Con los leves toques de nostalgia que me han aparecido estos días, que más bien
son de recuerdo de lo lejano y también de lo perdido y vivido, me voy
rápido a mirar la parte que me toca de ecologista narrador. Lo hecho
este año de calendario que ya se acaba, puedes verlo en el calendario anual,
por diversas razones no está todo pero está mucho de lo que he
realizado, escrito con sinceridad y ánimo de eso, de animar a
compañeros de especie a hacer con sus vidas todo lo que la creatividad
y el tesón dejen, para la compleja y emocionante labor de participar
en el rediseño del mundo deseado por sostenible y solidario entre
nosotros y de nosotros hacia todas las demás especies. Pues eso,
como hacen los periódicos con lo más destacado desde sus anuarios, yo
lo hago desde este espacio, como si fuese un viaje rápido de enlaces
por los recuerdos más latentes.
La bicicleta, mi apreciada máquina verde A punto
de hacer dos años de convivencia intensa, la relación de tecnopareja la
llevamos muy bien, más de 3000 kilómetros juntos es un buen tramo. La
he mimado y puesto guapa continuamente, eso sí, belleza naturalizada,
lavado cuando tocaba y engrase prudente. Sobre todo he estado atento a
otras bicis de mi entorno, y me he sorprendido de cómo las plegables han invadido la ciudad por la que más pedaleo. Y fuera, sobre las Vias Verdes, me he visto más de tres documentales de esas sendas para el gozo humano a pedales.
Acercándome a la tierra En un proyecto de vida
sostenible rural y activa, Mas Lluerna, he pasado muchos ratos de mi
vida durante este año acabado, he aprendido cosas sobre los ciclos
naturales de la vida, he conocido más árboles, más plantas y más
especies animales, he participado en la construcción de un habitáculo
que se está realizando con la mínima huella ecológica posible y he
aprendido sobre la práctica que todo lo material tiene un valor que va
más allá de lo imaginado. He viajado en un coche con motor diesel pero
desconectado de los jeques petroleros, funciona con aceite vegetal
local 100%. No hace mucho visité el Centro de Biodiversidad Agraria en Manresa,
tengo la necesidad de acercarme a los frutos de la tierra, no solo para
disfrutarlos, sino para participar en su protección. Ah, no me he
olvidado de celebrar los cambios de estaciones del año.
Reduciendo mi huella ecológica Poner mi contribución en el proyecto Llum de Sol,
una construcción con balas de paja, madera, tierra del lugar y lo justo
de tecnología me ha ayudado a entender como con las manos en la masa,
lo que sueñas puedes convertirlo en realidad, sobre todos esos que
consumen lo mínimo de recursos para obtener satisfacciones básicas. Ha
sido transformador participar durante agosto en el taller de
bioconstrucción y convivencia en vida simple y luego seguir haciéndolo
durante el resto del año hasta estos días, no solo he aprendido a
construir estructuras, también y mucho a reforzar la amistad entre
compañeros de especie. Con mi viejo coche, ahora compartido y al que
siempre digo que le quedan otros 15 años por lo menos, he realizado más
de 4000 km, y en todos ellos me he atenido a los consejos para una
conducción más eficiente energéticamente, correr menos y manejar la
máquina con acierto me ha servido para ahorrar algunos cientos de
litros de combustible. Y también he realizado gestos para descarbonizándome, es decir, para reducción mi dependencia del petroleo y sus emisones de CO2.
Sí, siempre por las renovables, hasta la victoria Ahorro
y eficiencia en el uso de la energía es lo más cercano que he tenido
para la acción responsable. He participado en decisiones de compra de
electrodomésticos, por supuesto de la máxima eficiencia, he cambiado
más de 10 lámparas incandescentes por elegantes de bajo consumo. Soy
usuario de Leds, desde una nueva luz frontal hasta alguna acción de la
Guerrilla Eficiente en la que he tenido el gusto de participar, como la
de hacer yogurt solar. No me perdí por nada la asistencia al Encuentro Solar de Granada, donde en poco tiempo pude aprender tanto. Y me he leído con devoción el último informe de Greenpeace, Renovables 2050.
No he parado de animar algunas inversiones en colectores solares para
agua caliente y he seguido cocinando con el sol todo lo que he podido,
además he estado muy atento al acontecer de la revolución solar más cercana. En la Guerrilla Eficiente Ser
miembro activo del comando Sol me ha aportado una riqueza inusitada, la
de valorar lo que la creatividad, el humor y la acción directa pueden
hacer para que cualquiera de nosotros podamos ser actores de una obra
valiosa. Imaginación al poder y en acción siempre que puedas. La cisterna consciente, la iluminación con LEDS y lámparas eficientes, la colocación de economizadores de agua y energía han estado y seguirán estando en la lista de prioridades de los guerrilleros eficientes. El Tour No Oil Me encontré con Jim Merkel en varias ocasiones, e incluso pedaleé algunos kilómetros de esos días de alta intensidad en la Simplicidad radical,
su libro, que lo he citado quizás 20 veces, está conmigo de cabecera,
sus tablas las voy aplicando poco a poco, y de sus consejos hecho mano
con asiduidad. Un gran tipo que me enseño que no hacen falta
servilletas de papel cuando comes fuera, porque son parte de árbol
transformado que puedes evitar. Aquí puedes conocer más sobre esa ruta con poco petróleo y mucho respeto por lo vivo.
De
lo que me apunto a hacer para el 2006, ¡venga que tu seguro que también
tienes lo tuyo apuntao!, lo dejo en unos días colocado aquí, iré
retornando para colocarle la X de objetivo cumplido o no, aunque he
planificado con mesura. Tener objetivos, mejor que sean simples y
accesibles y alguno de los soñados, es la mejor terapia para ni por
asomo tener amagos de caer en la desesperanza.
Me complace
compartir contigo mis cómplices aventuras de un ecologista de a pie
todo lo activo que puedo ser. Enamórate o sigue enamorado tu también,
aunque suene infantil, de la historia más bella entre los humanos y la
tierra que habitan, la ECOLOGÍA con mayúsculas.
Oye, si las uvas y el champán proceden de la agricultura ecológica,
chapó, pero si no ha podido ser, chapó también, pero no te olvides
el próximo sostenible 2006. |