La crisis iniciada después de 2007 está conllevando un coste social muy notable, tanto en términos de desempleo, como de deterioro de los servicios públicos básicos que tienen una relación directa con el bienestar social. Así de claros son Óscar Carpintero y José Bellver en el análisis que hacen para el capítulo especial de la versión española del informe La situación del mundo 2013. Reconocen que el declive de la actividad económica está suponiendo también una modificación en la composición de los recursos naturales utilizados por la economía española, a saber: el desplome en la utilización de los principales materiales no renovables (productos de cantera), y el incremento paralelo del peso de la energía y materiales de origen renovable. Este «avance» hacia la renovabilidad en el contexto de la crisis se ve, además, acompañado en el lado de los residuos, por una reducción de las emisiones de GEI en España derivada de la caída de la actividad económica. Tendencias «paradójicas» que, sin embargo, pueden abrir un camino y una oportunidad para la reflexión sosegada sobre el cambio de modelo.
Las 900.000 viviendas iniciadas en el momento álgido del reciente boom inmobiliario, que superó la suma de las iniciadas en Alemania y Francia, no sólo ha supuesto una burbuja financiera que nos ha estallado en la cara, sinó también ha comportado graves destrozos paisajísticos y ha degradado ampliamente los ecosistemas hídricos, particularmente en el litoral, como consecuencia del modelo turístico-inmobiliario español.
Esta insostenibilidad interior se suma a una insostenibilidad exterior, en el sentido de que en términos de uso de recursos y de sumideros, la economía española se ha ido haciendo cada vez más dependiente del resto del mundo:
- “Por cada tonelada que sale de nuestro país en forma de exportaciones han entrado como importaciones casi tres toneladas más”.
- “Sólo para absorber nuestras emisiones de CO2 necesitaríamos una superficie forestal equivalente a tres países como el nuestro”.
Por todo ello, Carpintero y Bellver señalan que “no es viable extender al conjunto mundial el comportamiento económico-ecológico de un país como España, pues obviamente no todos los países pueden ser a la vez deficitarios en términos físicos, territoriales y financieros”.
¿Puede la crisis actual ser una oportunidad para la sostenibilidad de la economía española?
Carpintero y Bellver subrayan las principales vulnerabilidades sobre las que cabría incidir de manera más incisiva: desempleo rampante, dependencia exterior (manufacturera, energética y financiera), fragilidad del sector público, bienestar deficiente y una muy discutible priorización de lo militar en los gastos públicos en I+D.
Esta crisis multidimensional requiere, según los autores, una actuación en diversas dimensiones y escalas. No obstante, consideran que la crisis económica puede constituir una oportunidad para lograr la sostenibilidad ambiental en la medida en que el necesario cambio de modelo productivo y redistributivo podría contribuir a atajar muchos de los problemas señalados al mismo tiempo.
Algunas ideas para la transición hacia un escenario más sostenible y justo
Insisten Carpintero y Bellver que, si a partir de cierto nivel, el aumento del consumo de bienes y servicios no mejora necesariamente el bienestar de la población, no parece sensato incrementar indiscriminadamente la producción de estos bienes y servicios. De poco sirve, por tanto, empecinarse en una estrategia económica que, en los países ricos (y en concreto en España), proporciona tan magros y contradictorios resultados sociales y ambientales.
La literatura sobre las deficiencias del PIB per cápita como indicador de bienestar es tan apabullante que sorprende el empecinamiento de seguir apelando acríticamente a su crecimiento como el mejor indicador de mejora del bienestar de la población. ¿Significa lo anterior, entonces, que debemos echar por la borda el PIB y los Sistemas de Cuentas Nacionales? No, necesariamente. Lo que plantean los autores del apéndice español es evitar que una unidad de medida de la actividad, el PIB, se convierta en un objetivo indiscutible de política económica.
Los dos economistas españoles proponen una serie de principios de sostenibilidad sobre los que apoyarse para orientar las acciones que logren el cambio de modelo: renovabilidad energética; cierre de ciclos materiales; suficiencia, redistribución y autocontención con regulación democrática; y principio de precaución.
Sin limitarse a estos principios, los autores enumeran una batería de estrategias que abarcan desde el marco institucional general, hasta elementos sectoriales para acometer una reconversión económico-ecológica de la economía española. Las primeras estrategias se centran entorno a la planificación económica y sus objetivos relacionados con la huella ecológica y los requerimientos de materiales, políticas de incentivos y penalizaciones para una reconversión ecológica de la producción, política de tiempos de trabajo, y sistemas de información estadística acorde a las nuevas prioridades.
Propuestas en diversos ámbitos para lograr la sostenibilidad de la economía española
- Ordenación del territorio, en base a las características de suelo, clima y recursos disponibles.
- Reconvertir el sector de la construcción: desincentivando y penalizando la oferta de nuevas viviendas e infraestructuras y, en cambio, gestionando adecuadamente el patrimonio inmobiliario ya existente, con prácticas de modelos más exitosos que el español.
- Políticas integradas de gestión de agua y energía: orientadas por la gestión de la demanda y la reducción del consumo, además de, en el caso energético, profundizar en la sustitución de los combustibles fósiles y la energía nuclear por las energías renovables (solar y eólica).
- Políticas coherentes de gestión de residuos: priorizando la prevención, reducción y reutilización, en vez del reciclaje y la incineración (que son la cuarta y quinta peor opción). También habría que evitar que, “por nuestro sistema de gestión y recogida, vayan al vertedero millones de toneladas de materia orgánica, en vez de ir a nuestros depauperados suelos y servir de medio de producción básico de la agricultura ecológica”.
Portada del libro La situación del mundo 2013 que incluye un apéndice sobre la insostenibilidad de la economía española.
- Transición hacia una agricultura y una ganadería ecológicas: cambiando radicalmente de signo el sesgo las políticas de subvenciones y ayudas públicas del sector.
- Reconversión industrial: generalizando los principios básicos de la industria limpia (minimización de contaminación), trabajando en varios ámbitos sobre los que España se encuentra a la zaga. Por ejemplo: generalizar las estrategias de prevención y ahorro, generalizar el diseño de productos teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de los mismos; fomentar la construcción de eco-parques industriales donde se establezcan sinergias entre los residuos generados por una empresa que pueden ser aprovechados como recursos por otra, etc.
- Fomento de empleos en economía sostenible y economía social: estimulando aquellos sectores que ayuden a crear un tejido productivo sostenible y con alta generación de empleo, además de principios distintos a las lógicas dominantes en lo que se refiere a las entidades integradoras de la economía social y solidaria.
- Propuestas relativas al sistema financiero y fiscal: como instrumentos esenciales para la financiación de esta reconversión económico-ecológica, para que sea efectiva y ganar en equidad e igualdad social.
Los autores del annexo a La situación del mundo 2013 advierten de que lo técnicamente posible no es suficiente, sino que necesita el respaldo social y el marco institucional o las reglas de juego que lo faciliten e incentiven desde el poder político. Algo que, a su juicio, no resulta fácil en un contexto como el español donde muchas de estas propuestas “suponen quebrar los elementos de continuidad del poder económico en España... que son aquéllos, precisamente, que han ayudado a explicar la evolución económico-ambiental española en las últimas décadas”.
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Artículo elaborado a partir de la síntesis del libro La situación del mundo 2013 realizada por el equipo de FUHEM Ecosocial.