Todavía somos felices

La revista Adbusters, el órgano de comunicación de uno de los movimientos sociales más críticos y comprometidos, llega al número 100. La Fundació Tierra, ha querido sumarse a esta efeméride traduciendo y publicando uno de sus artículos más inspirados: ¿Are we happy yet?

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Adbusters: 100 números de activismo ecosocial.


La insurrección espiritual


Nos levantamos una mañana con la lúgubre comprensión que la humanidad está siendo arrastrada hacia el agujero negro de la catástrofe ecológica, financiera y espiritual... Que nuestra democracia ha sido capturada por la corporatocracia... Que cada día doscientas especies de plantas, insectos, pájaros y mamíferos se extinguen para siempre... Que un diluvio de anuncios está adormeciendo nuestra civilización hasta el borde de la demencia.... Y que si no contraatacamos de la forma más visceral y creativa posible, todo estará perdido.

Y, sin embargo, lo que distingue nuestra lucha en 2012 es que no estamos luchando para salvar un futuro lejano. No estamos tratando de evitar algún acontecimiento terrible que aún está por llegar. Esto no trata de intentar proteger el futuro de nuestros nietos que aún están por nacer. Al contrario, muchos de nosotros sentimos que el umbral se ha cruzado, el punto de inflexión ya ha sucedido y que por lo que estamos luchando es por nuestro presente. Estamos viviendo en ese momento trágico de quietud inquietante, donde el daño fatal ya ha sido hecho, se ven grietas cada vez mayores, y sin embargo, el edificio sigue en pie y los negocios continúan como hasta ahora... Pero ¿por cuánto tiempo?

Nuestros días pueden quedar ensombrecidos por esta oscura comprensión, pero hay razones para ser profundamente optimista porque "donde está el peligro, crece el poder salvador también". Nunca antes la tentadora posibilidad de una Primavera Global, una insurgencia popular y mundial por la democracia, pareció tan cerca. Quizá por primera vez en la historia de la humanidad, podríamos estar al borde de una revolución global y conjunta en contra de los defraudadores financieros, lacayos corporativos y contra la ideología del consumismo, que ha llevado a la Tierra hacia el precipicio del colapso.

En este número 100, la revista Adbusters, quiere ponerse bajo tu piel. Quiere trazar los contornos del activismo final y descubrir qué se necesita para eliminar de raiz el último atasco cultural: la insurrección espiritual.

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Nunca antes la tentadora posibilidad de una Primavera Global, la insurgencia popular y mundial por la democracia, pareció tan cerca. Imagen de una página del número 100 de la revista Adbusters. Fuente: Adbusters

Somos insurgentes

Somos insurgentes porque nos hemos levantado de ningún sitio y estamos en todas partes. Porque las ideas pueden ser ignoradas, pero no suprimidas, y una insurrección de la imaginación es irresistible. Porque dondesea que caemos, nos levantamos una y otra vez y otra, sabiendo que nada está perdido para la historia, que nada es final. Porque la historia no se mueve en líneas rectas, sino que fluye como el agua, a veces arremolinándose, a veces goteando, fluyendo, inundando, siempre irreconocible, inesperada, incierta. Porque la clave de la insurgencia es la improvisación brillante y no los anteproyectos perfectos.

Somos rebeldes porque amamos la vida y la felicidad más que la "revolución". Porque ninguna revolución es nunca completa y las rebeliones continúan para siempre. Porque desmantelaremos la máquina fantasmal de la abstracción por vías que son indistinguibles de punta a punta. Porque no queremos cambiar "el" mundo sino "nuestro" mundo. Porque siempre vamos a desertar y desobedecer a aquellos que abusan y acumulan poder. Porque los rebeldes lo transforman todo, su forma de vivir, crear, amar, comer, reír, jugar, aprender, intercambiar, escuchar, pensar y por encima de todo, la forma en que se rebelan.

Somos un ejército porque vivimos en un planeta en guerra permanente, una guerra del dinero contra la vida, de beneficios contra la dignidad, del progreso contra el futuro. Porque una guerra que se atiborra de muerte y sangre y excreta dinero y toxinas, se merece un obsceno cuerpo de soldados pervertidos. Porque solo un ejército puede declarar la guerra absurda a la guerra absurda. Porque el combate requiere solidaridad, disciplina y compromiso. Porque los payasos solos son figuras patéticas, pero en grupos y en manadas, brigadas y batallones, son extremadamente peligrosos. Nosotros somos un ejército porque estamos enfadados y donde las bombas fallan nosotros triunfaremos con risas burlonas. Y las risas necesitan un eco.

Somos aproximados y ambivalentes, en el más poderoso de todos los sitios, el sitio entre el orden y el caos.

El apocalipsis ya ha sucedido, pero el juego final está justo empezando. Imagen de un artículo del número 100 de Adbusters. Foto: Karen Eliot (Adbusters.org).

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El horizonte 2100 puede ser de poblaciones hiperurbanizadas, aturdidas, sin espacios salvajes, ni apenas biodiversidad.

La última generación

¿Cómo será el mundo en 2100? La meteorología catastrófica actual, las extinciones de especies y las zonas muertas de los océanos nos dicen que nuestro planeta está estresado y que si continuamos haciendo negocios como de costumbre, entonces las especies más grandes (de tamaño de un zorro y superior), aparte de las especies criadas por los humanos, estarán extinguidas o sólo en zoos para el horizonte 2100.

El mundo será un sitio uniforme de punta a punta, y los espacios verdaderamente salvajes no existirán, excepto por los desiertos. Las pandemias severas serán frecuentes y, como consecuencia de la pérdida de biodiversidad, los humanos dependerán precariamente de unas mínimas especies remanentes para sostener su vasta población. Poblaciones aturdidas e híperurbanizadas, con crecientes experiencias de entretenimiento virtual, verán la muerte de las últimas especies salvajes con no más preocupación que cuando sus antepasados observaban la pérdida de una paloma callejera.

Éste no tiene por qué ser nuestro futuro. ¿Pero quién lo va a parar? ¿Quién provocará la chispa del despertar que puede salvar el planeta? ¿Quién pondrá en marcha los meta-memes (*) que retornen a nuestro destino ecológico de vuelta al engranaje? Nosotros podemos ser la última generación con la oportunidad de hacerlo.

 

Traducción de artículos del número 100 de la revista Adbusters titulada "Are We Happy Yet?"
Parcialmente adaptado de Clandestine Insurgent Rebel Clown Army Manifesto.

Texto, traducción e imágenes publicadas con el permiso expreso de Adbusters Media Foundation.

(*) Segun una teoría análoga a la evolución Darwiniana, los memes, análogos a los genes, se consideran una “unidad de cultura” que está alojada en la mente de uno o más individuos.

Modificado
09/02/2017

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