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Un programa para ser disfrutado en familia.
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Bombillas encendidas dentro de un microondas.
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Una súbita expulsión espumosa de una reacción química con detergente, yoduro de plata y agua oxigenada.
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El taller de formar nubes dentro de botellas y otras historias relacionadas con la atmósfera.
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Mientras un domingo de calor veraniego ha lanzado a miles de humanos a la playa yo me he dirigido al Eurosicence Open Forum (ESOF 2008),
que es algo así como un gran taller de ciencia tanto en debates
científicos como también en actividades para entender la cotidianidad
desde la capacidad de investigación, observación y comprensión de lo
que nos rodea. La idea de este fórum de ciencia europeo ha tenido en
Barcelona su tercera edición y, aunque mayoritariamente todos las
sesiones científicas eran en inglés, donde uno podía gozar a lo grande
era en el programa de las llamadas “Free Activities for the whole family”.
Entre todas las sesiones científicas me ha interesado una dedicada a la Smart Energy Home,
que ha presentado las tecnologías disponibles en el hogar para reducir
el consumo energético de forma inteligente y saludable. Nuevos
materiales aislantes en techos y paredes permiten reducir un 50 % de la
energía reflejando o absorbiendo la radiación infrarroja. Así, desde
ventanas electrocrómicas inteligentes que son capaces de medir la
radiación que reciben y reflejarla, a paneles de leds que pueden
iluminar la casa con menos energía que las tecnologías convencionales,
hasta paredes pintadas con pinturas fotovoltaicas que generan
electricidad con la luz que reciben. En fin, un mundo que suena de
entrada alucinante pero que la ciencia tiene ya en disponibilidad: sólo
falta que nos interesemos en ello, desde los gobiernos a los
consumidores. Con una casita convertida en hucha como gadget, una de
las empresas presentes nos ha recordado que podemos ahorrar.
Aunque en lo del ahorro sí que llevo mis semanitas bien conscientes después que me decidiera a participar en el programa Mide y reduce tu consumo eléctrico.
Con mi display energético he descubierto que, a pesar de tener bien
cerrada una televisión TFT, ésta todavía gastaba 7 w o que la
lavadora (¡todavía alucino con el descubrimiento!) también tiene un
standby que jamás hubiera imaginado. Y todo gracias a este cacharrillo
que mide los vatios que uno se chupa, tan sólo dándole a un pulsador.
Así que la experiencia de ahorro energético cazando vatios con el
display energético me ha servido para que desde ya no se me fuguen más
vatios ladrones.
Saliendo de esta sesión de innovación para un
futuro mejor me he dirigido al plató de experimentación para toda la
familia. Lo primero que me ha atraído ha sido una experimentación con
pompas de jabón, donde la tensión superficial de la solución jabonosa
permitía crear diferentes figuras geométricas con planos que se
superponen, bandas de Euler, ángulos de 120 º perfectos y otros efectos
que artistas como Pep Bou
convierten en espectáculo de burbujas, mientras aquí era todo más
cercano. La clave para jugar con las pompas lo ha desvelado el
experimentador: agua y detergente (tipo Fairy) a partes iguales y una
pequeña proporción de glicerina. Por cierto, Pep Bou, para hacer sus
burbujas alucinantes, usa detergente americano que lleva muchos más
tensioactivos, que en Europa está prohibido por ser demasiado
contaminante. O sea que aquí, en Europa, esto de la legislación
ambiental al menos es algo más estricta.
Pero si entre las burbujas casi salgo volando, donde he quedado ennubilado ha sido con un monitor de la Asociación Catalana de Observadores Meteorológicos, que nos ha deleitado con una serie de experimentos sencillos creando
depresiones y sobrepresiones para que comprendiéramos el funcionamiento
de la atmósfera. Nos ha literalmente creado nubes dentro de una botella
y ha desvelado por qué soplando sobre una pelotita situada dentro de un
embudo, ésta no se cae. Al final, uno se da cuenta de que estos fenómenos
cotidianos tienen una explicación que con sencillos experimentos se
comprende a la perfección.
De camino a otra presentación me he
topado con unos estudiantes de la Universidad de Girona que se lo
estaban pasando en grande con sus demostraciones experimentales. El
remate final de su show ha sido mezclar algo de detergente con ioduro
de plata que, al añadirle peróxido de oxígeno (agua oxigenada), empezaba
a sacar espuma a raudales, creando una curiosa escultura efímera de
burbujitas minúsculas.
Y
aunque el plató del ESOF 2008 tenía algo así como 70 demostraciones, se
me ha antojado airearme con una de tipo artístico, la performance de
danza “Más allá del mundo”, en la que representaban el mundo de los
quarks, intercambiando sus identidades y buscando su propio enigma,
porque, como afirmó Einstein, “la imaginación es mucho más importante
que el conocimiento. La lógica te lleva de A a B. La imaginación te
lleva por doquier”. Así que si Platón solía decir que el conocimiento
es acto, danzar es un acto de creación y, cual enigma, su propia
característica es la huida hacia la nada. En otras palabras, la
mencionada representación estaba organizada alrededor de un protón
agigantado a escala humana, donde el público -gracias a las tres
artistas simulando ser quarks- transmitía la fuerza de estas partículas
y de una coloreada cadena de gluones. En fin, todo un universo
científico convertido en danza.
Tras mi jornadilla
científica, he decido terminar con el taller de Ciencia en la Cocina a
cargo de Daniel Jiménez Albiac, de TV3, que nos ha guiado por una
experimentación con diferentes cacharros y productos de la cocina. Por
ejemplo, nos ha demostrado que se puede correr sin hundirse sobre una
mezcla de harina de maiz y agua (dentro de un cubo con 25 kg de harina
de maiz y 20 litros de agua), por la capacidad de absorción de agua de
la harina. Pero cuando a todos nos han salido chispas de los ojos ha
sido en el momento en que ha metido varias bombillas incandescentes
dentro de un microondas y nos ha demostrado que el generador de ondas
de este aparato omnipresente (que fue descubierto por azar mientras se
investigaba con el radar militar) permite encender el tungsteno de los
filamentos e iluminarlas. No voy a revelar aquí el por qué, para que el
lector se interese por el fenómeno. Pero debo decir que, con estas
bombillas encendidas sin electricidad que las alimente, me ha lanzado
eufórico a la calle y de vuelta a casa con mi bicicleta equipada con un
sistema de pedaleo Rotor, que es otro ingenio tecnológico que permite
reducir el esfuerzo bicicletero. Y es que el mundo podría ser mejor si
dedicáramos nuestro ingenio para un futuro colectivo mejor. Pero,
inevitablemente, para ello debemos reducir nuestras ansias consumistas.
En cualquier caso, este fórum europeo de la ciencia, que viajará a
Turín en el 2010, constituye una iniciativa de gran valor didáctico que
merece el esfuerzo que han hecho los organizadores para convertir, por
unos días, Barcelona en la capital europea de la ciencia familiar.
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