EI pensamiento ecologista es aquél que, por doquier, en el ámbito de la vida, comprueba que todo se relaciona con todo. Esta forma de aproximarnos a la realidad nos acarrea inevitablemente complicaciones, y cualquier análisis detallado que se intente hacer tendría dimensiones descomunales.
Existe una estrecha conexión entre el crecimiento vegetal y el modo en que el ser humano enfoca la vida. La corriente genética de cada especie vegetal se podría ver análoga a lo que la persona tiene de eterna e inmutable. Otra cosa es la forma de la planta, cómo se ha desarrollado ese ejemplar que tenemos delante, cómo ha incorporado, procedente del ambiente, la materia y la energía. Análogamente, la persona sale al encuentro del mundo, lo siente, lo percibe y construye con su propia forma en función de su cambiante relación con el ambiente; elabora esta “materia” y la moldea, reforma el mundo que percibe en torno suyo, aspirando a superar lo mudable, lo temporal, a reducir los fenómenos, las leyes; a apartar lo accidental para que se ponga de manifiesto lo eterno, la esencia, el origen, la personalidad absoluta de las personas, portadoras de leyes eternas.
En la planta distinguimos dos impulsos: el vertical y el horizontal. En el ser humano observamos el apremio a erguirse en el mundo como entidad autónoma, y por otro lado a entregarse al mundo y elaborarlo hasta convertirlo en posesión propia.
Nuestra horizontalidad: cuánto más multipliquemos la receptividad, cuántos más planos diferentes ofrezcamos a la impresión de los fenómenos, tanta mayor cantidad del mundo aprehenderemos y germinará en nuestro seno.
Nuestra verticalidad: cuánto más fuerte y honda sea nuestra personalidad, cuánto más libre se haga nuestra razón, tanto más mundo comprehenderemos, tanta más cantidad de formas crearemos fuera de nosotros mismos.
Con ambas cualidades reunidas -la riqueza de existencia y la independencia y la libertad- lejos de perdernos en el mundo asumiremos en nosotros mismos al mundo entero, con su infinidad de fenómenos diferentes y lo subordinaremos a la unidad de nuestra razón.
Esas cosas nos las señala el mundo vegetal ¿Qué ocurre en la esfera del movimiento, en la cuarta dimensión? En las plantas está fijada: sus sucesivos crecimientos se han consolidado como una serie de fotografías. En las plantas, las leyes evolutivas salen a nuestro encuentro en forma de poderosos ritmos, de manifestaciones melodías. Ahí topamos con la Armonía de las Esferas de que se hablaba en la Antigüedad.
Hay métodos para avanzar sin desfiguraciones por las regiones de ese nivel superior inmediato al de la realidad espacial, que es el nivel de las formas. Son métodos emparentados como los que se aplican en el ámbito del arte: el continuo vaivén y la constante comparación de las diferentes partes entre si. De este modo podremos llegar a la visión integral.
Observar las plantas nos servirá para distinguir las diferentes formas que se dan en el reino humano, en cuya vida interior todo fluye y se entrecruza, y a primera vista carece de forma precisa. No es difícil concluir que ambos reinos se ven sometidos a las mismas influencias ambientales, por lejos de donde vengan, por cósmicas que sean.
Conclusión
En la naturaleza todo se sostiene por si mismo y se conjuga en armoniosa unidad, pero el ser humano tiene que conquistar el nivel que le es propio, y en colaboración con sus semejantes configurar una totalidad que abarque todo, en la que las fuerzas divergentes se compensen unas a otras para que no entren en conflicto. Fuerzas, tipos, actitudes. Cualquier persona deseosa de colaborar encontrará su lugar para desarrollar mejor sus facultades.
Sobre el autor del artículo
Artículo elaborado por el fallecido Álvaro Altés Domínguez, biólogo y divulgador ambiental el cual nos legó una nutrida obra y sobretodo nos hizo llegar ideas de vanguardia en nuestro país sobre agricultura ecológica, energías renovables y pensamiento ecológico. Hemos rescatado de nuestros archivos un artículo publicado por Álvaro Altés que quería ser una síntesis de la obra Metamorfosis. Claves para la comprensión del desarrollo vegetal y de la vida humana de Frits H. Julius publicada en lengua castellana por la Sociedad Antroposófica fundada por Rudolf Steiner.
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Artículo preparado por la redacción de terra.org. Fotos: Fundación Tierra.