Un presidente austero

Vive en un país cuya superficie es de 176.215 km² (un tercio de la de España). No vive en una colonia exclusiva de una urbanización de lujo, vive en una casa de campo a las afueras de la ciudad. Cultiva crisantemos con su esposa. El 90 por ciento de su sueldo está destinado a los programas que amplían la vivienda para los pobres y apoyar a las pequeñas empresas. Su nombre es José Mujica y él es el presidente de Uruguay. La suya es una decisión consciente, un modo de dar ejemplo y de vivir en aproximadamente con lo equivalente al salario medio nacional. Es una persona con convicciones: "No me siento mal por vivir de este modo. Los pobres son los que sólo trabajan para tratar de mantener un estilo de vida caro, y siempre quieren más y más”.

Foto del actual presidente de Uruguay, José Mujica para el período 2010 - 2015.

Mujica ha criticado abiertamente el modelo actual que impera en el mundo basado en crecimiento ilimitado y un estilo de vida basado en el consumo.  Argumenta que la hiper-consumo es la principal amenaza que se cierne sobre nuestro planeta, y que el crecimiento no tiene por qué lograrse con el consumo, porque crecer y progresar no son sinónimos. El estilo de vida algo ascético de Mujica seguramente tiene sus raíces en el hecho que pasó 14 años en prisión, la mayoría de los cuales lo fue en el más absoluto confinamiento solitario. Luchó con el movimiento de liberación de los Tupamaros, un grupo guerrillero activo en los años 1960 y 70, y fue capturado en 1972.

Desde su elección como presidente de Uruguay en 2009, Mujica ha rechazado la parafernalia que por lo general van con el cargo de Presidente y ha continuado residiendo en su domicilio en una modesta casa junto a su esposa y conduce un viejo Volkswagen. Vendió una residencia presidencial veraniega junto al mar para financiar un programa de educación agrícola para los jóvenes. También ha promovido políticas sociales liberales, como firmar un proyecto de ley que despenaliza el aborto durante el primer trimestre de embarazo (en un continente dominado por una férrea cultura católica). Uruguay está allanando el camino para los derechos de las mujeres. Mujica también ha argumentado la necesidad de legalización de la marihuana, en detrimento de su popularidad electoral.

parque eólico uruguay, siera de los caracoles

Parque eólico de la Sierra de los Caracoles en Uruguay inagurado en mayo 2009.

Uruguay también está apostando activamente por las fuentes de energía renovable. La inversión en energía eólica, en particular, está en expansión y hay planes para 21 nuevos parques eólicos que abastecerán el 30 por ciento del suministro de la electricidad del país. En un intento de ofrecer la generación de energía a bajo coste, Mujica planea  que para el 2015 la mitad de la generación energética del país provenga de fuentes renovables. También pretende impulsar la sustitución de los calentadores eléctricos por paneles solares térmicos y exige que los parques eólicos que compitan en las licitaciones tengan un 40 por ciento de componente de desarrollo nacional, tanto tecnológico como de capital humano.

Más allá de una agenda liberal social y las políticas progresistas en el campo de la energía, Mujica también ha impulsado que en esta pequeña nación la prosperidad económica no de la espalda a unas tasas de crecimiento positivo, aunque moderado. Gran parte de este crecimiento se da gracias a un gasto público mayor ya que argumenta que es el modo más sostenible. En este sentido, pone como ejemplo la inversión  para disponer de un eficaz sistema de transporte público en lugar de incentivar la compra de coches nuevos.

No todo son bonadades. El actual crecimiento económico de Uruguay puede ser girarse en contra de la filosofía personal de Mujica de impulsar la austeridad, y queda por ver si la filosofía que brilla en las canas de este hombre será capaz de triunfar sobre la cultura de consumo global apoyada por miles de millones de dólares en publicidad. Sea cual sea la evolución de Uruguay no hay duda que del período Mújica se recordará un estilo de vida diferente de su presidente: "Si renunciamos a las posesiones, entonces nos liberamos de trabajar toda nuestra vida como un esclavo para mantenerlas, y por lo tanto las personas tienen más tiempo para si mismas." Su perspectiva sin duda permite poner en el horizonte de los sueños por una cambio socioecológico un destello de sensatez.

 

Artículo elaborado por el equipo de terra.org | Fundación Tierra. Fotos: archivo presidencia de Uruguay.

Modificado
09/02/2017

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