Cuentas de un ecologista

Se inicia un nuevo año y se termina otro. Un año más pues pongo públicamente un breve análisis de mi vida de “consumidor” durante el ejercicio pasado del 2012. Esta contabilidad ambiental anual que os comparto me permite ser más consciente de la huella que uno deja en este Ser Vivo que nos acoge: la Tierra.

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El nuevo acumulador termosifónico que me da el agua caliente sanitaria con el sol.

Para recordar, vivo en un barrio humilde de la ciudad, aunque mi hogar es un edificio de nueva construcción del 2002. Este adolece de todos los defectos del boom constructivo: falta de aislamiento térmico y acústico, tuberías de agua sin aislar, calidades mínimas, etc. Sin embargo, conseguí que todos las lámparas empotrables fueran de bajo consumo y ahora algunas de Leds. En la terraza dispongo de un equipo solar termosifónico para el agua caliente sanitaria que me aporta un 70 % de la energía para este menester con origen renovable. El acumulador instalado en el 2002 a principios de verano del 2012 lo he tenido que cambiar por uno nuevo. La reparación me costó cerca de 1.600 euros, pero es una inversión que aprecio con valor, no sólo por el ahorro energético sino por la satisfacción de ducharme con el calor solar la mayor parte del año.

 

Desde mediados de julio comparto el piso con otra persona, esto hace que la contabilidad energética y de consumos no sea comparable con la del año pasado, pero en cualquier caso, sigue siendo de alta eficiencia. La electricidad la suministra 100 % renovable Gesternova. En total durante los 366 días de 2012 he consumido 966 kWh. Eso supone una media de consumo de 2,64 kWh por día.

El consumo de agua el año 2011 fue de 35,61 litros por día, pero claro estaba sólo un solo habitante. Ahora que somos dos ha subido a 22 metros cúbicos. Eso dividido por dos personas y ponderando una mitad con una y la otra con dos, este consumo total de agua equivale a unos 45 litros/día las dos personas. La contabilidad será más sencilla el año que viene.

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El uso diario de la bicicleta reduce las emisiones de CO2.

Toda mi movilidad diaria para ir al trabajo se realiza con mi citybike Fetama con la que he recorrido 2.470 km. Por haberlos recorrido a pedales en lugar de por ejemplo transporte público he ahorrado unas 22,5 kg de CO2. Los kilómetros pedaleados por ocio sumaron 296 km repartidos en la bici plegable y de cicloturismo. En total mi pedaleo anual ha sido de 2.766 km (el año pasado realicé más excursiones en bici) entre vías urbanas y rurales.


Para traslados de trastos y otros menesteres en los que no es posible con la bici en el ámbito urbano utilicé el carsharing en nueve ocasiones recorriendo 1232 km con dos vehículos de la flota que emiten 106 g de CO2 lo que supone 130 kg de CO2. En esta ocasión se han incrementado pues he realizado algunas salidas de fin de semana con vehículo pues íbamos dos personas.

 

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Una bella imagen aérea de Montserrat, de mi último vuelo en avioneta.

En el ámbito del ocio debo destacar dos realidades: la primera que mis vacaciones fueron en tren y recorrí unos 3.500 km, esto supone 31 kg de CO2. Por razones de trabajo he tomado el avión en una ocasión recorriendo unos 1.800 km, lo que supone 295 kg de CO2. La segunda que después de más de 25 años en posesión de la licencia aeronáutica de piloto privado (adaptada a las normas JAR-FLC), esta se extinguirá, pues no la renovaré. Para despedirla, el día 15 de diciembre 2012 realicé el último vuelo, de 45 minutos, en una avioneta. El destino fue sobrevolar el impresionante macizo de Montserrat. Llevaba casi diez años sin volar, pero mantenía la licencia en vigor con un vuelo cada dos años de una hora con instructor.

 

En el ámbito de los cacharrillos personales el acontecer más destacable es que mi teléfono móvil Nokia 6111 adquirido en el 2006 y que me acompañaba lo cedí a una persona que lo necesitaba (pues lo tenía liberalizado). En realidad, reconozco que fue la ocasión perfecta para para adquirir un modelo nuevo, eso sí, similar, el Nokia C2-05. Espero que este nuevo aparato dure otro lustro mínimo (de momento me resisto numantinamente a caer en las garras de los smartphones).

Como ya he explicado en otras ocasiones, el reciclaje de papel, envases y otros mi aporte continuado de enseres reciclables al Punto Verde de barrio me comportó una bonificación de 5,11 euros sobre la tasa de residuos en la factura del agua que es donde se gestiona la tasa de residuos metropolitanos.

En mis cuentas de participación ambiental debo contemplar mi participación en energía solar fotovoltaica en la Ola Solar del Mercat del Carmel, la cual en el ejercicio 2012 me corresponden unos 180,83 kWh/año, o sea que he evitado al menos 72 kg/CO2.

Sea como sea, espero que estos datos sirvan para inspirar a otras personas a reducir su huella ecológica.

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Modificado
09/02/2017

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