido a su fracaso, habría intentado hacerlo mejor si su gente supiera que en unos centenares de años ya no tendrán país.
A medida que la gente sea desplazada de sus hogares debido a la sequía y al incremento del nivel del mar, a la vez que la producción alimentaria disminuye, el planeta no podrá soportar la población actual. Es poco probable que el declive en número de la población humana sea suave o indolora: a medida que aumente gradualmente la temperatura global media, los acontecimientos asociados a ella llegarán a rachas: sequías repentinas y tormentas a oleadas.
Ésta es la razón por la cual los países menos desarrollados, que serán los más duramente golpeados, hicieron las demandas más fuertes en Copenhagen. Ciento dos naciones pobres reclamaron por que la subida de temperatura global máxima se limitará no a dos grados sino a 1,5. El principal negociador para el bloque G77 se quejó de que se le pedía a África “firmar un pacto de suicidio, un pacto de incineración, para mantener la dominación económica de algunos países” (6).
La razón directa del fracaso de las negociaciones se puede resumir en dos palabras: Barack Obama
El hombre elegido para dejar a un lado las tonterías infantiles, demostró ser tan susceptible al interés propio inmediato como cualquier otro político. Al igual que hizo George Bush en su enfoque de la guerra de Iraq, Obama fue por la espalda de la O.N.U y de la mayor parte de sus Estados miembros, y montó una coalición de serviciales para adoptar un acuerdo que ultrajó el resto del mundo. Esto fue lo que se presentó a las naciones más pobres sin negociación alguna; o lo firmaban o perdían los fondos de la adaptación necesarios para ayudarles a sobrevivir durante las primeras décadas del colapso del clima.
Reunión bilateral entre el presidente de Estados Unidos Barack Obama y el primer ministro Wen Jiabao en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Copenhagen. Fuente: The White House
Los gobiernos británico y americano han culpado al gobierno chino por el fracaso de las negociaciones. Es verdad que el gobierno chino ha trabajado duramente para encallarlas, pero Obama también situa Pekín en una posición imposible. Exigió concesiones mientras no ofrecía nada. Él debía saber de la importancia de no desprestigiar en política china: su diplomacia unilateral equivalía a una demanda de auto-humillación. Mi conjetura es que esto era una maniobra calculada garantizada para generar intransigencia, con lo cual se podría culpar a China por el resultado que él quería.
¿Por qué Obama haría esto? Sólo hace falta ver el suspiro de alivio en los círculos demócratas para obtener una respuesta. Empujar un fuerte programa del clima en el Senado estadounidense, muchos de cuyos miembros son enteramente propiedad subsidiaria de la industria energética, habría sido la batalla política de su vida. Con todo, otra vez, la ausencia de una reforma eficaz de la financiación de las campañas políticas en los E.E.U.U. hace el progreso global casi imposible.
Un grupo se manifiesta durante el COP15 para protestar que los antiguso países colonialistas son los que emiten más CO2. Fuente: EPO
¿Y qué sucederá ahora?
Eso depende del otro no-actor en Copenhagen: tú. Durante los últimos años la gente buena, liberal y compasiva - la clase de gente que lee el Guardian a diario - ha sacudido sus cabezas y ha chasqueado la lengua, y se ha preguntado por qué alguien no hace algo. Pero el número de personas que tomaba medidas ha sido patético. Las manifestaciones que deberían haber sacado a millones a las calles, han luchado para movilizar sólo a unos miles. Como consecuencia, el coste político del fracaso en Copenhagen es cero.
¿No está esta música al gusto del señor o la señora? Quizás usted quisiera que nuestra pequeña orquesta tocara algo más alto, para ahogar ese ruido chirriante horrible.
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Referencias:
1. Yvo de Boer, 19 de diciembre de 2009. http://unfccc.int/2860.php
2. De la trascripción de la entrevista en video para el Guardian, serie “Monbiot Meets”. Se puede visualizar editada aquí (en inglés): http://www.guardian.co.uk/environment/video/2008/dec/08/monbiot-yvo-de-boer-climate
3. IPCC, 2007. Assessing key vulnerabilities and the risk from climate change (Determinación de las vulnerabilidades dominantes y del riesgo del cambio de clima) Tabla 19.1. http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar4/wg2/ar4-wg2-chapter19.pdf
4. http://www.ipcc.ch/pdf/supporting-material/uncertainty-guidance-note.pdf
5. Roberto E. Kopp y otros, 17 de diciembre de 2009. Probabilistic assessment of sea level during the last interglacial stage (Evaluación de probabilidad del nivel del mar durante la etapa interglacial pasada) Nature vol. 462, pp863-868. doi: 10.1038/nature08686
6. http://www.guardian.co.uk/environment/2009/dec/20/copenhagen-obama-brown-climate